/ jueves 14 de octubre de 2021

En Punto

Si no tuvieran nada que esconder, los diputados federales del PRI que representan a Puebla habrían llegado a la reunión convocada por la cúpula empresarial del estado el pasado lunes.

Si los legisladores del partido tricolor no estuviesen pactando, en la oscuridad de las cavernas políticas, la aprobación de la reforma energética del presidente López Obrador, como se cree en todos los rincones del país, los tres poblanos priistas, una mujer y dos hombres, habrían ido a la sede del Consejo Coordinador Empresarial para escuchar las opiniones de sus dirigentes.

Pero pues, como algo han de traer entre manos, no llegaron.

Blanca Alcalá Ruiz, Lázaro Jiménez Aquino y Javier Casique Zárate, diputados federales del PRI, desairaron la invitación del CCE y Coparmex para intercambiar puntos de vista acerca del intento presidencial por modificar la constitución para echar abajo la reforma venida de Enrique Peña Nieto y reducir la participación de las empresas, nacionales e internacionales, en la generación de energías.

La convocatoria del organismo presidido por Ignacio Alarcón Rodríguez Pacheco incluyó a priistas y panistas.

Quienes sí llegaron, y acordaron armar un frente común en contra del deseo presidencial, fueron los legisladores blanquiazules Ana Teresa Aranda Orozco, Carolina Beauregard Martínez y Mario Riestra Piña.

***

A propósito de panistas.

Eduardo Rivera Pérez ha trasladado las diferencias políticas existentes con algunos de los militantes de su partido al evento que servirá de escenario para su toma de protesta, mañana viernes en el Centro Expositor.

Hasta ayer por la tarde, el presidente municipal electo de Puebla no había invitado al evento de la zona de Los Fuertes a Jesús Giles Carmona, secretario general del Comité Directivo Estatal en funciones de presidente; tampoco a Genoveva Huerta Villegas, presidenta con licencia que compite por la reelección; ni a las diputadas federales Carolina Beauregard y Mar y Cielo Aldana Huidobro, quien ya despacha como suplente de Genoveva en la Cámara de Diputados.

Como verá usted, se trata de su oponente en la lucha por la dirigencia del partido y los aliados de ella, quienes no fueron convocados a la fiesta.

Sin embargo, con todo y la polarización que hay entre ellos, por mera cortesía política debió invitar a quien hoy ocupa el cargo de representación más importante en el partido que lo postuló para la presidencia municipal de Puebla.

Ese es Giles Carmona, pero no fue convocado.

El dirigente nacional, Marko Cortés, evidentemente sí está invitado.

Lo mismo que legisladores federales como Margarita Zavala Gómez del Campo, quien al parecer dormirá en casa de Ana Teresa Aranda esta noche para mañana, muy temprano, ir al Centro Expositor.

***

Parece asomar una luz al final del túnel en que se ha convertido, para miles de estudiantes, profesores y trabajadores administrativos, el conflicto judicial en que se encuentra inmersa la Universidad de las Américas Puebla.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) aceptó la solicitud de ejercer la facultad de atracción del conflicto en el que integrantes de la familia Jenkins están señalados por el presunto desvío de 14 mil millones de pesos a paraísos fiscales que se localizan fuera del país.

El 7 de octubre el ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá aceptó de oficio la solicitud para atraer el caso, por lo que esta será la primera vez en que el máximo tribunal interviene en el litigio que inició en 2016.

¿Representará esto el fin del problema?

La comunidad universitaria deseará que sí.


Si no tuvieran nada que esconder, los diputados federales del PRI que representan a Puebla habrían llegado a la reunión convocada por la cúpula empresarial del estado el pasado lunes.

Si los legisladores del partido tricolor no estuviesen pactando, en la oscuridad de las cavernas políticas, la aprobación de la reforma energética del presidente López Obrador, como se cree en todos los rincones del país, los tres poblanos priistas, una mujer y dos hombres, habrían ido a la sede del Consejo Coordinador Empresarial para escuchar las opiniones de sus dirigentes.

Pero pues, como algo han de traer entre manos, no llegaron.

Blanca Alcalá Ruiz, Lázaro Jiménez Aquino y Javier Casique Zárate, diputados federales del PRI, desairaron la invitación del CCE y Coparmex para intercambiar puntos de vista acerca del intento presidencial por modificar la constitución para echar abajo la reforma venida de Enrique Peña Nieto y reducir la participación de las empresas, nacionales e internacionales, en la generación de energías.

La convocatoria del organismo presidido por Ignacio Alarcón Rodríguez Pacheco incluyó a priistas y panistas.

Quienes sí llegaron, y acordaron armar un frente común en contra del deseo presidencial, fueron los legisladores blanquiazules Ana Teresa Aranda Orozco, Carolina Beauregard Martínez y Mario Riestra Piña.

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A propósito de panistas.

Eduardo Rivera Pérez ha trasladado las diferencias políticas existentes con algunos de los militantes de su partido al evento que servirá de escenario para su toma de protesta, mañana viernes en el Centro Expositor.

Hasta ayer por la tarde, el presidente municipal electo de Puebla no había invitado al evento de la zona de Los Fuertes a Jesús Giles Carmona, secretario general del Comité Directivo Estatal en funciones de presidente; tampoco a Genoveva Huerta Villegas, presidenta con licencia que compite por la reelección; ni a las diputadas federales Carolina Beauregard y Mar y Cielo Aldana Huidobro, quien ya despacha como suplente de Genoveva en la Cámara de Diputados.

Como verá usted, se trata de su oponente en la lucha por la dirigencia del partido y los aliados de ella, quienes no fueron convocados a la fiesta.

Sin embargo, con todo y la polarización que hay entre ellos, por mera cortesía política debió invitar a quien hoy ocupa el cargo de representación más importante en el partido que lo postuló para la presidencia municipal de Puebla.

Ese es Giles Carmona, pero no fue convocado.

El dirigente nacional, Marko Cortés, evidentemente sí está invitado.

Lo mismo que legisladores federales como Margarita Zavala Gómez del Campo, quien al parecer dormirá en casa de Ana Teresa Aranda esta noche para mañana, muy temprano, ir al Centro Expositor.

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Parece asomar una luz al final del túnel en que se ha convertido, para miles de estudiantes, profesores y trabajadores administrativos, el conflicto judicial en que se encuentra inmersa la Universidad de las Américas Puebla.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) aceptó la solicitud de ejercer la facultad de atracción del conflicto en el que integrantes de la familia Jenkins están señalados por el presunto desvío de 14 mil millones de pesos a paraísos fiscales que se localizan fuera del país.

El 7 de octubre el ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá aceptó de oficio la solicitud para atraer el caso, por lo que esta será la primera vez en que el máximo tribunal interviene en el litigio que inició en 2016.

¿Representará esto el fin del problema?

La comunidad universitaria deseará que sí.


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