/ martes 29 de septiembre de 2020

En Punto

Que siempre no. Como muchas otras ocasiones en esta pandemia, el gobernador poblano optó por disentir de la opinión de la administración federal y dijo que, el estado, a diferencia del resto del país, no caminará todavía hacia una actividad pública regida por el semáforo epidemiológico amarillo.

Puebla, así lo dijo Miguel Barbosa Huerta este lunes, tres días después de que las autoridades sanitarias del gobierno de la república nos mandaron a color amarillo, seguirá en fase naranja:

“En Puebla nos quedamos en naranja por un plazo más, aunque desde el semáforo epidemiológico de la Federación nos pongan en amarillo, porque debemos cuidar y estar creciendo bajo un régimen de salud de manera muy consolidada. Vamos a aguantar unos días más (como hemos estado”.

Barbosa fue consciente del problema que significará esto para empresarios y comerciantes formales, quienes llevan varios meses presionando, con razón, para que se les permita la reapertura y el funcionamiento de sus negocios de manera normal, por lo que expuso que buscará un diálogo con la iniciativa privada, organizaciones y con la sociedad en general para que esperen a que se determine cuáles son los indicadores de salud en la entidad antes de llegar a un acuerdo de relanzamiento.

Todo esto significa que, por el momento, nada cambia en cuanto a las restricciones con que se había venido actuando hasta la semana pasada. La prevención es primero.

***

Así como se les ha exigido, pero, sobre todo, así como han respondido, los trabajadores del sector salud que han estado todos estos casi siete meses al frente de la batalla contra la Covid-19 merecen que se les responda de manera positiva a una de las principales demandas que requiere el ser humano para poder laborar en paz y con entusiasmo: certeza.

El pasado 8 de junio, médicos y enfermeras del Hospital General de Cholula hablaron en persona con el secretario de Gobernación de la administración estatal, David Méndez Márquez, y el entonces titular de la Secretaría de Salud, Jorge Uribe Téllez, para plantearles las carencias económicas y jurídicas en las que habían venido desempeñándose años atrás, por lo que pidieron ayuda de parte de la administración barbosista para cambiar esa situación.

Consiguieron, al menos, una promesa, tanto de Méndez como de Uribe.

Los integrantes del gabinete (el segundo ya no está) se comprometieron a gestionar la basificación de los médicos, quienes estaban en el frente contra el coronavirus y formaban parte del grupo de especialistas de la salud que trabajaban en el primer nosocomio público del estado reconvertido para atender pacientes con la enfermedad.

La promesa ya va para cuatro meses y no existe ningún avance.

Por eso el personal de ese hospital, de manera anónima por obvias razones, le hace un llamado a Méndez Márquez, para que se aplique.

***

Menos mal. El gobernador Barbosa afirmó en su mañanera del lunes que no hay ninguna negligencia por parte de su administración para indagar a fondo la compra y entrega de miles de mototractores a productores del campo durante el sexenio de Rafael Moreno Valle. Por el contrario, expuso que es uno de los temas que sigue de cerca y hasta dio uno de los nombres de los involucrados en el desfalco al erario.

No se trata del nombre de ningún ex servidor público, sino del empresario que, según Barbosa, representa el epicentro de los negocios que se hicieron al amparo de ese programa gubernamental.

Afirmó que se vincula principalmente al empresario Roberto Arandia Gutiérrez, quien estuvo desde la campaña de Moreno Valle, por lo que será él quien tenga que hablar sobre el tema, a fondo. ¿Será?

Que siempre no. Como muchas otras ocasiones en esta pandemia, el gobernador poblano optó por disentir de la opinión de la administración federal y dijo que, el estado, a diferencia del resto del país, no caminará todavía hacia una actividad pública regida por el semáforo epidemiológico amarillo.

Puebla, así lo dijo Miguel Barbosa Huerta este lunes, tres días después de que las autoridades sanitarias del gobierno de la república nos mandaron a color amarillo, seguirá en fase naranja:

“En Puebla nos quedamos en naranja por un plazo más, aunque desde el semáforo epidemiológico de la Federación nos pongan en amarillo, porque debemos cuidar y estar creciendo bajo un régimen de salud de manera muy consolidada. Vamos a aguantar unos días más (como hemos estado”.

Barbosa fue consciente del problema que significará esto para empresarios y comerciantes formales, quienes llevan varios meses presionando, con razón, para que se les permita la reapertura y el funcionamiento de sus negocios de manera normal, por lo que expuso que buscará un diálogo con la iniciativa privada, organizaciones y con la sociedad en general para que esperen a que se determine cuáles son los indicadores de salud en la entidad antes de llegar a un acuerdo de relanzamiento.

Todo esto significa que, por el momento, nada cambia en cuanto a las restricciones con que se había venido actuando hasta la semana pasada. La prevención es primero.

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Así como se les ha exigido, pero, sobre todo, así como han respondido, los trabajadores del sector salud que han estado todos estos casi siete meses al frente de la batalla contra la Covid-19 merecen que se les responda de manera positiva a una de las principales demandas que requiere el ser humano para poder laborar en paz y con entusiasmo: certeza.

El pasado 8 de junio, médicos y enfermeras del Hospital General de Cholula hablaron en persona con el secretario de Gobernación de la administración estatal, David Méndez Márquez, y el entonces titular de la Secretaría de Salud, Jorge Uribe Téllez, para plantearles las carencias económicas y jurídicas en las que habían venido desempeñándose años atrás, por lo que pidieron ayuda de parte de la administración barbosista para cambiar esa situación.

Consiguieron, al menos, una promesa, tanto de Méndez como de Uribe.

Los integrantes del gabinete (el segundo ya no está) se comprometieron a gestionar la basificación de los médicos, quienes estaban en el frente contra el coronavirus y formaban parte del grupo de especialistas de la salud que trabajaban en el primer nosocomio público del estado reconvertido para atender pacientes con la enfermedad.

La promesa ya va para cuatro meses y no existe ningún avance.

Por eso el personal de ese hospital, de manera anónima por obvias razones, le hace un llamado a Méndez Márquez, para que se aplique.

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Menos mal. El gobernador Barbosa afirmó en su mañanera del lunes que no hay ninguna negligencia por parte de su administración para indagar a fondo la compra y entrega de miles de mototractores a productores del campo durante el sexenio de Rafael Moreno Valle. Por el contrario, expuso que es uno de los temas que sigue de cerca y hasta dio uno de los nombres de los involucrados en el desfalco al erario.

No se trata del nombre de ningún ex servidor público, sino del empresario que, según Barbosa, representa el epicentro de los negocios que se hicieron al amparo de ese programa gubernamental.

Afirmó que se vincula principalmente al empresario Roberto Arandia Gutiérrez, quien estuvo desde la campaña de Moreno Valle, por lo que será él quien tenga que hablar sobre el tema, a fondo. ¿Será?

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