Este domingo fue agitado para las mujeres y las familias poblanas muy interesadas en un tema que por fin comenzará a debatirse al seno del Poder Legislativo local: la interrupción intencionada del embarazo o, en menos palabras, aunque a muchos asuste, el aborto.
Las mujeres feministas que llevan algunos días manifestándose frente a la puerta del Congreso del Estado para exigir a los diputados que reformen el código en la materia para permitir el aborto en Puebla volvieron este domingo, en punto de las tres de la tarde, para continuar con su demanda.
El grupo de mujeres se apostó de nueva cuenta frente a la sede del Legislativo y cerró el paso vehicular de la calle 5 Poniente, con pancartas y consignas que dejaron muy clara su posición en torno a este problema social.
Pero antes que ellas, y por primera vez desde que el asunto volvió a ser centro de debate en la opinión pública, cuatro caravanas de vehículos partieron desde diferentes puntos de la ciudad para demandar justo lo contrario, que los diputados no autoricen la interrupción del embarazo pese a la insistencia de algunos grupos.
Un solo día reunió en las calles de la ciudad a mujeres antagónicas alrededor de un solo tema.
Quienes están a favor de su aprobación argumentan el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, mientras que quienes se manifiestan en contra exponen que un tercero no puede decidir sobre la vida de un ser humano que viene en camino.
El debate ya tomó las calles, ante la pasividad de un Poder Legislativo dominado por militantes de Morena y sus partidos aliados que apenas la semana pasada anunciaron que le entrarán al análisis en enero, después, por supuesto, del descanso decembrino.
Vergüenza debería dar a los legisladores no estar a la altura de sus presuntos representados.
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El Consejo Estatal del PAN dio el paso que requería formalizar para que su presidenta en Puebla, Genoveva Huerta Villegas, comenzara a tratar de concretar alianzas electorales con todos los partidos, con excepción, por supuesto, de Morena y sus aliados.
Eso ya ocurrió el sábado.
Lo que sigue, como expuso este domingo la dirigente del partido blanquiazul, es sostener reuniones con sus homólogos de Nueva Alianza, PRD, PRI, PSI y Compromiso por Puebla, con quienes ya ha sostenido conversaciones informales y con quienes cree que puede haber buenos resultados en el objetivo de concretar una gran coalición que le haga frente al partido lopezobradorista el año que viene.
“Esta semana comenzaré con reuniones con las distintas dirigencias, lo que me facultó el Consejo Estatal es explorar la posibilidad y conveniencia para poder sacar adelante a Puebla y recuperar nuestro estado, sobre todo la dignidad”, lanzó, en una afrenta ya directa, de índole político, claro está, contra Morena y el grupo en el poder.
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Hablando del partido en el poder, uno de sus primeros militantes y excandidato al gobierno del estado, Abraham Quiroz Palacios, hizo su aparición este domingo para demandar que Morena escuche las propuestas de sus miembros de base para definir las listas de aspirantes a puestos de elección popular que habrán de competir en 2021.
Por supuesto, lanza acusaciones sobre lo ocurrido en 2018, cuando, desde su punto de vista, el partido cometió errores en diversas postulaciones por no tomar en cuenta su base de militantes.
“La invitación es a que elevemos nuestro grado de participación, compañeros de la base, y exijamos a los órganos de dirección correspondientes del partido, a que elija a los aspirantes que proponen los militantes de base”, manifestó.
Difícilmente le harán caso en el partido presidencial, pero difícilmente, también, los nuevos dueños regionales de ese instituto político podrán tomar decisiones absolutas sin al menos preguntar a perfiles como el de Quiroz.
