/ martes 19 de mayo de 2020

En Punto

El proyecto económicamente más ambicioso del gobierno de Luis Miguel Barbosa Huerta parece haberse esfumado antes de nacer, y gracias, vaya ironía, a las decisiones del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, a quien hace poco ha llamado su “líder”.

La Agencia de Energía del Estado de Puebla creada –solo en el papel—por el gobierno de Barbosa en marzo pasado, con la que pretendía derramar una inversión económico superior a 40 mil millones de pesos, se tambalea, de la misma manera que todos los proyectos nacionales que, con capital privado, pretendían generar y utilizar energías más limpias y baratas que las que emanan hasta ahora de la Comisión Federal de Electricidad.

El nuevo acuerdo energético, publicado por el gobierno de López Obrador, denominado Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional, publicado el pasado 15 de mayo en el Diario Oficial de la Federación (DOF), busca fortalecer a la CFE y limita la inversión privada en energías renovables como la eólica y solar.

La nueva normativa condiciona la inversión privada en este tipo de energías a dictámenes de sustentabilidad y viabilidad económica que debe aprobar el gobierno federal, a través de la Secretaría de Energía.

Qué significa eso.

Que AMLO no quiere que ningún particular le compita al Estado.

Y qué significa eso para Puebla.

Que el “gran programa” detonador de una multimillonaria inversión privada del que se quería valer Miguel Barbosa para dejar huella en la entidad murió.

Y sí, gracias a su líder, al presidente de México que además emana del mismo partido político que él: Morena.

Ver para creer.

***

La presidenta municipal de Puebla ratificó unos nombramientos y realizó algunos enroques dentro del ayuntamiento. El que más sorprendió fue el relevo en la coordinación general de Comunicación Social, de donde salió Rafael Quiroz Corona para que ingresara Magaly Herrera López, quien se venía desempeñando como directora editorial del periódico El Popular.

Quiroz Corona, quien ya había ocupado esa posición en el ayuntamiento de la priista Blanca Alcalá Ruiz, asumió las labores de comunicación social en marzo de 2019, después de seis meses de estancia en ese mismo puesto de Ricardo Rocha, un consultor metido a comunicador social que ningún vínculo tenía con Puebla, más que el de la gente que lo recomendó.

Quiroz le entró entonces al quite en un intento que duró 14 meses, hasta que tuvo que salir por más o menos las mismas razones que Rocha: la imposibilidad de catapultar a Claudia Rivera Vivanco a los niveles de aprobación que ella misma desea.

“Rafa” no queda desamparado. Ahora será responsable del fortalecimiento institucional para realizar labores de planeación estratégica y vinculación política.

El balón estará ahora en manos de Magaly Herrera, una mujer probada como periodista.

Habrá que ver si ella es capaz de hacer lo que se requiere para comunicar mejor.

El proceso electoral que se avecina y los anhelos de reelección de Rivera Vivanco lo demandan.

***

Por fin el gobierno del estado y el ayuntamiento de Puebla estuvieron de acuerdo en un punto: los 12 ventiladores adquiridos por la Comuna y donados a la administración barbosista para hacer frente a la guerra contra el coronavirus no sirven.

Después de que el gobierno de Barbosa acusara por todos los medios posibles que la administración de Rivera le había entregado equipo usado y obsoleto, el ayuntamiento admitió que, después de hacer una revisión conjunta con la Secretaría de Salud, se determinó que el equipo era inadecuado e incumplía con las especificaciones.

Bien por eso.

Ahora a castigar a los (ir)responsables que compraron ese equipo.

El proyecto económicamente más ambicioso del gobierno de Luis Miguel Barbosa Huerta parece haberse esfumado antes de nacer, y gracias, vaya ironía, a las decisiones del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, a quien hace poco ha llamado su “líder”.

La Agencia de Energía del Estado de Puebla creada –solo en el papel—por el gobierno de Barbosa en marzo pasado, con la que pretendía derramar una inversión económico superior a 40 mil millones de pesos, se tambalea, de la misma manera que todos los proyectos nacionales que, con capital privado, pretendían generar y utilizar energías más limpias y baratas que las que emanan hasta ahora de la Comisión Federal de Electricidad.

El nuevo acuerdo energético, publicado por el gobierno de López Obrador, denominado Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional, publicado el pasado 15 de mayo en el Diario Oficial de la Federación (DOF), busca fortalecer a la CFE y limita la inversión privada en energías renovables como la eólica y solar.

La nueva normativa condiciona la inversión privada en este tipo de energías a dictámenes de sustentabilidad y viabilidad económica que debe aprobar el gobierno federal, a través de la Secretaría de Energía.

Qué significa eso.

Que AMLO no quiere que ningún particular le compita al Estado.

Y qué significa eso para Puebla.

Que el “gran programa” detonador de una multimillonaria inversión privada del que se quería valer Miguel Barbosa para dejar huella en la entidad murió.

Y sí, gracias a su líder, al presidente de México que además emana del mismo partido político que él: Morena.

Ver para creer.

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La presidenta municipal de Puebla ratificó unos nombramientos y realizó algunos enroques dentro del ayuntamiento. El que más sorprendió fue el relevo en la coordinación general de Comunicación Social, de donde salió Rafael Quiroz Corona para que ingresara Magaly Herrera López, quien se venía desempeñando como directora editorial del periódico El Popular.

Quiroz Corona, quien ya había ocupado esa posición en el ayuntamiento de la priista Blanca Alcalá Ruiz, asumió las labores de comunicación social en marzo de 2019, después de seis meses de estancia en ese mismo puesto de Ricardo Rocha, un consultor metido a comunicador social que ningún vínculo tenía con Puebla, más que el de la gente que lo recomendó.

Quiroz le entró entonces al quite en un intento que duró 14 meses, hasta que tuvo que salir por más o menos las mismas razones que Rocha: la imposibilidad de catapultar a Claudia Rivera Vivanco a los niveles de aprobación que ella misma desea.

“Rafa” no queda desamparado. Ahora será responsable del fortalecimiento institucional para realizar labores de planeación estratégica y vinculación política.

El balón estará ahora en manos de Magaly Herrera, una mujer probada como periodista.

Habrá que ver si ella es capaz de hacer lo que se requiere para comunicar mejor.

El proceso electoral que se avecina y los anhelos de reelección de Rivera Vivanco lo demandan.

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Por fin el gobierno del estado y el ayuntamiento de Puebla estuvieron de acuerdo en un punto: los 12 ventiladores adquiridos por la Comuna y donados a la administración barbosista para hacer frente a la guerra contra el coronavirus no sirven.

Después de que el gobierno de Barbosa acusara por todos los medios posibles que la administración de Rivera le había entregado equipo usado y obsoleto, el ayuntamiento admitió que, después de hacer una revisión conjunta con la Secretaría de Salud, se determinó que el equipo era inadecuado e incumplía con las especificaciones.

Bien por eso.

Ahora a castigar a los (ir)responsables que compraron ese equipo.

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