La contienda por la presidencia municipal de Puebla parece haberse definido en favor del candidato del PAN y otros cuatro partidos políticos, Eduardo Rivera Pérez. Y se subraya el “parece” porque hasta el cierre de esta columna no se contaba con los resultados oficiales para dar ese acontecimiento como un hecho formal, legal y definitivo.
Pero, incluso sin los números finales de esa elección, que serán aportados por el consejo general del Instituto Electoral del Estado el miércoles, como marcan los tiempos legales, las cifras preliminares y los resultados de las encuestas de salida permiten anticipar sin riesgo al error que así será, que los electores del municipio capital optaron una vez más por la alternancia en el poder.
Una ventaja de dos dígitos y poco más de 10 puntos porcentuales es lo que se prevé para el término del conteo de los votos, en favor del panista, lo que permite concluir que se ha tratado de un triunfo que elimina toda posibilidad de judicializar la elección, como suele surgir en la mente de algunos de los perdedores cada vez que concluye una disputa electoral con números cerrados.
El triunfo de Eduardo Rivera Pérez sobre Claudia Rivera Vivanco y los otros seis participantes ha sido contundente y solo habrá que esperar a que transcurran los plazos formales para que se le entregue la constancia de mayoría al panista, antes de que empiece a hacer los planes para rendir protesta en octubre próximo.
La buena noticia para los habitantes de la ciudad de Puebla es que Rivera Pérez no llegará al primer día de trabajo como presidente municipal sin saber qué hacer.
Es la segunda vez que será alcalde de la ciudad más importante del estado, lo que garantiza que llegará con entusiasmo y experiencia para trabajar por los poblanos desde su primer día de administración.
O por lo menos eso es lo que se espera de él.
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Claudia Rivera Vivanco ha sido la gran perdedora de esta contienda electoral, no solo porque competía con posibilidades de ganar por la presidencia municipal de mayor importancia en el estado y en representación del partido en el poder, Morena, sino por ser favorecida por los dirigentes de ese instituto político para buscar la reelección.
Rivera Vivanco fue de los pocos presidentes municipales en funciones que contó con el visto bueno de quienes mandan en los partidos para ir por un segundo periodo de gobierno, a través de este novedoso instrumento asentado en la Constitución que permite a ediles y legisladores en funciones reelegirse, siempre y cuando consigan el aval de los electores en las urnas.
La edil con licencia logró meterse en la elección y lanzarse a la aventura, sin saber con exactitud qué le tendrían preparado los ciudadanos del municipio que gobierna desde octubre de 2018.
La aventura fue dolorosa y decepcionante para ella porque no consiguió ser ratificada en el poder.
Esa posibilidad, la de ir por una segunda ocasión consecutiva a las urnas, hizo atractiva la participación de Rivera Vivanco en esta elección.
Frente a la incertidumbre, el voto de los electores mostraría la aprobación o el rechazo de un gobierno municipal que estuvo permanentemente en el foco del escrutinio público.
Los resultados fueron claros.
La segunda edil mujer del municipio capital fue reprobada y devuelta a su casa.
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La disputa por las diputaciones federales no arrojó sorpresas.
Según cifras preliminares, entre ocho y nueve de 15 distritos serán para Morena, en coalición con PT y el Verde, y entre seis y siete para los partidos integrantes de la alianza Va por México, de PAN, PRI y PRD.
La repartición de curules en el Congreso del Estado es la gran incógnita.
Hasta el cierre de esta edición no se tenía la certeza de los distritos ganados por las distintas fuerzas políticas y menos si se concretaría o no una mayoría en favor de los intereses políticos del gobernador Miguel Barbosa.
Eso se sabrá en los próximos dos días, una vez que se oficialicen los resultados.
