/ martes 22 de septiembre de 2020

En Punto

La gran mayoría de los empresarios restauranteros del estado, pero principalmente de la zona metropolitana, se las siguen viendo negras por culpa del coronavirus, con todo y que poco a poco se les ha ido permitiendo volver a la normalidad que puede permitir el cambio de colores del semáforo de contingencia sanitaria.

En representación de la Asociación Poblana de Restaurantes y Prestadores de Servicios (Aprepsac), Felipe Mendoza y Arturo Delgado Ramírez revelaron que las ventas de los establecimientos agremiados son menores al 30 por ciento, que 30 de los negocios que existían hasta antes de la pandemia cerraron sus puertas definitivamente y que hasta el momento ha habido una pérdida de 800 empleos.

Informaron que la mayoría de los 350 socios están apenas “subsistiendo”, por lo que pidieron al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y al SAT la posibilidad de realizar pagos con un convenio que no afecte sus ingresos. Junto con ello, realizarán gestiones ante la Secretaría de Economía del gobierno estatal para obtener nuevos créditos, luego de que se anunció un proyecto que permitirá obtener de 25 a 150 mil pesos.

La situación que atraviesa el sector es delicada, principalmente porque se trata de un problema que no se resolverá de forma inmediata, con la sola autorización de los gobiernos, estatal y municipales, para que vuelvan a ofrecer el servicio de alimentos para comensales, en el establecimiento.

Así como los restauranteros, otros prestadores de servicios seguirán varios meses más en crisis económica y laboral.

***

¡No puede ser!... pero viniendo del presidente Andrés Manuel López Obrador, todo es posible.

En su más reciente visita al estado, apenas el sábado, el mandatario mexicano insistió en ese despropósito social y poblacional que tiene que ver con el traslado de las oficinas centrales de la Secretaría de Educación Pública federal, con todo y sus trabajadores, al estado de Puebla.

López Obrador reiteró que traerá la SEP a Puebla, como parte de esa estrategia de descentralización que alguna vez prometió en campaña, y dijo que lo hará en 2021 (ya no en 2020, como había afirmado el año pasado).

El gobierno de la república aprovechará el aniversario número 100 de esa dependencia federal para hacer su traslado a tierras poblanas, anunció, orgulloso, el presidente.

Lo malo es que, con todo y el ahínco del mandatario, traer de la ciudad de México a Puebla a cientos de familias nada más porque hay que descentralizar la oficina sigue pareciendo una idea locuaz, sin sentido, como lo refleja el hecho de que hasta la fecha no haya ni rastro de una política oficial para concretar de manera exitosa ese movimiento.

Ayer lo dijo el gobernador Miguel Barbosa en su mañanera:

"No hay ningún avance, no existen terrenos, no existe búsqueda de terrenos, todo tendrá que empezar. Habrá logística desde la federación, pero nosotros no estamos enterados de algún avance sobre este asunto".

Claro que no está enterado, porque no hay nada.

Aun así, el presidente sigue montado en su necedad, como en muchos otros de sus temas.

La gran mayoría de los empresarios restauranteros del estado, pero principalmente de la zona metropolitana, se las siguen viendo negras por culpa del coronavirus, con todo y que poco a poco se les ha ido permitiendo volver a la normalidad que puede permitir el cambio de colores del semáforo de contingencia sanitaria.

En representación de la Asociación Poblana de Restaurantes y Prestadores de Servicios (Aprepsac), Felipe Mendoza y Arturo Delgado Ramírez revelaron que las ventas de los establecimientos agremiados son menores al 30 por ciento, que 30 de los negocios que existían hasta antes de la pandemia cerraron sus puertas definitivamente y que hasta el momento ha habido una pérdida de 800 empleos.

Informaron que la mayoría de los 350 socios están apenas “subsistiendo”, por lo que pidieron al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y al SAT la posibilidad de realizar pagos con un convenio que no afecte sus ingresos. Junto con ello, realizarán gestiones ante la Secretaría de Economía del gobierno estatal para obtener nuevos créditos, luego de que se anunció un proyecto que permitirá obtener de 25 a 150 mil pesos.

La situación que atraviesa el sector es delicada, principalmente porque se trata de un problema que no se resolverá de forma inmediata, con la sola autorización de los gobiernos, estatal y municipales, para que vuelvan a ofrecer el servicio de alimentos para comensales, en el establecimiento.

Así como los restauranteros, otros prestadores de servicios seguirán varios meses más en crisis económica y laboral.

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¡No puede ser!... pero viniendo del presidente Andrés Manuel López Obrador, todo es posible.

En su más reciente visita al estado, apenas el sábado, el mandatario mexicano insistió en ese despropósito social y poblacional que tiene que ver con el traslado de las oficinas centrales de la Secretaría de Educación Pública federal, con todo y sus trabajadores, al estado de Puebla.

López Obrador reiteró que traerá la SEP a Puebla, como parte de esa estrategia de descentralización que alguna vez prometió en campaña, y dijo que lo hará en 2021 (ya no en 2020, como había afirmado el año pasado).

El gobierno de la república aprovechará el aniversario número 100 de esa dependencia federal para hacer su traslado a tierras poblanas, anunció, orgulloso, el presidente.

Lo malo es que, con todo y el ahínco del mandatario, traer de la ciudad de México a Puebla a cientos de familias nada más porque hay que descentralizar la oficina sigue pareciendo una idea locuaz, sin sentido, como lo refleja el hecho de que hasta la fecha no haya ni rastro de una política oficial para concretar de manera exitosa ese movimiento.

Ayer lo dijo el gobernador Miguel Barbosa en su mañanera:

"No hay ningún avance, no existen terrenos, no existe búsqueda de terrenos, todo tendrá que empezar. Habrá logística desde la federación, pero nosotros no estamos enterados de algún avance sobre este asunto".

Claro que no está enterado, porque no hay nada.

Aun así, el presidente sigue montado en su necedad, como en muchos otros de sus temas.

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