/ miércoles 22 de julio de 2020

En Punto

Sí, pero no, nuevamente.

Las autoridades estatales y municipales no hicieron mucho eco a los números del Mapa Interactivo de Covid-19 de la Secretaría de Salud federal, que puso a la ciudad de Puebla como el primer lugar nacional en mayor número de casos positivos acumulados del nuevo coronavirus.

En efecto, con 10 mil 540 casos activos, reportados por la administración lopezobradorista, el municipio de Puebla se colocó por encima de la alcaldía de Iztapalapa, de la ciudad de México, que hasta el mismo registro arrojaba 10 mil 467 casos.

Así, del segundo lugar nacional que ocupaba la Angelópolis en las cifras dadas a conocer el 9 de julio, ya arribó al primerísimo sitio, lo que refleja una problemática que, sin embargo, las autoridades locales no quisieron al menos reconocer.

El gobernador Miguel Barbosa, por ejemplo, la máxima autoridad gubernamental del estado, desacreditó en principio que Puebla sea comparada con Iztapalapa, cuando esta segunda, explicó, es una delegación que forma parte de la ciudad de México, por lo que en todo caso la capital poblana tendría que ser comparada con la capital del país, que, ya en conjunto, tiene muchos más casos de la enfermedad.

Así lo dijo:

“Iztapalapa no es una ciudad, Iztapalapa es una delegación, es una alcaldía y la ciudad es la Ciudad de México, así es que la comparación se hace en función de ciudades a ciudades, Ciudad de Puebla y Ciudad de México”.

El punto verdaderamente importante, sin embargo, no es que Puebla sea primero o segundo, o tercer lugar en casos de Covid-19, sino que, sea cual sea de estos, refleja la ineficacia de la sociedad poblana para hacerle frente a una pandemia que, para muchas personas, resulta mortal.

***

En la expresión “sociedad poblana” entramos todos, no solo el gobierno.

Y una muestra clara de las complejidades que tienen que sortear las autoridades para pelear contra la pandemia tiene que ver con las demandas, bastante comprensibles, de aquellos sectores que quieren retomar sus actividades normales para generar ingresos económicos para vivir.

Es el caso de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco), que, a través de su presidente, Marco Antonio Prósperi Calderón, demanda de la administración estatal y del ayuntamiento de Puebla el permiso inmediato para concretar una reapertura económica.

Prósperi acusa que, en las reuniones sostenidas con representantes de ambos niveles de gobierno, incluso con la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, no hay avances hacia lo que los comerciantes esperan.

La pregunta razonable sería: ¿cómo exigirle a la administración barbosista y al ayuntamiento de Rivera que accedan a la exigencia de este sector, cuando los números oficiales indican que hay que hacer justamente lo contrario, es decir, reforzar las medidas preventivas para frenar los contagios por coronavirus?

Esa discusión ha estado en el planeta desde el comienzo de la emergencia: ¿Salud o economía?

Y hasta ahora las respuestas no han sido concluyentes en la eficacia de privilegiar uno de los dos caminos, en perjuicio del otro.

***

Los dueños de restaurantes de Atlixco dieron marcha atrás, luego de que el gobernador Miguel Barbosa anunciara en su mañanera del martes que tomaría cartas en el asunto a partir de los señalamientos públicos que se hicieron acerca de ese municipio y del retorno de una parte de la actividad empresarial y turística a la normalidad.

Inspectores de la Coordinación Estatal de Protección Civil llevaron a cabo un operativo “sorpresa” para cerrar los restaurantes del centro de esa ciudad, pero se toparon con que todos estaban ya cerrados u ofreciendo solo el servicio autorizados por el gobierno: comida para llevar.

El estira y afloja de autoridades y empresarios en medio de una pandemia que no cesa.

Sí, pero no, nuevamente.

Las autoridades estatales y municipales no hicieron mucho eco a los números del Mapa Interactivo de Covid-19 de la Secretaría de Salud federal, que puso a la ciudad de Puebla como el primer lugar nacional en mayor número de casos positivos acumulados del nuevo coronavirus.

En efecto, con 10 mil 540 casos activos, reportados por la administración lopezobradorista, el municipio de Puebla se colocó por encima de la alcaldía de Iztapalapa, de la ciudad de México, que hasta el mismo registro arrojaba 10 mil 467 casos.

Así, del segundo lugar nacional que ocupaba la Angelópolis en las cifras dadas a conocer el 9 de julio, ya arribó al primerísimo sitio, lo que refleja una problemática que, sin embargo, las autoridades locales no quisieron al menos reconocer.

El gobernador Miguel Barbosa, por ejemplo, la máxima autoridad gubernamental del estado, desacreditó en principio que Puebla sea comparada con Iztapalapa, cuando esta segunda, explicó, es una delegación que forma parte de la ciudad de México, por lo que en todo caso la capital poblana tendría que ser comparada con la capital del país, que, ya en conjunto, tiene muchos más casos de la enfermedad.

Así lo dijo:

“Iztapalapa no es una ciudad, Iztapalapa es una delegación, es una alcaldía y la ciudad es la Ciudad de México, así es que la comparación se hace en función de ciudades a ciudades, Ciudad de Puebla y Ciudad de México”.

El punto verdaderamente importante, sin embargo, no es que Puebla sea primero o segundo, o tercer lugar en casos de Covid-19, sino que, sea cual sea de estos, refleja la ineficacia de la sociedad poblana para hacerle frente a una pandemia que, para muchas personas, resulta mortal.

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En la expresión “sociedad poblana” entramos todos, no solo el gobierno.

Y una muestra clara de las complejidades que tienen que sortear las autoridades para pelear contra la pandemia tiene que ver con las demandas, bastante comprensibles, de aquellos sectores que quieren retomar sus actividades normales para generar ingresos económicos para vivir.

Es el caso de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco), que, a través de su presidente, Marco Antonio Prósperi Calderón, demanda de la administración estatal y del ayuntamiento de Puebla el permiso inmediato para concretar una reapertura económica.

Prósperi acusa que, en las reuniones sostenidas con representantes de ambos niveles de gobierno, incluso con la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, no hay avances hacia lo que los comerciantes esperan.

La pregunta razonable sería: ¿cómo exigirle a la administración barbosista y al ayuntamiento de Rivera que accedan a la exigencia de este sector, cuando los números oficiales indican que hay que hacer justamente lo contrario, es decir, reforzar las medidas preventivas para frenar los contagios por coronavirus?

Esa discusión ha estado en el planeta desde el comienzo de la emergencia: ¿Salud o economía?

Y hasta ahora las respuestas no han sido concluyentes en la eficacia de privilegiar uno de los dos caminos, en perjuicio del otro.

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Los dueños de restaurantes de Atlixco dieron marcha atrás, luego de que el gobernador Miguel Barbosa anunciara en su mañanera del martes que tomaría cartas en el asunto a partir de los señalamientos públicos que se hicieron acerca de ese municipio y del retorno de una parte de la actividad empresarial y turística a la normalidad.

Inspectores de la Coordinación Estatal de Protección Civil llevaron a cabo un operativo “sorpresa” para cerrar los restaurantes del centro de esa ciudad, pero se toparon con que todos estaban ya cerrados u ofreciendo solo el servicio autorizados por el gobierno: comida para llevar.

El estira y afloja de autoridades y empresarios en medio de una pandemia que no cesa.

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