Terminado el periodo de auscultación de perfiles y emitido el dictamen de idoneidad, el proceso de elección de nuevo rector en la BUAP tiene ya a los personajes que contenderán formalmente para tratar de convertirse en sucesores de Alfonso Esparza Ortiz, quien se encuentra al frente de la institución desde 2013, cuando entró al relevo de Enrique Agüera Ibáñez.
Son cuatro universitarios, dos mujeres y dos hombres, quienes han recibido el visto bueno de los integrantes de la comisión de auscultación para participar en la siguiente fase, la más importante, que les da derecho a inscribirse como candidatos a rector y competir por el cargo en disputa.
Se trata de Lilia Cedillo Ramírez, Guadalupe Grajales Porras, Ricardo Paredes Solorio y Víctor Tamariz Flores.
Lilia Vázquez Martínez y Francisco Vélez Pliego, que antes de conocer el informe ya se había autodescartado, quedaron fuera de la contienda.
¿Qué revisaron los auscultadores para aprobar la inscripción?
Tomaron en cuenta la trayectoria académica y profesional de los aspirantes, su antigüedad en la universidad y el respaldo que demostraron tener por parte de la comunidad universitaria.
¿Qué sigue ahora?
Esos cuatro aspirantes tendrán que registrarse hoy, para hacer campaña del 6 al 17 de septiembre, a través de las correspondientes herramientas digitales, y participar en la jornada electoral del 20 del mismo mes.
Todo se resolverá en menos de tres semanas a partir de hoy.
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La presidenta municipal saliente y el edil electo de Puebla han entrado en un episodio de confrontación, todavía de baja estridencia, que tiene que ver con las finanzas en el ayuntamiento de Puebla.
Después de que Eduardo Rivera Pérez declarara que no tenía certeza de cuánto dinero recibirá una vez que llegue a palacio municipal y pidiera que se le dejara al menos para la operación del gobierno de la segunda quincena de octubre, así como de noviembre y diciembre, y de que sugiriera que en caso de ser necesario recurrirá a la adquisición de un crédito, Claudia Rivera Vivanco se apresuró a responder, para afirmar que su sucesor no tendrá por qué hacerlo.
Mientras llegan los plazos establecidos para el cambio de estafeta en la administración municipal, sobresale el hecho de que ambos políticos, una emanada de Morena y otro del PAN, ya se han enfrascado de manera pública en la discusión del tema financiero, en medio de una percepción que se ha ido robusteciendo en el sentido de que la gestión saliente se ha puesto a gastar en obras y servicios que no tenía previstos hace unos meses, como en tono desesperado.
Rivera Vivanco afirma que esto no ha sucedido así, pero en el equipo de Rivera Pérez tienen otros datos.
Como sea, la realidad de las arcas municipales se conocerá en unas cuantas semanas, y entonces sí, si hubiese los elementos, un escándalo estallará.
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La que podría ser la última estampa de una atropellada relación política de los gobernantes Claudia Rivera y Miguel Barbosa Huerta ocurrirá en un día emblemático para los mexicanos, la noche del 15 de septiembre.
El martes fue confirmado por parte del gobernador, con la presentación oficial de una nueva campana en la sede de Casa Aguayo, que los dos políticos emanados de Morena harán la representación del grito de independencia por su lado, ella frente al zócalo y él en el barrio del Alto.
En el pasado, en el último año de gobierno de Manuel Bartlett Díaz, 1998, también hubo dos gritos simultáneos. El priista se fue a Zacapoaxtla, mientras que el entonces edil de Puebla, Gabriel Hinojosa Rivero, lo hizo en la ciudad.
Ahora volverá a haber dos, pero en la misma zona del estado, con apenas un kilómetro de distancia entre uno y otro, para dar el cerrojazo de una mala relación política entre los dos personajes.
