/ domingo 15 de mayo de 2022

¿Faltan maestros?

La pandemia produjo muchos cambios en las rutinas que vivíamos, también aceleró muchos cambios que se preveían o teníamos retrasados, como los que se refieren al manejo de redes y uso de plataformas para educación a distancia. En este rubro, la sorpresa pasó al impacto para los maestros, y claro que también para los papás de todos los niveles escolares que se quedarían con sus hijos en casa desde marzo 2020.


Ahora que la titular de la Secretaría de Educación Pública, Delfina Gómez anunció el regreso a clases presenciales después de Semana Santa, pero no obligatorio en abril en lo que corresponde a la educación básica, media y media superior; por lo que más de 258 mil escuelas y 28 millones 923 mil estudiantes distribuidos en los 32 estados del país entonces manejan sus regresos híbridos o con horarios escalonados.


En cuanto a la presencialidad en universidades públicas y privadas, precisamente en abril se empezó a reactivar la vida estudiantil. Se tendrá que estudiar lo que implicó a los jóvenes que ingresaron en agosto 2020, enero y agosto 2021 y enero 2022, la perspectiva que tienen de la “vida universitaria” aunque no hayan pisado sus campus ni entrado a las aulas.


De acuerdo con la información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, ENOE, al cuarto trimestre de 2020 en México hay 644 mil en primaria, 314 mil en secundaria, 257 mil en preescolar, 25 mil en enseñanza especial, 16 mil a enseñanza bilingüe. La edad promedio es de 40 años, aunque la mayoría se encuentra entre los 30 y 44; pero en segundo lugar están los que tienen entre 45 y 59 años; si bien son más mujeres entre los grupos de jóvenes y más hombres entre los grupos de 60 años y más. La educación de los profesores mayoritariamente es de licenciatura (81.3%), pero igual hay quienes acreditan maestría (9.0%), doctorado (1.15), alguna carrera técnica, normal o preparatoria (7.9%), o sólo secundaria (0.5%) y primaria (0.2%).


¿Con la pandemia los números cambiaron? Tal vez, porque 563,000 estudiantes mexicanos de preparatoria abandonaron sus estudios según la SEP (26 ene, 2022) a pesar de los apoyos económicos que ofrece el gobierno federal de la presente administración. Este fenómeno impacta directamente el ingreso al nivel superior, licenciatura, que más adelante va a mermar los ingresos a maestrías y posteriormente a doctorados.


Lo paradójico es que la educación es necesaria para que un país se desarrolle, indispensable para afianzar los valores en las culturas humanas, imprescindible e impostergable. Los adjetivos no alcanzan para comprender la magnitud de su importancia, y claro, por ende la del profesor. Esta reflexión tiene que ver con el trabajo que implica esta labor para que sea positivamente impactante.


En este sentido, es directamente proporcional el desarrollo de los niños y jóvenes con el desarrollo de sus profesores. La pandemia develó en parte el trabajo del profesor, mucho más intenso en los niveles básicos cuando el niño demanda mucha atención para su desarrollo psicosocial, pero también la remuneración que tiene en escuelas privadas y públicas, muchas veces no son proporcionales con su esfuerzo. Aunque, lo que nos muestra la deserción no es el problema económico, innegable, sino el desprecio a la educación y la cultura porque, tal vez, los profesores no hemos sustentado con hechos la magnitud de la educación. Tal parece que nos hacen falta maestros, de verdad. A los docentes de vocación ¡felicidades¡




*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP y secretaria de Membresías (2022-2024) Mail: margarita_arguelles@hotmail.com


La pandemia produjo muchos cambios en las rutinas que vivíamos, también aceleró muchos cambios que se preveían o teníamos retrasados, como los que se refieren al manejo de redes y uso de plataformas para educación a distancia. En este rubro, la sorpresa pasó al impacto para los maestros, y claro que también para los papás de todos los niveles escolares que se quedarían con sus hijos en casa desde marzo 2020.


Ahora que la titular de la Secretaría de Educación Pública, Delfina Gómez anunció el regreso a clases presenciales después de Semana Santa, pero no obligatorio en abril en lo que corresponde a la educación básica, media y media superior; por lo que más de 258 mil escuelas y 28 millones 923 mil estudiantes distribuidos en los 32 estados del país entonces manejan sus regresos híbridos o con horarios escalonados.


En cuanto a la presencialidad en universidades públicas y privadas, precisamente en abril se empezó a reactivar la vida estudiantil. Se tendrá que estudiar lo que implicó a los jóvenes que ingresaron en agosto 2020, enero y agosto 2021 y enero 2022, la perspectiva que tienen de la “vida universitaria” aunque no hayan pisado sus campus ni entrado a las aulas.


De acuerdo con la información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, ENOE, al cuarto trimestre de 2020 en México hay 644 mil en primaria, 314 mil en secundaria, 257 mil en preescolar, 25 mil en enseñanza especial, 16 mil a enseñanza bilingüe. La edad promedio es de 40 años, aunque la mayoría se encuentra entre los 30 y 44; pero en segundo lugar están los que tienen entre 45 y 59 años; si bien son más mujeres entre los grupos de jóvenes y más hombres entre los grupos de 60 años y más. La educación de los profesores mayoritariamente es de licenciatura (81.3%), pero igual hay quienes acreditan maestría (9.0%), doctorado (1.15), alguna carrera técnica, normal o preparatoria (7.9%), o sólo secundaria (0.5%) y primaria (0.2%).


¿Con la pandemia los números cambiaron? Tal vez, porque 563,000 estudiantes mexicanos de preparatoria abandonaron sus estudios según la SEP (26 ene, 2022) a pesar de los apoyos económicos que ofrece el gobierno federal de la presente administración. Este fenómeno impacta directamente el ingreso al nivel superior, licenciatura, que más adelante va a mermar los ingresos a maestrías y posteriormente a doctorados.


Lo paradójico es que la educación es necesaria para que un país se desarrolle, indispensable para afianzar los valores en las culturas humanas, imprescindible e impostergable. Los adjetivos no alcanzan para comprender la magnitud de su importancia, y claro, por ende la del profesor. Esta reflexión tiene que ver con el trabajo que implica esta labor para que sea positivamente impactante.


En este sentido, es directamente proporcional el desarrollo de los niños y jóvenes con el desarrollo de sus profesores. La pandemia develó en parte el trabajo del profesor, mucho más intenso en los niveles básicos cuando el niño demanda mucha atención para su desarrollo psicosocial, pero también la remuneración que tiene en escuelas privadas y públicas, muchas veces no son proporcionales con su esfuerzo. Aunque, lo que nos muestra la deserción no es el problema económico, innegable, sino el desprecio a la educación y la cultura porque, tal vez, los profesores no hemos sustentado con hechos la magnitud de la educación. Tal parece que nos hacen falta maestros, de verdad. A los docentes de vocación ¡felicidades¡




*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP y secretaria de Membresías (2022-2024) Mail: margarita_arguelles@hotmail.com