/ miércoles 13 de junio de 2018

¿Este arroz ya se coció?

El primer y único debate de candidatos al gobierno del estado realizado el lunes y el tercero y último de aspirantes a la presidencia de la república celebrado ayer dejaron lecturas claras.

En el caso del primero, que a la recta final de la disputa por Casa Puebla llegarán los únicos dos abanderados que tuvieron posibilidades reales de ganar desde el principio: Martha Érika Alonso Hidalgo y Luis Miguel Barbosa Huerta.

En el caso del segundo, que Ricardo Anaya Cortés y José Antonio Meade Kuribreña continuarán empatados en segundo lugar, pero muy lejanos de Andrés Manuel López Obrador, sin oportunidad de ascender en las preferencias electorales para convertirse en rivales de auténtico peligro.

A 18 días de las votaciones, solo una de esas dos contiendas parece estar resuelta hoy.

La confrontación del lunes entre candidatos a gobernador ratificó la existencia de solo dos alternativas políticas con probabilidades serias de acceder al poder.

El ejercicio no sirvió para modificar tendencias, debido a su escasa difusión, pero aportó una radiografía precisa sobre la participación de cada uno de los actores en la contienda.

Esa separación en bloques que se dio durante el debate, uno, el de “todos unidos contra Barbosa”, y otro, el de “yo solito contra Moreno Valle”, exhibió la realidad de la lucha que se vive en Puebla y que prevalecerá hasta el día de la elección.

Alonso Hidalgo camina soportada por el partido que hasta antes de la irrupción del Movimiento Regeneración Nacional gozaba de las preferencias mayoritarias en el estado, el PAN.

Posee además el apoyo del grupo en el poder, el morenogalismo, y ha sido protagonista de una buena y bien estructurada campaña política.

Barbosa Huerta, por su parte, es beneficiario directo del efecto López Obrador y cuenta como mérito principal el de no haberse rendido frente al poderoso enemigo que tiene enfrente.

Unas encuestas lo ponen debajo de Martha Érika y otras arriba de ella, sin embargo, el éxito o fracaso de su aventura electoral dependerá, en buena parte, de lo que decidan los poblanos frente a la boleta electoral.

En la medida que aumente el voto diferenciado se incrementarán las posibilidades de triunfo de la candidata de la coalición Por Puebla al Frente.

En caso contrario, si ese voto diferenciado se reduce, las posibilidades de victoria para el aspirante de Juntos Haremos Historia crecerán.

Por eso es que, en el caso de los comicios para gobernador, la suerte se definirá hasta el 1 de julio, cuando además entre en juego el desempeño de los operadores y las estructuras de los candidatos finalistas.

La elección presidencial muestra otra cosa.

Pese a ser el más nutrido en propuestas, este tercer debate no trajo el golpe que los antilopezobradoristas deseaban y esperaban para tumbar al candidato de Morena.

Una vez más, el tabasqueño fue menos profundo que Anaya y Meade para hablar de los problemas del país y sus eventuales soluciones.

Pero ni así perdió.

Sin la efectividad que requerían el panista y el priista para lograr el milagro, enfrascados por momentos entre ellos dos, López Obrador volvió a salir airoso para encaminarse sin problemas a su cita con las urnas.

Ahí sí, como dijo el propio candidato en su más reciente gira por Puebla:

“Este arroz ya se coció”.

El arranque del mundial de futbol marcará al mismo tiempo el fin de las campañas electorales.

Eso sucederá mañana en punto de las 8 horas.

La fase que sigue, por tanto, será la de los operadores, alquimistas o mapaches electorales, como guste usted llamarles.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx


El primer y único debate de candidatos al gobierno del estado realizado el lunes y el tercero y último de aspirantes a la presidencia de la república celebrado ayer dejaron lecturas claras.

En el caso del primero, que a la recta final de la disputa por Casa Puebla llegarán los únicos dos abanderados que tuvieron posibilidades reales de ganar desde el principio: Martha Érika Alonso Hidalgo y Luis Miguel Barbosa Huerta.

En el caso del segundo, que Ricardo Anaya Cortés y José Antonio Meade Kuribreña continuarán empatados en segundo lugar, pero muy lejanos de Andrés Manuel López Obrador, sin oportunidad de ascender en las preferencias electorales para convertirse en rivales de auténtico peligro.

A 18 días de las votaciones, solo una de esas dos contiendas parece estar resuelta hoy.

La confrontación del lunes entre candidatos a gobernador ratificó la existencia de solo dos alternativas políticas con probabilidades serias de acceder al poder.

El ejercicio no sirvió para modificar tendencias, debido a su escasa difusión, pero aportó una radiografía precisa sobre la participación de cada uno de los actores en la contienda.

Esa separación en bloques que se dio durante el debate, uno, el de “todos unidos contra Barbosa”, y otro, el de “yo solito contra Moreno Valle”, exhibió la realidad de la lucha que se vive en Puebla y que prevalecerá hasta el día de la elección.

Alonso Hidalgo camina soportada por el partido que hasta antes de la irrupción del Movimiento Regeneración Nacional gozaba de las preferencias mayoritarias en el estado, el PAN.

Posee además el apoyo del grupo en el poder, el morenogalismo, y ha sido protagonista de una buena y bien estructurada campaña política.

Barbosa Huerta, por su parte, es beneficiario directo del efecto López Obrador y cuenta como mérito principal el de no haberse rendido frente al poderoso enemigo que tiene enfrente.

Unas encuestas lo ponen debajo de Martha Érika y otras arriba de ella, sin embargo, el éxito o fracaso de su aventura electoral dependerá, en buena parte, de lo que decidan los poblanos frente a la boleta electoral.

En la medida que aumente el voto diferenciado se incrementarán las posibilidades de triunfo de la candidata de la coalición Por Puebla al Frente.

En caso contrario, si ese voto diferenciado se reduce, las posibilidades de victoria para el aspirante de Juntos Haremos Historia crecerán.

Por eso es que, en el caso de los comicios para gobernador, la suerte se definirá hasta el 1 de julio, cuando además entre en juego el desempeño de los operadores y las estructuras de los candidatos finalistas.

La elección presidencial muestra otra cosa.

Pese a ser el más nutrido en propuestas, este tercer debate no trajo el golpe que los antilopezobradoristas deseaban y esperaban para tumbar al candidato de Morena.

Una vez más, el tabasqueño fue menos profundo que Anaya y Meade para hablar de los problemas del país y sus eventuales soluciones.

Pero ni así perdió.

Sin la efectividad que requerían el panista y el priista para lograr el milagro, enfrascados por momentos entre ellos dos, López Obrador volvió a salir airoso para encaminarse sin problemas a su cita con las urnas.

Ahí sí, como dijo el propio candidato en su más reciente gira por Puebla:

“Este arroz ya se coció”.

El arranque del mundial de futbol marcará al mismo tiempo el fin de las campañas electorales.

Eso sucederá mañana en punto de las 8 horas.

La fase que sigue, por tanto, será la de los operadores, alquimistas o mapaches electorales, como guste usted llamarles.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx