El pretendido proceso de reconciliación de la recién estrenada presidenta del Comité Directivo Estatal del PAN, Augusta Valentina Díaz de Rivera, va a resultarle difícil.
Genoveva Huerta Villegas se ha negado ya públicamente a sentarse a platicar con la nueva dirigente mientras las autoridades electorales competentes no resuelvan la impugnación que presentó en contra de los resultados de la contienda interna celebrada en noviembre del año pasado.
La postura ha sido vertida por Huerta Villegas después de que Díaz de Rivera anunciara el penúltimo día del 2021 que iniciaría en este mes acercamientos y mesas de trabajo con los diferentes liderazgos del PAN para conseguir acuerdos que le permitan al partido caminar con un mejor rumbo.
Pues Genoveva Huerta ha dicho que no, y se impedirá de momento que se lleve a cabo la anhelada reunificación de intereses en torno a un solo proyecto.
La diputada federal, perdedora en el proceso de elección de nueva presidenta, es la cabeza del grupo opositor a Eduardo Rivera Pérez, donde confluyen no solo Díaz de Rivera sino también el secretario general Marcos Castro Martínez.
Así que, sin Huerta Villegas en esos encuentros con los principales actores del panismo a nivel estatal, las pláticas de poco o nada servirán.
Valentina Díaz de Rivera, Marcos Castro y el mismísimo Eduardo Rivera tendrán que esperar al fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para saber por dónde caminará esa cicatrización de heridas entre los grupos.
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Los partidos políticos Encuentro Solidario y Fuerza por México perdieron el registro nacional apenas el año pasado después de no alcanzar ni el 3 por ciento de la votación general en los comicios federales, pero ya están más que puestos y dispuestos a conseguirlo a nivel local.
El consejero presidente del Instituto Electoral del Estado, Miguel Ángel García Onofre, ha dado a conocer que de los tres partidos políticos que en una primera instancia habían hecho acercamientos para mantener el registro como partido político estatal, además de los dos referidos lo hizo también Redes Sociales Progresistas, solo aquellos presentaron la solicitud dentro del plazo de 10 días hábiles que la autoridad electoral les otorga para cumplir con la petición formal.
Los escritos ya las condiciones de esos dos partidos se encuentran en análisis y será en los próximos días cuando se emitan los dictámenes correspondientes para llevarlos a sesión del consejo general del organismo, donde se les dirá si procede o no la petición.
Si el Instituto Electoral del Estado les da el sí, cosa que, ha trascendido, es muy probable, podrán postular candidatos y competir en las elecciones extraordinarias de Tlahuapan, Teotlalco y San José Miahuatlán, que el 6 de marzo repetirán la contienda para definir presidente o presidenta municipal.
Aunque usted no lo crea.
Como si no hubiese ya suficientes mini partidos, dos más podrían sumarse a ese cómodo estilo de vivir de las prerrogativas.
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Poco se ha hablado de la renovación de las 17 presidencias auxiliares en el municipio de Puebla, pero el proceso, que concluirá en febrero, abre una posibilidad de expansión de la hegemonía política del presidente municipal en funciones, Eduardo Rivera Pérez.
Casi aparejadas con los comicios de alcalde, las elecciones en esas demarcaciones auxiliares terminan siendo influidas por personajes de la política local que a través de alfiles o aliados buscan imponer perfiles para fortalecerse a ellos mismos o a sus proyectos de mediano y largo plazo.
Personajes del PAN y de Morena con aspiraciones para competir en la elección de presidente municipal del 2024 meterán las manos, pero también lo hará, o eso parece, Eduardo Rivera, que dentro de dos años buscará la reelección o la gubernatura del estado.
No se sabe quiénes son los aliados del edil que competirán a través de las diferentes planillas, pero sí se sabe que la tarea política ha sido encargada a Jorge Cruz Lepe, su secretario de Gobernación, en mancuerna con un viejo conocido y amigo del alcalde: Abel Hernández.
