El estilo personalísimo del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta volvió a salir a flote, ahora con la respuesta que dio a los policías estatales que tomaron las calles para protestar por los bajos, bajísimos, sueldos que perciben.
Los “operadores políticos” de la Secretaría de Gobernación armaron una comisión hechiza de presuntos representantes para “resolver” la principal de las demandas de los uniformados, que tiene que ver, justamente, con las remuneraciones mensuales que reciben.
Sentado a la mesa con los representantes de esa comisión hechiza, Barbosa Huerta anunció que dará un incremento de 14 por ciento al sueldo de los policías, lo que, por supuesto, generó la molestia de los elementos que durante dos días (más los que se acumulen a partir de la inconformidad no resuelta) marcharon para exigir no cualquier alza salarial, sino la prometida homologación con la remuneración que reciben los policías del municipio de Puebla, que ganan más de 40 por ciento que ellos.
Los auténticos manifestantes, que además fueron acusados por Barbosa de ser manipulados por la secretaria de Seguridad Ciudadana del ayuntamiento de Puebla, Lourdes Rosales, y algunos personajes del pasado reciente, no tuvieron acceso a las pláticas previas al supuesto arreglo ni comunicación con nadie del gobierno del estado, para ver, una por una, sus demandas.
Junto con la homologación, los uniformados exigen un seguro de vida, por evidentes razones, y un pago extra por prestar sus servicios en los tiempos de la pandemia.
Fiel a su estilo, Barbosa ni los vio ni los oyó.
Hizo un “acuerdo” sin tomarlos en cuenta.
Sí, de la misma manera que con la Ley de Educación, por ejemplo, para la que no tomó en cuenta a dueños ni representantes de las universidades privadas.
De la misma manera que lo hizo con la edil de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, a quien le intentó imponer secretaria de Seguridad.
Igual que en la BUAP con el rector Alfonso Esparza y con el resto de los organismos descentralizados a los que les quiere poner un ente de control que responda a su mando.
Así es el estilo personalísimo.
Hacer lo que quiere sin importar lo que piensen u opinen los demás, aunque sean los directamente involucrados… y afectados.
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Diputados de Morena y el PAN tuvieron una nueva diferencia en el Congreso del Estado, por un tema que probablemente los mantenga enfrentados para siempre: el tema del aborto
El debate por la despenalización del aborto en Puebla los confrontó después de que los diputados de cada una de esas dos bancadas presentaran su propia versión de la nueva Ley de Amnistía que ayer ingresaron al Congreso.
Aunque desde el inicio de la LX Legislatura, la mayoría de los diputados de Morena, PT y Encuentro Social, aliados en la coalición Juntos Haremos Historia, han pospuesto la despenalización del aborto, el coordinador Gabriel Biestro propuso incluir en la amnistía a las mujeres detenidas por haber interrumpido su embarazo.
Los panistas, por la vía de Oswaldo Jiménez, excluyeron del beneficio de la amnistía a las mujeres que se encuentren presas por abortar.
Pensamientos irreconciliables.
Por mayoría, se sabe que ganará Morena esta vez.
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¿Qué pasa al presidente Andrés Manuel López Obrador y al director general de la Comisión Federal de Electricidad, poblano, por cierto, Manuel Bartlett Díaz?
Decenas de poblanos han denunciado altos costos en la tarifa y cortes de luz sin que de manera previa les llegara un recibo de la CFE, a la que acusaron de “abusiva”, y con toda la razón.
EL SOL DE PUEBLA encontró testimonios de altos cobros en este periodo de cuarentena, que subieron, así de golpe, de un recibo a otro, de 200 a más de mil pesos.
¿No que la cuatroté estaba con los pobres?
