/ jueves 3 de junio de 2021

¡Es hora de ir a votar... sin miedo!

Por fin terminaron las campañas pero ahora viene lo más importante, quizá también lo más difícil: salir a votar el domingo. En solo 2 meses en todo México hemos visto mucha violencia y crimen en las campañas, agresiones a candidatas y candidatos en medio de la pandemia. Si ello y los deseos de un país mejor no nos mueve a salir a las urnas el 6 de junio, entonces en realidad nuestra democracia sigue decepcionándonos.

Es cierto que el nivel de la política y sus protagonistas desde los partidos no han cambiado. Los especialistas en marketing y comunicación advertían una revolución en la forma de hacer campañas pero nunca llegó. Nos quedamos con el mismo nivel y hoy sigue vigente la creencia de que el abanderado fotografiado con más multitudes (pese al Covid19) será el ganador.

¡Lástima!

Seguimos viendo y escuchando a las y los mismos políticos acusándose unos a otros de los rezagos, de los errores, del robo del erario, de las promesas incumplidas y mientras tanto creen que la sociedad les dará su apoyo solo por la marca que los abandera o porque obsequiaron alguna gorra y producto promocional, pero también se equivocan.

Las elecciones del domingo no sólo significa votar por una mujer o un hombre, también se trata de evaluar y calificar a personas que ya gobernaron y quieren reelegirse. El domingo se trata de escoger un proyecto para la ciudad, para el estado y el país. El voto se traducirá en darle el respaldo a partidos que han dicho que cambiarían al país, al estado y al municipio, pero que en realidad sigue igual y cuando se les cuestiona por ello dicen que 3 años son insuficientes o se ciegan por la soberbia y jactan de haber cambiado lo que para ellos era prioridad aunque de fondo todo siga igual.

El domingo las y los poblanos tendrán que salir a votar no sólo por colores, partidos o personas, sino por nuevas oportunidades. No hay que tener miedo a la inseguridad o al crimen. Tampoco hay que temerle al covid19 porque esa enfermedad llegó para quedarse y no ir a las urnas para luego echarle la culpa a la pandemia, no es una justificación madura.

No podemos negar que en la contienda hubo rostros nuevos de ciudadanos interesados en cambiar la forma de hacer política, la mayoría de ellos incursionando por primera ocasión en este medio, pero también algunos mostrando desconocimiento total y sin la más mínima idea de cómo gobernar o legislar, creyendo que una ciudad es un paciente.

Lástima que esos ciudadanos se quedarán en el camino pero seguramente su labor no habrá sido en vano al ayudar a los partidos que los postularon a lograr sus registros, esos serán los verdaderos ganones.

Por último va el llamado a votar, pero de forma consciente, ya dijimos que no sólo se trata de elegir al partido rojo, guinda, azul o verde, ni tampoco de escoger entre ella o él, se trata de continuar por dónde vamos o cambiar para mejorar.

Por fin terminaron las campañas pero ahora viene lo más importante, quizá también lo más difícil: salir a votar el domingo. En solo 2 meses en todo México hemos visto mucha violencia y crimen en las campañas, agresiones a candidatas y candidatos en medio de la pandemia. Si ello y los deseos de un país mejor no nos mueve a salir a las urnas el 6 de junio, entonces en realidad nuestra democracia sigue decepcionándonos.

Es cierto que el nivel de la política y sus protagonistas desde los partidos no han cambiado. Los especialistas en marketing y comunicación advertían una revolución en la forma de hacer campañas pero nunca llegó. Nos quedamos con el mismo nivel y hoy sigue vigente la creencia de que el abanderado fotografiado con más multitudes (pese al Covid19) será el ganador.

¡Lástima!

Seguimos viendo y escuchando a las y los mismos políticos acusándose unos a otros de los rezagos, de los errores, del robo del erario, de las promesas incumplidas y mientras tanto creen que la sociedad les dará su apoyo solo por la marca que los abandera o porque obsequiaron alguna gorra y producto promocional, pero también se equivocan.

Las elecciones del domingo no sólo significa votar por una mujer o un hombre, también se trata de evaluar y calificar a personas que ya gobernaron y quieren reelegirse. El domingo se trata de escoger un proyecto para la ciudad, para el estado y el país. El voto se traducirá en darle el respaldo a partidos que han dicho que cambiarían al país, al estado y al municipio, pero que en realidad sigue igual y cuando se les cuestiona por ello dicen que 3 años son insuficientes o se ciegan por la soberbia y jactan de haber cambiado lo que para ellos era prioridad aunque de fondo todo siga igual.

El domingo las y los poblanos tendrán que salir a votar no sólo por colores, partidos o personas, sino por nuevas oportunidades. No hay que tener miedo a la inseguridad o al crimen. Tampoco hay que temerle al covid19 porque esa enfermedad llegó para quedarse y no ir a las urnas para luego echarle la culpa a la pandemia, no es una justificación madura.

No podemos negar que en la contienda hubo rostros nuevos de ciudadanos interesados en cambiar la forma de hacer política, la mayoría de ellos incursionando por primera ocasión en este medio, pero también algunos mostrando desconocimiento total y sin la más mínima idea de cómo gobernar o legislar, creyendo que una ciudad es un paciente.

Lástima que esos ciudadanos se quedarán en el camino pero seguramente su labor no habrá sido en vano al ayudar a los partidos que los postularon a lograr sus registros, esos serán los verdaderos ganones.

Por último va el llamado a votar, pero de forma consciente, ya dijimos que no sólo se trata de elegir al partido rojo, guinda, azul o verde, ni tampoco de escoger entre ella o él, se trata de continuar por dónde vamos o cambiar para mejorar.