/ lunes 2 de agosto de 2021

En Punto

La sucesión de rector en la BUAP ha llegado al punto importante: agosto es el mes previo a la elección formal en la máxima casa de estudios, lo que significa que esta misma semana comenzarán a registrarse movimientos en la institución, tendientes a organizar el proceso que culminará en los primeros días de octubre con la salida de Alfonso Esparza Ortiz y el ascenso de un nuevo personaje.

Lilia Cedillo Ramírez, quien es directora del Centro de Detección Biomolecular y aspirante a la rectoría, recibirá respaldos públicos por parte de agrupaciones de estudiantes y maestros en esta semana, que se traducirán en el arranque formal de una de las académicas que había sido mencionada en los trascendidos de café que se manejaron desde principios de año.

La doctora Cedillo, a quien se le elogiará desde esos pronunciamientos, entre otras cosas, por su contribución a la batalla del frente médico y sanitario en contra del coronavirus, se convertirá de esa forma en la puntera en el incipiente inicio de la breve e intensa contienda electoral.

Días atrás, sin embargo, la exsecretaria general Guadalupe Grajales Porras ya había anunciado públicamente sus intenciones de participar en el proceso, con lo que se convirtió en la primera de las tiradoras (y tiradores) en levantar la mano para revelar el deseo de suceder a Esparza.

Grajales Porras dejó de ser funcionaria universitaria, pero ha insistido que seguirá en busca de la rectoría y confirmado que se inscribirá una vez que sea publicada la convocatoria.

Francisco Vélez Pliego, director del de Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, puede ser el tercer aspirante que se aliste para competir.

Anote entonces a tres: Cedillo, Grajales y Vélez.

Solo espere que se lleve a cabo la renovación del Consejo Universitario para que luego se publique la convocatoria a elecciones para saber quiénes finalmente le entrarán a la competencia.


***

Poco o nada ha podido hacer el diputado federal poblano Ignacio Mier Velasco para revertir la percepción generalizada de que él y solo él ha sido responsable de posponer el desafuero de los legisladores Saúl Huerta y Mauricio Toledo.

La exhibida que le puso la senadora panista Xóchitl Gálvez bastó para aclarar que no es la oposición a Morena, como Mier ha querido hacer creer, la que se opone al tema, sino el poblano, quien de esa forma ha impedido que Huerta sea llevado ante la justicia para responder por las acusaciones de abuso sexual de menores que pesan en su contra.



***

Sin incidentes, sin quejas ni contratiempos.

Así transcurrió el ejercicio de la consulta popular este domingo en Puebla, promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador y organizada por el INE, para, según el mandatario mexicano, definir si le entra o no a los trancazos jurídicos en contra de sus antecesores por los seguros desfalcos multimillonarios que le hicieron al erario federal.

Y cómo no iba a transcurrir en completa calma ese raro intento de consulta popular, si el interés de la mayoría de las personas por participar en ella fue completamente nulo.

Será hasta este día o a más tardar mañana cuando el consejo local del INE dará a conocer los números exactos de la participación de los poblanos, pero un simple recorrido por los centros de votación permitió ver que la gente, por lo menos en el estado de Puebla, no fue a atender el llamado del presidente.

Sin los números requeridos, 40 por ciento de asistencia, la consulta y los 500 millones de pesos que se destinaron para llevarla a cabo habrán sido completamente inútiles.

Aunque, la verdad, el origen de la misma fue siempre irrelevante en términos jurídicos, porque existen las herramientas para que López Obrador, si quisiera, castigara los excesos del pasado sin necesidad de preguntarle a los habitantes del país.

Puro show el del mandatario.

La sucesión de rector en la BUAP ha llegado al punto importante: agosto es el mes previo a la elección formal en la máxima casa de estudios, lo que significa que esta misma semana comenzarán a registrarse movimientos en la institución, tendientes a organizar el proceso que culminará en los primeros días de octubre con la salida de Alfonso Esparza Ortiz y el ascenso de un nuevo personaje.

Lilia Cedillo Ramírez, quien es directora del Centro de Detección Biomolecular y aspirante a la rectoría, recibirá respaldos públicos por parte de agrupaciones de estudiantes y maestros en esta semana, que se traducirán en el arranque formal de una de las académicas que había sido mencionada en los trascendidos de café que se manejaron desde principios de año.

La doctora Cedillo, a quien se le elogiará desde esos pronunciamientos, entre otras cosas, por su contribución a la batalla del frente médico y sanitario en contra del coronavirus, se convertirá de esa forma en la puntera en el incipiente inicio de la breve e intensa contienda electoral.

Días atrás, sin embargo, la exsecretaria general Guadalupe Grajales Porras ya había anunciado públicamente sus intenciones de participar en el proceso, con lo que se convirtió en la primera de las tiradoras (y tiradores) en levantar la mano para revelar el deseo de suceder a Esparza.

Grajales Porras dejó de ser funcionaria universitaria, pero ha insistido que seguirá en busca de la rectoría y confirmado que se inscribirá una vez que sea publicada la convocatoria.

Francisco Vélez Pliego, director del de Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, puede ser el tercer aspirante que se aliste para competir.

Anote entonces a tres: Cedillo, Grajales y Vélez.

Solo espere que se lleve a cabo la renovación del Consejo Universitario para que luego se publique la convocatoria a elecciones para saber quiénes finalmente le entrarán a la competencia.


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Poco o nada ha podido hacer el diputado federal poblano Ignacio Mier Velasco para revertir la percepción generalizada de que él y solo él ha sido responsable de posponer el desafuero de los legisladores Saúl Huerta y Mauricio Toledo.

La exhibida que le puso la senadora panista Xóchitl Gálvez bastó para aclarar que no es la oposición a Morena, como Mier ha querido hacer creer, la que se opone al tema, sino el poblano, quien de esa forma ha impedido que Huerta sea llevado ante la justicia para responder por las acusaciones de abuso sexual de menores que pesan en su contra.



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Sin incidentes, sin quejas ni contratiempos.

Así transcurrió el ejercicio de la consulta popular este domingo en Puebla, promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador y organizada por el INE, para, según el mandatario mexicano, definir si le entra o no a los trancazos jurídicos en contra de sus antecesores por los seguros desfalcos multimillonarios que le hicieron al erario federal.

Y cómo no iba a transcurrir en completa calma ese raro intento de consulta popular, si el interés de la mayoría de las personas por participar en ella fue completamente nulo.

Será hasta este día o a más tardar mañana cuando el consejo local del INE dará a conocer los números exactos de la participación de los poblanos, pero un simple recorrido por los centros de votación permitió ver que la gente, por lo menos en el estado de Puebla, no fue a atender el llamado del presidente.

Sin los números requeridos, 40 por ciento de asistencia, la consulta y los 500 millones de pesos que se destinaron para llevarla a cabo habrán sido completamente inútiles.

Aunque, la verdad, el origen de la misma fue siempre irrelevante en términos jurídicos, porque existen las herramientas para que López Obrador, si quisiera, castigara los excesos del pasado sin necesidad de preguntarle a los habitantes del país.

Puro show el del mandatario.

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