Escuchar a los especialistas médicos que saben de enfermedades, su prevención y propagación, como Julio Virgilio de Dios Tello, quien además de ser un neurocirujano reconocido es presidente de la Comisión Médica de la Coparmex, debería ser un ejercicio obligado para todos aquellos servidores públicos que tienen en sus manos el diseño y la puesta en marcha de las políticas para el combate del nuevo coronavirus.
El especialista expuso que la aplicación de pruebas de manera constante y en la mayoría de la población es lo que ayudará a combatir de manera efectiva la emergencia sanitaria provocada por esta pandemia, tal y como ha ocurrido en otros países en los que han implementado estas medidas, como Corea, Alemania y Reino Unido, que trabajaron arduamente en realizar pruebas para contener la enfermedad, en conjunto con una política de salud que dio buenos resultados.
“La enseñanza del mundo es pruebas, pruebas y pruebas, pero de calidad”, expuso el neurocirujano.
De Dios Tello fue uno de los participantes en la implementación del Laboratorio de Patología Quirúrgica y Citología de Puebla (Labopat), que de la mano de Coparmex inauguróel sistema Drive Thru, con el cual se realizarán pruebas para detectar el virus SARS-coV-2 desde la comodidad del auto de quien acuda a las sucursales de este laboratorio.
Una buena noticia, porque evidencia que, además de los diferentes niveles de gobierno, el sector privado también hace una importante tarea social en contra de la pandemia.
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Hoy que se cumplen dos años de funciones de la actual legislatura local bien vale la pena revisar la productividad (o improductividad) de los diputados, una vez que han alcanzado ya dos terceras partes de su gestión y están a tan solo un año de marcharse ya, si no es que lo hacen antes todos los que quieran competir por un nuevo cargo de elección popular en 2021.
Un especial que publica este día EL SOL DE PUEBLA da cuenta de eso, con datos duros y contundentes.
De los 41 legisladores que integran el Congreso del Estado, 15 resaltan como los menos improductivos, la mayoría emanados de la extinta coalición Juntos Haremos Historia, que además de Morena incluyó al PT y el PES.
Entre los menos buenos, o los más malos, como prefiera usted verlos, anote a Guadalupe Tlaque Cuazitl, Fernando Jara Vargas, Fernando Sánchez Sasia, Emilio Maurer Espinosa, Paola Ruiz García, Cristina Tello Rosas, Arturo de Rosas Cuevas y Estefanía Rodríguez Sandoval.
Si a eso se le añade que los diputados de este bloque, el de Juntos Haremos Historia, tiene pendiente cumplir promesas de campaña como la despenalización del aborto, la aprobación del matrimonio igualitario y la desprivatización del agua, la conclusión será que los legisladores morenistas no cubrieron las expectativas que levantaron entre los electores en 2018, al menos no hasta ahora.
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Qué bueno que el regidor Iván Herrera Villagómez, de Morena, salga en defensa de la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, y trate de protegerla de las críticas que ha venido sufriendo a lo largo de su administración. El integrante del cabildo es aliado de la edil y se entiende bien que salga a los medios a cumplir con ese rol, el de aliado.
Sin embargo, su trabajo rendiría los frutos que espera Rivera Vivanco si analizara bien y se centrara como se debe en los verdaderos críticos de la presidenta municipal.
Herrera Villagómez parece estar en otra dimensión, y quizá lo esté.
"De los adversarios y las fuerzas políticas derrotadas en 2018 no podemos esperar sino resistencia; la desesperación ante la pérdida de sus privilegios los ha llevado a la injuria, la polarización y la crítica destructiva”, lanzó el regidor como si esos críticos estuvieran fuera de Morena, en el PAN o el PRI. Y no. Debería pedir las síntesis de prensa para ver que los más férreos acusadores de Rivera Vivanco están en Morena y son aliados del gobernador Miguel Barbosa.
Si no lo entiende, o hace como que no entiende, no ayudará en nada a su jefa.
