/ martes 21 de julio de 2020

En Punto

Tres mujeres fueron asesinadas al hilo en menos de una semana en el estado, en hechos distintos. Apenas estaba gestándose la marcha de protesta que se realizó ayer en el zócalo de la ciudad de Puebla por el homicidio de la joven Michelle, cuando ya habían trascendido en los medios de información dos nuevos casos.

Así de rápidos y eficaces son los asesinos de mujeres para cometer los atroces crímenes, a contra corriente de una sociedad, en la que tienen responsabilidad muchas más personas que solo aquellas que se dedican al servicio público y que están a cargo de la seguridad y la impartición de justicia, que no ha podido erradicar, ni siquiera disminuir, los índices de ese tipo de violencia.

Como espejo perverso para esa sociedad que no ha frenado los asesinatos de mujeres, pero principalmente los feminicidios, el Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública del gobierno federal presentó este lunes su reporte semestral.

Y qué cree usted que ocurrió en Puebla.

En efecto, eso que ya imagina.

En el primer semestre de 2020 los feminicidios en el estado aumentaron 24.1 por ciento en comparación con el mismo periodo del año anterior, al pasar de 29 a 36 hechos registrados de manera oficial ante el Ministerio Público.

Puebla se mantiene en un deshonroso cuarto lugar nacional en la comisión de esos delitos.

¿De quién es culpa?

De todos.

Del gobierno, porque no utiliza todos los recursos de los que dispone para frenar el fenómeno, y de las familias en casa, donde no se terminan de formar hombres alejados de ese machismo ancestral.

***

Un claro ejemplo de la irresponsabilidad gubernamental, que multiplica no solo los feminicidios sino la delincuencia en general, es lo que ha sucedido los últimos 21 meses en el ayuntamiento de Tehuacán.

A la par de lo que usted ya sabe, de los conflictos jurídicos y políticos en los que se metió el presidente municipal Felipe Patjane Martínez, hoy en prisión, sin sentencia todavía por las acusaciones que se le imputan, ese ayuntamiento ha tenido, hasta este martes, seis directores de Seguridad Pública.

El más reciente fue nombrado ayer, en una sesión de cabildo que se celebró a puerta cerrada, como parte de los movimientos que ha hecho Artemio Caballero López una vez que los magistrados electorales le dieron el aval para asumir la presidencia en ese municipio.

Se llama Gabriel García González y, cosa curiosa, es el primero de los seis que lleva ese gobierno que es de Tehuacán; es decir, el primero que sí conoce el municipio que se le encarga vigilar para tratar de devolver la paz a sus habitantes.

Imagine la inestabilidad en un área tan sensible en estos tiempos, con tantos cambios de mandos a partir de octubre de 2018, cuando comenzó el trienio.

Así no se puede establecer una política pública que resulte eficaz ante los criminales.

Resulta imposible.

Dirá usted, y dirá bien, que esta vez no es culpa de Artemio Caballero ni del recién nombrado director de Seguridad.

En efecto, pero sí es un ejemplo contundente de por qué estamos tan mal en combate a la delincuencia.

Y sabe qué.

Habrá un séptimo director una vez que el Congreso alcance su propósito de destituir a todo el cabildo, porque llegará un nuevo edil que pondrá, oootra vez, un nuevo “responsable” del área.

Qué desgracia.

***

Y luego dicen que no es verdad que se erijan como defensores del comercio informal en el ayuntamiento de Puebla. El regidor Iván Camacho Mendoza pidió en conferencia de prensa no estigmatizar a los vendedores ambulantes del Centro Histórico. Dijo que ellos no son los culpables de los contagios por Covid-19 en el municipio. Y agregó que, en su opinión, el programa estatal “Hoy No Circula” (Miguel Barbosa) fue el que ocasionó la propagación de esta enfermedad en la ciudad.

Tres mujeres fueron asesinadas al hilo en menos de una semana en el estado, en hechos distintos. Apenas estaba gestándose la marcha de protesta que se realizó ayer en el zócalo de la ciudad de Puebla por el homicidio de la joven Michelle, cuando ya habían trascendido en los medios de información dos nuevos casos.

Así de rápidos y eficaces son los asesinos de mujeres para cometer los atroces crímenes, a contra corriente de una sociedad, en la que tienen responsabilidad muchas más personas que solo aquellas que se dedican al servicio público y que están a cargo de la seguridad y la impartición de justicia, que no ha podido erradicar, ni siquiera disminuir, los índices de ese tipo de violencia.

Como espejo perverso para esa sociedad que no ha frenado los asesinatos de mujeres, pero principalmente los feminicidios, el Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública del gobierno federal presentó este lunes su reporte semestral.

Y qué cree usted que ocurrió en Puebla.

En efecto, eso que ya imagina.

En el primer semestre de 2020 los feminicidios en el estado aumentaron 24.1 por ciento en comparación con el mismo periodo del año anterior, al pasar de 29 a 36 hechos registrados de manera oficial ante el Ministerio Público.

Puebla se mantiene en un deshonroso cuarto lugar nacional en la comisión de esos delitos.

¿De quién es culpa?

De todos.

Del gobierno, porque no utiliza todos los recursos de los que dispone para frenar el fenómeno, y de las familias en casa, donde no se terminan de formar hombres alejados de ese machismo ancestral.

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Un claro ejemplo de la irresponsabilidad gubernamental, que multiplica no solo los feminicidios sino la delincuencia en general, es lo que ha sucedido los últimos 21 meses en el ayuntamiento de Tehuacán.

A la par de lo que usted ya sabe, de los conflictos jurídicos y políticos en los que se metió el presidente municipal Felipe Patjane Martínez, hoy en prisión, sin sentencia todavía por las acusaciones que se le imputan, ese ayuntamiento ha tenido, hasta este martes, seis directores de Seguridad Pública.

El más reciente fue nombrado ayer, en una sesión de cabildo que se celebró a puerta cerrada, como parte de los movimientos que ha hecho Artemio Caballero López una vez que los magistrados electorales le dieron el aval para asumir la presidencia en ese municipio.

Se llama Gabriel García González y, cosa curiosa, es el primero de los seis que lleva ese gobierno que es de Tehuacán; es decir, el primero que sí conoce el municipio que se le encarga vigilar para tratar de devolver la paz a sus habitantes.

Imagine la inestabilidad en un área tan sensible en estos tiempos, con tantos cambios de mandos a partir de octubre de 2018, cuando comenzó el trienio.

Así no se puede establecer una política pública que resulte eficaz ante los criminales.

Resulta imposible.

Dirá usted, y dirá bien, que esta vez no es culpa de Artemio Caballero ni del recién nombrado director de Seguridad.

En efecto, pero sí es un ejemplo contundente de por qué estamos tan mal en combate a la delincuencia.

Y sabe qué.

Habrá un séptimo director una vez que el Congreso alcance su propósito de destituir a todo el cabildo, porque llegará un nuevo edil que pondrá, oootra vez, un nuevo “responsable” del área.

Qué desgracia.

***

Y luego dicen que no es verdad que se erijan como defensores del comercio informal en el ayuntamiento de Puebla. El regidor Iván Camacho Mendoza pidió en conferencia de prensa no estigmatizar a los vendedores ambulantes del Centro Histórico. Dijo que ellos no son los culpables de los contagios por Covid-19 en el municipio. Y agregó que, en su opinión, el programa estatal “Hoy No Circula” (Miguel Barbosa) fue el que ocasionó la propagación de esta enfermedad en la ciudad.

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