En el contexto en el que nos encontramos, con una pandemia que aún se encuentra vigente y con altos índices de contagio en diversos lugares del planeta, resulta relevante tomar como base el pensamiento filosófico que nos ayude a mejorar en nuestro día a día.
Para ello, retomo lo que plantea la filósofa Victoria Camps, quien es profesora emérita de la Universidad de Barcelona y cuenta con diferentes publicaciones, entre ellas el libro “La búsqueda de la felicidad”.
En este sentido, la especialista presenta entre sus argumentos que la felicidad es llevar una vida virtuosa, como señalaba Aristóteles la “vida buena”, que se vincula a la ética, a los principios y valores universales.
Adicionalmente, hace referencia a que Pico della Mirandola sostiene que, en la vida moderna la felicidad se relaciona con la dignidad de la persona y en la capacidad de poder escoger cómo vivir, para lo cual se tiene que trabajar desde lo individual, hasta lo colectivo.
Victoria Camps señala que cada ser humano tiene que buscarla y construirla con base en esas elecciones que puede hacer sobre su vida; para ello, es necesario que tenga cubiertas ciertas necesidades básicas, además del esfuerzo individual que realiza cada uno.
Sumado a estas posturas, también retoma lo que dice Boecio, en el sentido de que en muchas ocasiones se busca la felicidad afuera de uno mismo, cuando en realidad se encuentra en el interior de cada uno de nosotros, de acuerdo con nuestros valores.
Adicionalmente, la doctora plantea que es necesario gobernar las emociones y los sentimientos para diferenciar cuáles deben ser cultivados y cuáles no, ya que pueden convertirse en una limitante para la evolución personal.
También es conveniente mencionar que no existe una fórmula, una materia, una receta o una píldora que automáticamente nos permita alcanzar la felicidad, por lo que depende de cada quien identificar y trabajar en esas condiciones que le permitirán dar los pasos necesarios para su autorrealización.
Finalmente, la doctora Camps afirma que la filosofía enseña a pensar, a reflexionar, da instrumentos, conceptos, argumentos y razones de gran utilidad que si se aplican a diferentes ramas del saber como lo son, el derecho, la economía o la administración, por mencionar algunas; inclusive vale la pena dimensionar si podemos aplicarla para nuestro trabajo, en la educación o la convivencia familiar.
Ante estos planteamientos, estoy cierto que en el contexto actual en el que nos encontramos, retomar los fundamentos filosóficos que nos presentan diferentes estudiosos del tema, nos permiten hacernos preguntas relevantes sobre nuestra propia vida, la felicidad y las decisiones que estamos tomando para lograr nuestros objetivos.
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Como mencionó Descartes: “Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás.”
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