Después de tanta incertidumbre, hay buenas noticias para los derechohabientes y trabajadores del IMSS en Puebla.
La mañana de ayer, el gobernador Miguel Barbosa Huerta habló de un proyecto que convertirá a Puebla en la entidad con el mayor número de camas de hospital de ese instituto de seguridad social y se proyecta lograr principalmente con la reconstrucción de San Alejando (inservible desde el sismo del 19 de septiembre de 2017), un nuevo nosocomio en el municipio de Amozoc y otro en las instalaciones de CIMA, que se localiza en la zona de Angelópolis, detrás de la Universidad Iberoamericana.
La declaración del mandatario despeja muchas dudas puesto que, desde que ocurrió el movimiento telúrico de aquel entonces, tanto el municipio de Amozoc como el inmueble que alguna vez se llamó CIMA encabezaron la lista de los lugares que albergarían o remplazarían a San Alejandro y no que lo complementarían en beneficio de los poblanos.
Sin duda son muy buenas noticias para todos. Esos tres nuevos lugares, más la ampliación del Hospital General de Zona #20, La Margarita, dan mucha esperanza a los cientos de trabajadores que se han desempeñado en un estado de hacinamiento desde hace cuatro años y a quienes no han podido obtener una base por falta de espacios.
Ni qué decir de los derechohabientes y usuarios, que han pasado días enteros en los pasillos ante la carencia de un lugar adecuado para ser atendidos.
Ahora nada más falta saber cuándo estará listo este ambicioso proyecto o, por lo menos, empezar a ver un cambio importante en la demolición del que fue el nosocomio más importante no solo del estado, sino de Latinoamérica.
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Fuera de los gobiernos emanados de Morena, un poblano que ha insistido recurrentemente acerca de la necesidad de reconstruir San Alejandro o construir un nosocomio nuevo que brinde los servicios que éste daba es el diputado federal Mario Riestra Piña, del PAN.
Una vez arrancada la campaña electoral de este año, Riestra, entonces abanderado a legislador, arrancó su trabajo proselitista en compañía de otros candidatos en la entrada de lo que fue el hospital de San Alejandro, para reclamarle al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador la falta de resultados en el rescate del inmueble.
Hace poco, el pasado fin de semana, el mismo Riestra subió a sus redes sociales una fotografía donde aparece junto al director general del IMSS, Zoé Robledo Aburto, acompañada de un texto que informaba de la reunión con el fin de analizar el proyecto integral para la sustitución del nosocomio.
Así que no hay que descartar que la presión vertida desde diversos sectores fuera la que influyó para acelerar, parece que ahora sí, la respuesta del presidente.
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Al mismo tiempo que se llevaban a cabo los registros de Genoveva Huerta Villegas y Augusta Valentina Díaz de Rivera como precandidatas a la presidencia del Comité Directivo Estatal del PAN, entre los militantes de ese partido surgía la duda sobre el tercero en discordia.
Atentos, algunos de los observadores esperaban la aparición del diputado local Rafael Micalco Méndez en uno de los dos actos de precampaña, lo que definiría públicamente el sentido de sus filias.
No llegó a ninguno.
El otrora aspirante a la dirigencia apareció hasta este lunes, en conferencia de prensa, para celebrar la inscripción de dos candidatas, afirmar que ahora sí habrá democracia interna en el partido y desmarcarse de las dos.
En efecto, Micalco Méndez no se pronunció a favor de ninguna.
Incluso, se negó a emitir un pronóstico.
“Al día de hoy la moneda está en el aire, hoy no podemos afirmar cuál de las dos planillas pudiera ganar el proceso interno”, contestó, ante las preguntas de los reporteros, quien fue el presidente del partido en la época previa al morenovallismo.
