La primera legislatura de la denominada Cuarta Transformación ha decidido heredar a los próximos diputados la despenalización del aborto y la Ley en Materia de Desaparición de Personas, a pesar de que ambas son exigencias ciudadanas.
Resulta que los diputados esperan el visto bueno del gobernador Miguel Barbosa, al menos en el caso de la ley de desaparecidos, pues a decir de la presidenta del Congreso del Estado y diputada de Morena (y próxima líder del PT), Nora Merino Escamilla, el mandatario enviará en estos días una propuesta que se sumará a la presentada el año pasado por la morenista Estefanía Rodríguez Sandoval.
Dicen que el miedo no anda en burro y la muestra la dio también el Congreso de Puebla que evitó a toda costa que los colectivos feministas, que exigen la despenalización del aborto, se acercaran a las instalaciones del legislativo,el jueves pasado.
Los diputados dispusieron la colocación de vallas metálicas y un cerco de policías estatales que custodiaron las calles aledañas a la sede legislativa. ¿La razón? Evitar el ingreso de las mujeres que en noviembre del año pasado tomaron de forma pacífica las instalaciones.
Es por eso que los diputados de la llamada 4T (Morena y PT) pasarán a la historia, sí, pero por incumplir lo que prometieron en la campaña de 2018 en materia de derechos humanos y a favor de las mujeres.
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Con la novedad de que no solo los dirigentes estatales de los partidos políticos más importantes del estado pretenden reelegirse, como Genoveva Huerta Villegas en el PAN, sino que en los pequeños también habitan aspiraciones reeleccionistas entre sus líderes.
Ese es el caso de Fernando Morales Martínez, quien ha reconocido que pretende repetir en el cargo de presidente de Movimiento Ciudadano una vez que en octubre termine el periodo para el que fue designado.
Y no solo eso.
Agárrese, después de ser dirigente por un periodo más, el expriista quiere ser candidato a gobernador del estado en 2024.
“Tengo derecho a la reelección y me pienso reelegir, me voy a postular”, reveló en entrevista con este diario, orgulloso no solo se la supervivencia de MC como partido político tras los comicios del 6 de junio, sino de la ubicación de ese instituto como cuarta fuerza en el estado, por encima del PRD o Pacto Social de Integración, por citar solo dos ejemplos.
Pero la ambición, perdón, la aspiración, no para en la dirigencia, sino en convertirse en candidato para disputar la sucesión de Miguel Barbosa Huerta.
Se ha apuntado desde ya en caso de que MC decida competir de manera individual, como lo hizo en la pasada contienda.
Y si no, adelanta, negociará una mega coalición con PAN, PRI o PRD.
Cómo ve al líder del partido naranja.
Al menos, ímpetu, tiene.
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Armando Ríos Piter, uno de los dos rectores que aparentemente tiene la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) en estos momentos, se muestra optimista y seguro frente a las cámaras de los medios de comunicación, lo mismo que en sus redes sociales, para afirmar que todo marcha sobre ruedas en esa institución y que se opera sin contratiempos.
Intenta transmitir confianza; está en su papel.
Sin embargo, a principios de esta semana podría tener que dejar la silla que ocupa en el inmueble de la Recta para darle paso a Luis Ernesto Derbez, quien, aunque le parezca “extraño” e “irregular” a la representación legal de la parte demandante, cuenta en su beneficio con el fallo de un juez federal para ocupar de nueva cuenta la rectoría.
Esto no significa que la Fundación Jenkins y Derbez ya hayan ganado la guerra jurídica, como bien se asienta en el amparo dado a conocer el viernes, pero sí que se les deben restituir el patronato y la universidad en tanto no haya una sentencia definitiva.
No puede haber dos rectores, con todo y que haya dos personajes que se asuman como tal: Ríos y Derbez.
