/ martes 27 de octubre de 2020

En Punto

Valentín Meneses Rojas ha levantado la mano para convertirse en candidato del PRI a la presidencia municipal de Puebla.

Enrique Doger Guerrero, ni tardo ni perezoso, le ha seguido las pisadas al ex colaborador de Mario Marín para hacer lo propio, para decir que él también quiere y que está puesto para competir por la alcaldía de la capital bajo las siglas del desgastado (y muy mal evaluado) partido tricolor.

¿Qué hará Blanca Alcalá Ruiz?

¿La ex presidenta y otrora blanco de los torpedos morenovallistas será la tercera en la lista?

¿Se anotará por el mismo cargo de elección popular, al mismo estilo que ya lo hicieron Meneses y Doger?

Estas son preguntas obligadas después de ver que en ese instituto político han comenzado los autodestapes para ir en busca, o presuntamente ir en busca del mayor puesto de importancia de los que estarán en disputa en 2021 en el estado.

La respuesta unánime parece ser que “no”.

Allegados a la ex senadora, ex presidenta municipal y ex candidata al gobierno del estado aseguran que no tiene ningún interés en pelear por pelear la nominación en el PRI, ni en ningún otro partido, debido a que quedó con muy mal sabor de boca después de su última participación en las urnas y a que, principalmente, sabe de las nulas posibilidades del tricolor para ganar la contienda.

De ser así, tiene razón, sobre todo en esto último.

Meneses y Doger deben tener intereses ocultos entre mangas, pero quien quiera de verdad ser alcalde de la ciudad de Puebla, y se precie de saber un poco de política, entiende a kilómetros de distancia que por el PRI no lo logrará, ni remotamente, al menos en 2021.

Descarte entonces a Alcalá Ruiz, que, en efecto, no aceptaría una postulación solo para ir a simular que tiene posibilidades de ganar, cuando no sería así.

***

Derivado del especial que publicó este lunes EL SOL DE PUEBLA en el que se evidencia la burla que realizan los dueños de algunos establecimientos de entretenimiento nocturno de las regulaciones que se han establecido para combatir la expansión del coronavirus, el gobernador Miguel Barbosa Huerta anunció que habrá sanciones ejemplares para impedir que ese modelo de negocio siga vigente.

“Condeno ese doble jueguito de quienes por un lado abren sus puertas para funcionar como restaurantes y a determinada hora se vuelven bares y después centros de diversión, lo vamos a corregir”, expuso Barbosa.

Para ello, el mandatario estatal dio a conocer que desde el próximo fin de semana se fortalecerán los operativos para detectar bares (y hasta sitios del tipo table dance) disfrazados de restaurantes que serán clausurados de manera inmediata.

La información revelada por este diario coincide con el reforzamiento de las medidas preventivas que ha puesto en marcha este mismo lunes el gobierno estatal, lo que proviene del repunte en la incidencia de casos que ha sido registrado por segunda semana consecutiva.

“A partir de hoy va a ser con policía, con la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) para estar cerrando aquellos restaurantes que no entiendan”, apuntó Barbosa.

Las condiciones lo ameritan.

El punto más preocupante es que no solo se trata de establecimientos ocultos tras licencias de venta de alimentos o centros clandestinos, como documentó el reportero Víctor Hugo Juárez.

La violación a las restricciones abarca otro tipo de negocios y tiene mucho que ver, por desgracia, con la negligencia de los propios consumidores.

Países del primer mundo han tenido que endurecer de nueva cuenta las medidas después de un periodo de relajación en el que la mayoría de sus habitantes pensó que el peligro había pasado.

México, y Puebla en concreto, está en esa fase de relajación.

Hay que impedir que la pandemia de un nuevo latigazo.

Valentín Meneses Rojas ha levantado la mano para convertirse en candidato del PRI a la presidencia municipal de Puebla.

Enrique Doger Guerrero, ni tardo ni perezoso, le ha seguido las pisadas al ex colaborador de Mario Marín para hacer lo propio, para decir que él también quiere y que está puesto para competir por la alcaldía de la capital bajo las siglas del desgastado (y muy mal evaluado) partido tricolor.

¿Qué hará Blanca Alcalá Ruiz?

¿La ex presidenta y otrora blanco de los torpedos morenovallistas será la tercera en la lista?

¿Se anotará por el mismo cargo de elección popular, al mismo estilo que ya lo hicieron Meneses y Doger?

Estas son preguntas obligadas después de ver que en ese instituto político han comenzado los autodestapes para ir en busca, o presuntamente ir en busca del mayor puesto de importancia de los que estarán en disputa en 2021 en el estado.

La respuesta unánime parece ser que “no”.

Allegados a la ex senadora, ex presidenta municipal y ex candidata al gobierno del estado aseguran que no tiene ningún interés en pelear por pelear la nominación en el PRI, ni en ningún otro partido, debido a que quedó con muy mal sabor de boca después de su última participación en las urnas y a que, principalmente, sabe de las nulas posibilidades del tricolor para ganar la contienda.

De ser así, tiene razón, sobre todo en esto último.

Meneses y Doger deben tener intereses ocultos entre mangas, pero quien quiera de verdad ser alcalde de la ciudad de Puebla, y se precie de saber un poco de política, entiende a kilómetros de distancia que por el PRI no lo logrará, ni remotamente, al menos en 2021.

Descarte entonces a Alcalá Ruiz, que, en efecto, no aceptaría una postulación solo para ir a simular que tiene posibilidades de ganar, cuando no sería así.

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Derivado del especial que publicó este lunes EL SOL DE PUEBLA en el que se evidencia la burla que realizan los dueños de algunos establecimientos de entretenimiento nocturno de las regulaciones que se han establecido para combatir la expansión del coronavirus, el gobernador Miguel Barbosa Huerta anunció que habrá sanciones ejemplares para impedir que ese modelo de negocio siga vigente.

“Condeno ese doble jueguito de quienes por un lado abren sus puertas para funcionar como restaurantes y a determinada hora se vuelven bares y después centros de diversión, lo vamos a corregir”, expuso Barbosa.

Para ello, el mandatario estatal dio a conocer que desde el próximo fin de semana se fortalecerán los operativos para detectar bares (y hasta sitios del tipo table dance) disfrazados de restaurantes que serán clausurados de manera inmediata.

La información revelada por este diario coincide con el reforzamiento de las medidas preventivas que ha puesto en marcha este mismo lunes el gobierno estatal, lo que proviene del repunte en la incidencia de casos que ha sido registrado por segunda semana consecutiva.

“A partir de hoy va a ser con policía, con la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) para estar cerrando aquellos restaurantes que no entiendan”, apuntó Barbosa.

Las condiciones lo ameritan.

El punto más preocupante es que no solo se trata de establecimientos ocultos tras licencias de venta de alimentos o centros clandestinos, como documentó el reportero Víctor Hugo Juárez.

La violación a las restricciones abarca otro tipo de negocios y tiene mucho que ver, por desgracia, con la negligencia de los propios consumidores.

Países del primer mundo han tenido que endurecer de nueva cuenta las medidas después de un periodo de relajación en el que la mayoría de sus habitantes pensó que el peligro había pasado.

México, y Puebla en concreto, está en esa fase de relajación.

Hay que impedir que la pandemia de un nuevo latigazo.

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