/ jueves 11 de marzo de 2021

¿Eres Macedonio o te haces…?

Salgado Macedonio ya es estereotipo de violencia contra las mujeres en México, y si los guerrerenses lo permiten podrían demostrar al mundo que un presunto violador si puede ser gobernador.

Félix tiene fama de macho valentón, de hacer lo que le plazca y pisotear las leyes a su antojo, de mearse en la calle o monumento que le venga en gana, de destruir lo que quiera, como Terminator, montado en la motocicleta.

Está claro que carece de pudor e incluso de vergüenza, pues una persona de valores se habría alejado de la política y la exhibición pública desde el momento mismo en que se le acusó de abuso sexual.

Pero Macedonios no son especímenes propios de las costas del pacífico, no, Macedonios son aquellos que acosan mujeres en lo doméstico, en lo político, en lo editorial, en lo laboral, en la calle, la micro, el bus.

Macedonios son aquellos que desprestigian el nombre y apellido de las mujeres de manera sistemática, que ven en el ataque al género femenino su mejor ventana de oportunidad para dejar claro quién es el macho, el patriarca del barrio bravo.

Hace poco un diputado Macedonio gritó ¡esquizofrénica! a una mujer diputada en el Congreso del estado de Puebla. La prensa y sus pares corroboraron por enésima vez la pata machista de la que cojea este sujeto de chalequito vaquero.

Macedonios en el Legislativo local hay más de uno, demostrado está.

Claudia Rivera, Genoveva Huerta, Liza Aceves, Lourdes Rosales, Nancy de la Sierra, por su puesto que identifican claramente a sus Macedonios depredadores, golpeadores y acosadores.

Poca diferencia existe entre los Macedonios que físicamente lastiman la integridad de las mujeres, los que las acuchillan, los que las someten psicológicamente y los que disparan epítetos denigrantes contra su honor y prestigio.

¿Y qué decir de los Macedonios que desde sus posiciones de privilegio y echando mano del aparato gubernamental y legislativo atacan a Claudia Rivera sin la menor consideración?

¿O de aquellos Macedonios que ponen en entredicho la autonomía, inteligencia y capacidad política de Genoveva Huerta al frente del PAN Estatal, insistiéndole en entregas editoriales y testeos en redes sociales que un varón la manipula?

Macedonios son aquellos que no consienten el valor, la igualdad y capacidad de la mujer por creerla sin sesos ni voluntad propia. Son aquellos que sentencian al fracaso a las mujeres con juicios inquisitorios antes de su participación en cualquier disciplina o tarea.

¿Y los macedonios que se desviven en elogios a las mujeres del gabinete estatal, fingiendo feminismo, pero enderezan ataques a las opositoras del régimen?

¿Y los Macedonios patriarcales de la política y la función pública? ¿Y los que reprobaron la respuesta agresiva del 8M en Puebla y la CDMX, cuando el catalizador del asunto fue la indiferencia gubernamental a sus reclamos de seguridad, igualdad y libertad?

México es un país donde los Macedonios se dan en manojo, luego entonces la pregunta sería, ¿eres Macedonio o te haces? Si lo eres o te haces, es el momento justo de cambiar la hoja de ruta para reconocerlas y respetarlas.

Salgado Macedonio ya es estereotipo de violencia contra las mujeres en México, y si los guerrerenses lo permiten podrían demostrar al mundo que un presunto violador si puede ser gobernador.

Félix tiene fama de macho valentón, de hacer lo que le plazca y pisotear las leyes a su antojo, de mearse en la calle o monumento que le venga en gana, de destruir lo que quiera, como Terminator, montado en la motocicleta.

Está claro que carece de pudor e incluso de vergüenza, pues una persona de valores se habría alejado de la política y la exhibición pública desde el momento mismo en que se le acusó de abuso sexual.

Pero Macedonios no son especímenes propios de las costas del pacífico, no, Macedonios son aquellos que acosan mujeres en lo doméstico, en lo político, en lo editorial, en lo laboral, en la calle, la micro, el bus.

Macedonios son aquellos que desprestigian el nombre y apellido de las mujeres de manera sistemática, que ven en el ataque al género femenino su mejor ventana de oportunidad para dejar claro quién es el macho, el patriarca del barrio bravo.

Hace poco un diputado Macedonio gritó ¡esquizofrénica! a una mujer diputada en el Congreso del estado de Puebla. La prensa y sus pares corroboraron por enésima vez la pata machista de la que cojea este sujeto de chalequito vaquero.

Macedonios en el Legislativo local hay más de uno, demostrado está.

Claudia Rivera, Genoveva Huerta, Liza Aceves, Lourdes Rosales, Nancy de la Sierra, por su puesto que identifican claramente a sus Macedonios depredadores, golpeadores y acosadores.

Poca diferencia existe entre los Macedonios que físicamente lastiman la integridad de las mujeres, los que las acuchillan, los que las someten psicológicamente y los que disparan epítetos denigrantes contra su honor y prestigio.

¿Y qué decir de los Macedonios que desde sus posiciones de privilegio y echando mano del aparato gubernamental y legislativo atacan a Claudia Rivera sin la menor consideración?

¿O de aquellos Macedonios que ponen en entredicho la autonomía, inteligencia y capacidad política de Genoveva Huerta al frente del PAN Estatal, insistiéndole en entregas editoriales y testeos en redes sociales que un varón la manipula?

Macedonios son aquellos que no consienten el valor, la igualdad y capacidad de la mujer por creerla sin sesos ni voluntad propia. Son aquellos que sentencian al fracaso a las mujeres con juicios inquisitorios antes de su participación en cualquier disciplina o tarea.

¿Y los macedonios que se desviven en elogios a las mujeres del gabinete estatal, fingiendo feminismo, pero enderezan ataques a las opositoras del régimen?

¿Y los Macedonios patriarcales de la política y la función pública? ¿Y los que reprobaron la respuesta agresiva del 8M en Puebla y la CDMX, cuando el catalizador del asunto fue la indiferencia gubernamental a sus reclamos de seguridad, igualdad y libertad?

México es un país donde los Macedonios se dan en manojo, luego entonces la pregunta sería, ¿eres Macedonio o te haces? Si lo eres o te haces, es el momento justo de cambiar la hoja de ruta para reconocerlas y respetarlas.