Amanda Gómez Nava protagonizó un episodio bochornoso durante su comparecencia frente a los diputados integrantes de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, cuando Sergio Salomón Céspedes Peregrina le preguntó, como parte del ejercicio que se realizaba con los aspirantes a la Auditoría Superior del Estado, cómo se integraba una cuenta pública.
Inmediatamente después del cuestionamiento, Gómez Nava se puso a escribir quién sabe qué anotaciones en un papel y se quedó en silencio, unos largos segundos, sin responder a la pregunta, por lo que el diputado local de Morena y presidente del Congreso tuvo que insistir, como para tener la certeza de que la aspirante a auditora lo había escuchado.
De vuelta en el diálogo con su interlocutor, la secretaria de la Función Pública se dispuso a contestar, pero no logró hacerlo coherente, lógica ni estructuradamente. Pareció, por lo poco que atinó a decir, que no entendió si Salomón Céspedes le había inquirido sobre cómo se integraba o cómo se entregaba una cuenta pública. En síntesis, cantinfleó y contestó mal.
Para mala suerte de la aspirante, el hecho fue transmitido en tiempo real a través de los canales institucionales del Congreso, lo que desató una avalancha de críticas en redes sociales.
Al final de la comparecencia, consciente del trago amargo, Gómez Nava explicó que se había puesto nerviosa y nada más. Por el bien de la Auditoría, habrá que creerle, porque pensar que la futura auditora no sabe cómo integrar una cuenta pública, algo tan básico para asumir a la responsabilidad de fiscalizar el ejercicio de los recursos públicos del estado, sería trágico.
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Algunos problemas vienen acumulándose en el ayuntamiento de Puebla con el inicio de operaciones del sistema de parquímetros en el centro de la ciudad y no parece que tengan que ver con las recientes declaraciones del gobernador Miguel Barbosa, que cuestionó la entrega de la concesión a la empresa Parkimovil.
Según Edgar Vélez Tirado, secretario de Movilidad e Infraestructura del gobierno municipal, ha tenido que aplazarse nuevamente el arranque del programa debido a que no se han concluido los últimos detalles de funcionamiento, lo que hace imposible que cumplir con la última fecha prevista, que era el 16 de mayo.
No obstante, este cambio no es el primero.
En un principio se aseguró que los parquímetros comenzarían a funcionar después del periodo de vacaciones de la semana santa, el 25 de abril, pero esa fecha se movió para el 16 de mayo, por cuestiones que no se explicaron, pero que se entendieron con el hecho de que todavía no estaba concluido el proceso de licitación.
Ahora se dice que no será el 16, sino el 20 de mayo, lo que ya empieza a percibirse como falta de seriedad en el tema.
Vélez Tirado y demás funcionarios municipales involucrados en esta tarea deben recordar que un sector de la población no está a gusto con la próxima instalación de parquímetros, y que en la misma medida que comience a retrasarse su operación y surjan problemas, se dará paso a críticas e inconformidades. Así que más les conviene ponerse a trabajar en todos los pendientes para evitarlas.
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Hasta hace unas semanas se sabía muy poco de Coronango. Hoy las cosas han cambiado. Ese municipio de la zona conurbada de Puebla se ha vuelto famoso por los hechos de violencia ocurridos hace unos días, que sacudieron la paz de los habitantes y los han obligado a organizarse para exigir a las autoridades de los tres niveles de gobierno que trabajen para devolverles la seguridad de la que antes gozaban.
“Basa de inseguridad y más asesinatos” es un mensaje que circula entre vecinos del municipio para convocar a una marcha por la paz que se realizará el domingo en la plaza principal, después de que este jueves se confirmara que los cuerpos de tres personas aparecidos en Tlaxcala correspondían a los levantados del municipio.
