El frente político (y jurídico) en contra de la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, se ha extendido al Congreso del Estado. Y no vaya usted a creer que solo por parte del diputado y presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, su rival para la interna de 2021 Gabriel Biestro Medinilla, sino de Nora Merino Escamilla, una pieza importante de la extinta coalición Juntos Haremos Historia.
La diputada local del Partido Encuentro Social pretende obligar a la edil poblana a reabrir las calles que mantiene bloqueadas para el tránsito vehicular en el centro histórico, lo que hizo como parte de las medidas de prevención de la pandemia por coronavirus.
Merino Escamilla quiere reactivar la economía del primer cuadro de la ciudad, y utiliza como modelos a seguir las medidas que han sido emitidas por los gobiernos federal y estatal frente a la etapa actual de la emergencia sanitaria.
No obstante, en su argumentación fue un poco ruda con Rivera Vivanco, al responsabilizarla de que la ciudad de Puebla haya sido en varias ocasiones el municipio con más casos positivos de Cocid-19 del país.
“Desde las medidas emitidas por la presidenta municipal, Puebla se convirtió en el epicentro de la pandemia en el país, su actuación de cerrazón al día de hoy le está costando la vida a poblanas y poblanos”, acusó, sin tapujos.
Por eso no resulta difícil concluir que desde el Poder Legislativo se ha ampliado el frente anti Rivera Vivanco.
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Eduardo Rivera Santamaría es un empresario y comunicador que ha dado de qué hablar en las últimas semanas por su hiperactividad en redes sociales y por la publicidad que ha desplegado en unidades del transporte público para promover su programa de radio.
Pero no ha dado de qué hablar solo por eso, sino por la interpretación que desde el círculo rojo se la ha dado a ello. Sin más vueltas, se piensa que este empresario, cercano al gobernador Miguel Barbosa, aspira a contender por la presidencia municipal de Puebla en 2021, aunque no se tiene claro por ahora por qué partido político sería.
Estas especulaciones obligaron a hacerle una entrevista en EL SOL DE PUEBLA con mero interés periodístico, misma que podrá usted leer en la edición de el lunes. El empresario, casi homónimo del panista Eduardo Rivera Pérez, dice que no aspira, por ahora, pero deja abierta la posibilidad para el futuro.
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Una muy buena noticia económica para el estado de Puebla y los poblanos. La empresa armadora de autos de origen alemán, Volkswagen, ha anunciado la fabricación de un nuevo vehículo en la planta de Cuautlancingo, lo que confirma que, lejos de reducir las inversiones en Puebla e incluso hallarse frente a una eventual partida del país, la firma sigue apostándole a la entidad.
Volkswagen anunció que Taos es el nuevo modelo con el que complementará su portafolio en el segmento de automóviles tipo SUV, y lo principal, que será armado en Puebla.
“Sin duda, fortalecerá la capacidad y presencia de la marca como parte de su estrategia global para la categoría”, expone la empresa en un comunicado.
Esa es una magnífica noticia en el contexto de incertidumbre para la industria automotriz mexicana que generó el arribo de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, toda vez que, como se recordará, el mandatario de aquel país lanzó amenazas muy puntuales a las armadoras extranjeras que tenían un amplio mercado allá, pero ensamblaban sus vehículos en otras naciones, como la mexicana.
La amenaza supuso el temor de que firmas como Volkswagen y Audi cedieran a las presiones en el mediano plazo, retiraran sus fábricas del estado y las trasladaran a Estados Unidos.
Parece que eso no pasará, por fortuna, pues Volkswagen no estaría pensando en ampliar su gama de producción en México si no supiera que aquí permanecerá por un largo tiempo más.
Por eso se trata de una excelente noticia.
