/ martes 11 de mayo de 2021

En Punto

Se cumple una semana del inicio atropellado de las campañas locales, atropellado por la impuntualidad del Instituto Electoral del Estado en validar las candidaturas, como si fuera un organismo inexperto.

¿Qué ha pasado en esta primera semana?

Vemos, como ya se sabía, una lucha de dos Riveras por el puesto más importante: la alcaldía de Puebla.

Un Rivera que se ve sólido y aprovechando los tropiezos que ha tenido la actual administración municipal en poco más de dos años, si son muchos o pocos usted lo decide, para decir que él lo hará diferente y cambiará el rumbo; ojalá sea un rumbo mejor y para bien, en caso de que gane la contienda electoral.

Por otro lado, hay una Rivera que no ha dejado pasar la oportunidad de contestar a sus detractores, hablar de la famosa cuarta transformación y presumir que las cosas van mejor pero que necesita más tiempo para ahora sí hacer acciones que mejoren la calidad de la vida de los poblanos en la capital. Asegura que es muy atacada, cosa que nadie le discutirá, porque es la puntera y está haciendo un buen trabajo (eso dice). Juzgue usted.

En otro ring se disputan las diputaciones locales:

En Juntos Hacemos Historia (de Andrés Manuel López Obrador) destaca la confusión de quiénes son y quiénes no los candidatos, pues después de que el IEE echara abajo sus postulaciones por no cumplir con la paridad de género vemos propaganda de distintas personas por un mismo distrito y la misma coalición. Ya va una semana y ni sus fieles seguidores saben por quién votarán.

Los candidatos de la oposición, por el contrario, inician bien, haciendo lo que saben, nada extraordinario, pero suficiente para lucir mejor que los promotores de la cuatroté.

Así va la semana, restan tres, ¿veremos más de lo mismo o habrá un giro extraordinario que estimule a la gente a voltear a verlos y salir sí o sí a votar el 6 de junio? Parece difícil, pero deseamos que suceda.

***

Por cierto, Claudia Rivera Vivanco ha formalizado ya la solicitud para organizar un debate entre candidatos a la presidencia municipal de Puebla.

Sus colaboradores llevaron el fin de semana la petición a las oficinas del consejo municipal electoral, órgano responsable de recibir la solicitud para darle el cauce pertinente.

Eso significa que la edil en busca de la reelección no se ha quedado solo con el pronunciamiento mediático en favor de este encuentro, sino que ha procedido para que sea la instancia que arbitra los comicios para que se encargue de la organización y la convocatoria.

De esta manera puede darse por hecho que sí habrá debate, dado que bastaba con la petición de uno de los aspirantes para que se realicen las gestiones necesarias con el fin de llevarlo a cabo, y eso ya ocurrió.

Lo que habrá que ver es las condiciones en que los consejeros del Instituto Electoral del Estado deciden realizarlo, debido a que la pandemia obliga a tomar medidas sanitarias que seguramente llevarán a elegir un formato diferente al de contiendas pasadas.

Pero sí, habrá debate.

***

Quien respondió ayer a las acusaciones de Rivera Vivanco fue el diputado local con licencia y exaspirante a la presidencia municipal, Gabriel Biestro Medinilla.

Ni opera en su contra, ni está detrás de las manifestaciones de inconformidad que se presentan en los actos proselitistas de la abanderada, ni desea el regreso de los partidos de la mafia del poder al gobierno.

No obstante, dijo más.

Aprovechó la respuesta para acusar que quien sí hizo pactos en el pasado con los enemigos de la cuatroté fue Rivera Vivanco, en concreto con los finados Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso Hidalgo.

Queda claro que la fractura en Morena, tras la disputa por la candidatura a la presidencia municipal, no ha sanado.

Se cumple una semana del inicio atropellado de las campañas locales, atropellado por la impuntualidad del Instituto Electoral del Estado en validar las candidaturas, como si fuera un organismo inexperto.

¿Qué ha pasado en esta primera semana?

Vemos, como ya se sabía, una lucha de dos Riveras por el puesto más importante: la alcaldía de Puebla.

Un Rivera que se ve sólido y aprovechando los tropiezos que ha tenido la actual administración municipal en poco más de dos años, si son muchos o pocos usted lo decide, para decir que él lo hará diferente y cambiará el rumbo; ojalá sea un rumbo mejor y para bien, en caso de que gane la contienda electoral.

Por otro lado, hay una Rivera que no ha dejado pasar la oportunidad de contestar a sus detractores, hablar de la famosa cuarta transformación y presumir que las cosas van mejor pero que necesita más tiempo para ahora sí hacer acciones que mejoren la calidad de la vida de los poblanos en la capital. Asegura que es muy atacada, cosa que nadie le discutirá, porque es la puntera y está haciendo un buen trabajo (eso dice). Juzgue usted.

En otro ring se disputan las diputaciones locales:

En Juntos Hacemos Historia (de Andrés Manuel López Obrador) destaca la confusión de quiénes son y quiénes no los candidatos, pues después de que el IEE echara abajo sus postulaciones por no cumplir con la paridad de género vemos propaganda de distintas personas por un mismo distrito y la misma coalición. Ya va una semana y ni sus fieles seguidores saben por quién votarán.

Los candidatos de la oposición, por el contrario, inician bien, haciendo lo que saben, nada extraordinario, pero suficiente para lucir mejor que los promotores de la cuatroté.

Así va la semana, restan tres, ¿veremos más de lo mismo o habrá un giro extraordinario que estimule a la gente a voltear a verlos y salir sí o sí a votar el 6 de junio? Parece difícil, pero deseamos que suceda.

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Por cierto, Claudia Rivera Vivanco ha formalizado ya la solicitud para organizar un debate entre candidatos a la presidencia municipal de Puebla.

Sus colaboradores llevaron el fin de semana la petición a las oficinas del consejo municipal electoral, órgano responsable de recibir la solicitud para darle el cauce pertinente.

Eso significa que la edil en busca de la reelección no se ha quedado solo con el pronunciamiento mediático en favor de este encuentro, sino que ha procedido para que sea la instancia que arbitra los comicios para que se encargue de la organización y la convocatoria.

De esta manera puede darse por hecho que sí habrá debate, dado que bastaba con la petición de uno de los aspirantes para que se realicen las gestiones necesarias con el fin de llevarlo a cabo, y eso ya ocurrió.

Lo que habrá que ver es las condiciones en que los consejeros del Instituto Electoral del Estado deciden realizarlo, debido a que la pandemia obliga a tomar medidas sanitarias que seguramente llevarán a elegir un formato diferente al de contiendas pasadas.

Pero sí, habrá debate.

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Quien respondió ayer a las acusaciones de Rivera Vivanco fue el diputado local con licencia y exaspirante a la presidencia municipal, Gabriel Biestro Medinilla.

Ni opera en su contra, ni está detrás de las manifestaciones de inconformidad que se presentan en los actos proselitistas de la abanderada, ni desea el regreso de los partidos de la mafia del poder al gobierno.

No obstante, dijo más.

Aprovechó la respuesta para acusar que quien sí hizo pactos en el pasado con los enemigos de la cuatroté fue Rivera Vivanco, en concreto con los finados Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso Hidalgo.

Queda claro que la fractura en Morena, tras la disputa por la candidatura a la presidencia municipal, no ha sanado.

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