Quedó claro que el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Héctor Sánchez Sánchez, conserva el visto bueno del Ejecutivo del Estado, es decir, del gobernador Miguel Barbosa Huerta, para mantenerse al frente del órgano judicial por lo menos un año más, a diferencia de lo que se especuló hace una semana, cuando el inquilino de Casa Aguayo recriminó la liberación de algunos delincuentes sin imputarles ninguna sentencia.
Sánchez Sánchez fue el orador en la ceremonia de conmemoración del CCLV aniversario del natalicio de José María Morelos y Pavón, lo que ni en esta entidad ni en ninguna otra del país podría ocurrir sin la venia del mandatario estatal. Así que anotado el significado político de ese acontecimiento.
Astuto, el magistrado presidente del Poder Judicial aprovechó la oportunidad para mandar el mensaje que Barbosa quería escuchar: el compromiso explícito para acabar (recuerde usted que solo se trata de un discurso) con la corrupción y el nepotismo:
“Que la justicia sea una herramienta y un derecho al alcance del menos favorecido, y que quienes estamos en dicha labor seamos los impulsores, sí, de las reformas y cambios que se requiere sentidamente en nuestro estado, porque será solo acabando con el nepotismo y la corrupción que podremos afrontar el nuevo diseño de nuestras instituciones para que sean instituciones verdaderamente aliadas del desprotegido”.
Las palabras quedaron como traje a la medida de aquel reclamo expresado por el gobernador ante la liberación, aparentemente injusta, de algunos detenidos.
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“Quien busque un nuevo cargo público, sea bajo el mecanismo de reelección u otro, ya no puede estar en cargos públicos, ya tiene que estar fuera”.
Estas son las palabras, ni más ni menos, que del gobernador Barbosa, quien, como ahí ha quedado claro, recomienda a los servidores públicos que se encuentren en funciones en la actualidad, y que estén pensando o trabajando ya para participar como candidatos en la contienda electoral de 2021, fajarse los pantalones y presentar su renuncia, o licencia por tiempo indefinido, que también puede ser, para que –así lo expuso Barbosa—haya “piso parejo” entre todos los contendientes.
Bien.
“Esa debiera ser la regla para todos los servidores públicos que deseen participar en procesos electorales federales y locales. No hemos tenido nosotros una visión de exhortar a los servidores públicos locales a ello porque hay muchos de varios órdenes, estatales y municipales, pero se siguen por reglas diferentes, pero desde luego lo que sí debe de existir es piso parejo para todos y evitar de manera muy firme la promoción desde los cargos públicos para nuevos cargos públicos”, agregó.
La gran pregunta, porque seguro que se la harán muchos, todos de buena fe (no vaya usted a pensar mal), es si esa recomendación también debe ser escuchada en el Congreso del Estado, donde despacha (temporalmente no por la pandemia) el diputado Gabriel Biestro Medinilla, aspirante a la presidencia municipal de Puebla.
Seguro que el mensaje también lo incluye a él.
