/ martes 1 de junio de 2021

En Punto

A menos de una semana de que se lleve a cabo la culminación del proceso electoral, el ambiente político se ha enrarecido con tres hechos relacionados con el crimen.

El primero de ellos es el ya confirmado secuestro del candidato a presidente municipal de Acajete, por el Partido Verde Ecologista, Porfirio Lima, quien desde el fin de semana había comenzado a ser buscado por familiares y amigos.

En la mañanera del lunes, el gobernador Miguel Barbosa Huerta confirmó que el aspirante había sido capturado por una banda de delincuentes y dio a conocer que el tema era atendido ya, de manera conjunta, por la Secretaría de Gobernación y la Fiscalía General del Estado.

También ayer, la candidata a presidenta municipal de San Salvador El Seco por los partidos PAN y PRD, Guadalupe Serrano Fuentes, denunció que el domingo fue víctima de un intento de homicidio, cuando llegaba a la casa de sus padres después de participar en el debate de aspirantes a la alcaldía.

Serrano Fuentes explicó que el atentado con armas de fuego sucedió mientras estaba por bajar de su unidad.

Por la tarde y en un tercer suceso, Edgar Chumacero, asesor del candidato de Morena a la presidencia municipal de Libres, Armando Ruiz Solís, además de yerno de Blanca Alcalá Ruiz y esposo de Karina Romero Alcalá, aspirante a regidora en el municipio de Puebla, fue blanco de un intento de secuestro.

El político denunció en redes sociales que fue interceptado y golpeado cuando arribaba a Libres, en un presunto acto de captura del que logró resistirse y huir para ponerse a salvo de los delincuentes.

A primera vista parece que no hay conexión alguna entre los tres acontecimientos, pero eso no es necesario para prender las luces de alerta ante la proximidad de la jornada electoral.

Las autoridades estatales, principalmente, tienen la responsabilidad de actuar en torno a esos hechos delincuenciales para salvaguardar la vida de los actores que participarán en las votaciones el próximo domingo y de los propios electores, quienes esperan y desean ir a las urnas con todas las garantías de paz y seguridad en sus comunidades, ya sean cercanas o alejadas de la capital del estado.

***

“Qué mala opinión acaba de dar usted, doctor, pero gracias”. Estas fueron las palabras que expresó el gobernador del estado, Miguel Barbosa Huerta, después de que el secretario de Salud estatal pidió no relajar las medidas de prevención contra la Covid-19 pues, a decir del médico, el riesgo aún no cesa y la llegada de una tercera ola de contagios está latente.

El comentario de José Antonio Martínez se dio en el marco de una modificación del decreto donde se autoriza una mayor apertura de establecimientos sobre todo comerciales debido a que las seis regiones del estado se encuentran en semáforo epidémico amarillo, debido a lo bajo y estable de los contagios.

¿Por qué el gobernador parece haberse molestado a partir del consejo dado por el experto?

¿Tendrá algo que ver con la jornada electoral del próximo domingo?

La reacción cae aún más de sorpresa porque Miguel Barbosa ha repetido en varias ocasiones que prefiere mantenerse pesimista ante la pandemia para no tomar decisiones aceleradas.

De eso ha dado muestras cuando la Federación suaviza el semáforo epidemiológico para Puebla, pero el mandatario estatal prefiere esperar más tiempo.

La gente parece estar olvidando los riesgos y ahora también la autoridad da la impresión de hacerlo.

Esperemos que el gobernador sea el de la razón y que el peligro de la pandemia esté por desaparecer muy pronto, y que no estemos, por el contrario, frente al riesgo de sufrir una tercera oleada. Y también, que relajar las medidas restrictivas no sea parte de una estrategia política dictada desde el Palacio Nacional.

A menos de una semana de que se lleve a cabo la culminación del proceso electoral, el ambiente político se ha enrarecido con tres hechos relacionados con el crimen.

El primero de ellos es el ya confirmado secuestro del candidato a presidente municipal de Acajete, por el Partido Verde Ecologista, Porfirio Lima, quien desde el fin de semana había comenzado a ser buscado por familiares y amigos.

En la mañanera del lunes, el gobernador Miguel Barbosa Huerta confirmó que el aspirante había sido capturado por una banda de delincuentes y dio a conocer que el tema era atendido ya, de manera conjunta, por la Secretaría de Gobernación y la Fiscalía General del Estado.

También ayer, la candidata a presidenta municipal de San Salvador El Seco por los partidos PAN y PRD, Guadalupe Serrano Fuentes, denunció que el domingo fue víctima de un intento de homicidio, cuando llegaba a la casa de sus padres después de participar en el debate de aspirantes a la alcaldía.

Serrano Fuentes explicó que el atentado con armas de fuego sucedió mientras estaba por bajar de su unidad.

Por la tarde y en un tercer suceso, Edgar Chumacero, asesor del candidato de Morena a la presidencia municipal de Libres, Armando Ruiz Solís, además de yerno de Blanca Alcalá Ruiz y esposo de Karina Romero Alcalá, aspirante a regidora en el municipio de Puebla, fue blanco de un intento de secuestro.

El político denunció en redes sociales que fue interceptado y golpeado cuando arribaba a Libres, en un presunto acto de captura del que logró resistirse y huir para ponerse a salvo de los delincuentes.

A primera vista parece que no hay conexión alguna entre los tres acontecimientos, pero eso no es necesario para prender las luces de alerta ante la proximidad de la jornada electoral.

Las autoridades estatales, principalmente, tienen la responsabilidad de actuar en torno a esos hechos delincuenciales para salvaguardar la vida de los actores que participarán en las votaciones el próximo domingo y de los propios electores, quienes esperan y desean ir a las urnas con todas las garantías de paz y seguridad en sus comunidades, ya sean cercanas o alejadas de la capital del estado.

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“Qué mala opinión acaba de dar usted, doctor, pero gracias”. Estas fueron las palabras que expresó el gobernador del estado, Miguel Barbosa Huerta, después de que el secretario de Salud estatal pidió no relajar las medidas de prevención contra la Covid-19 pues, a decir del médico, el riesgo aún no cesa y la llegada de una tercera ola de contagios está latente.

El comentario de José Antonio Martínez se dio en el marco de una modificación del decreto donde se autoriza una mayor apertura de establecimientos sobre todo comerciales debido a que las seis regiones del estado se encuentran en semáforo epidémico amarillo, debido a lo bajo y estable de los contagios.

¿Por qué el gobernador parece haberse molestado a partir del consejo dado por el experto?

¿Tendrá algo que ver con la jornada electoral del próximo domingo?

La reacción cae aún más de sorpresa porque Miguel Barbosa ha repetido en varias ocasiones que prefiere mantenerse pesimista ante la pandemia para no tomar decisiones aceleradas.

De eso ha dado muestras cuando la Federación suaviza el semáforo epidemiológico para Puebla, pero el mandatario estatal prefiere esperar más tiempo.

La gente parece estar olvidando los riesgos y ahora también la autoridad da la impresión de hacerlo.

Esperemos que el gobernador sea el de la razón y que el peligro de la pandemia esté por desaparecer muy pronto, y que no estemos, por el contrario, frente al riesgo de sufrir una tercera oleada. Y también, que relajar las medidas restrictivas no sea parte de una estrategia política dictada desde el Palacio Nacional.

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