“Con el pueblo todo, en lo oscurito nada”, manifestó Claudia Rivera Vivanco en conferencia de prensa para defender la reorientación del gasto de 500 millones de pesos que le fue autorizada por el Cabildo el martes y desligarla de intereses políticos personales, es decir, de propósitos reeleccionistas (a los que tanto ella como el resto de los presidentes municipales del estado tienen derecho constitucional).
“Este plan es en beneficio de quienes más lo necesitan y quiero ser muy enfática, al margen o por encima de la ley nadie, con amagues o extorsiones, menos”, remató la edil de Puebla.
Habrá que creerle y otorgarle el beneficio de la duda.
No obstante, lo que llamó más la atención fueron las palabras de su secretaria general, Liza Aceves López, quien acusó que dos regidores de los que votaron en contra de la reasignación del presupuesto trataron de extorsionar a la presidenta municipal para apoyar la causa.
Y cómo lo hicieron, se preguntará usted.
Pues ni más ni menos que solicitando la módica cantidad de tres millones de pesos, en un caso, y contratos de obra pública por 10 millones de pesos, en otro.
La funcionaria no dio nombres, pero sí comprometió al ayuntamiento de Puebla a presentar las denuncias correspondientes, ante autoridades judiciales y ante las dirigencias del partido político al que pertenecen, por el delito de extorsión.
En Punto se puso a investigar quiénes eran esos presuntos regidores extorsionadores y dio con la identidad de ellos.
Resulta que no son hombres, son mujeres, y ambas del honorabilísimo Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
En efecto, las regidoras, que serán denunciadas por la mismísima presidenta municipal, son Libertad Aguirre Junco y Marta Ornelas Guerrero. A la primera se le acusará de pedir los tres millones y a la segunda los contratos de obra.
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Marisol Calva García ya les puso el ejemplo a esos viejos “liderazgos” políticos que amagan con dejar las filas del PRI cada vez que una decisión de dirigencia no coincide con sus ideales o no encaja en sus intereses personales.
La ahora ex secretaria de Vinculación con Instituciones Educativas del Comité Directivo Estatal tricolor anunció su salida del partido por no encontrar, así expuso, una visión de trabajo que busque ayudar a sacar adelante al estado.
“La única opción que tenemos es construir equipos sólidos para sacar adelante a Puebla y a México. Lamentablemente he dejado de encontrar esa visión en el PRI (…) La congruencia me caracteriza y me caracterizará, por eso quiero reconocer a los militantes que abrazan la idea de lo que alguna vez fue el PRI y actúan en consecuencia”, dio a conocer en un video que subió a sus redes sociales, en evidente inconformidad con la designación de Néstor Camarillo como presidente del partido.
Calva García, sin embargo, no es la única inconforme.
Otros priistas han dicho en corto que se irán del partido e incluso afirmaron que lo harán este viernes, entre ellos Juan Manuel Vega Rayet, Adela Cerezo, Guillermo Deloya y Jaime Alcántara.
A ver si es cierto.
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En el PAN por fin se le están sumando aliados a la dirigente Genoveva Huerta, después de que algunos de los personajes de mayor antigüedad en ese instituto político descalificaran la consulta abierta a la militancia que decidió emprender a través de internet para que opine sobre la selección de candidatos y la celebración de alianzas con miras al 2021.
La diputada federal Verónica Sobrado Rodríguez argumentó que es una obligación de la dirigencia escuchar la opinión de los panistas y por eso ante la contingencia sanitaria buscó otros mecanismos de comunicación.
Así se empieza a equilibrar el debate interno, que había tenido como defensor más destacado de la propuesta de Huerta al diputado local Oswaldo Jiménez López.
