/ miércoles 21 de agosto de 2019

Fotomultas y calidad de vida

A partir del 2013 se implementó el uso de fotomultas en varios puntos de Puebla Capital y de la zona metropolitana, así como en varios puntos del interior del Estado.

La fotomulta consiste en establecer límites de velocidad y captar mediante fotografía las placas de aquellos vehículos que rebasen dicho límite y de esta manera levantar una infracción y aplicar la multa correspondiente.

Esta medida causo malestar entre los automovilistas, pues al momento de cometer la infracción no se daban cuenta. Las sorpresas llegaban tiempo después con las multas, ya fuera vía notificación o de manera directa al querer hacer algún trámite con el automóvil (compra-venta, cambio de propietario, pago de derecho vehicular, etc.) donde los cobros llegaron a ser alarmantes debido al número de multas derivadas de excesos de velocidad.

En corto tiempo los automovilistas nos comenzamos a adaptar a estos nuevos límites de velocidad y por lo tanto a respetarlos. Esto trajo como consecuencia que los accidentes viales y por lo tanto los atropellamientos disminuyeran de manera considerable.

A la par de estas medidas, surgió el debate en cuanto a la finalidad recaudatoria y no preventiva de esta política pública. Sin embargo, en otras partes del mundo y del país este tipo de medidas han dado resultados principalmente para salvaguardar la integridad de las personas y con lo recaudado invertir en infraestructura urbana que eleve la calidad de vida de las personas.

De acuerdo a datos de la Secretaría de Seguridad Pública, en los meses previos a la aplicación de la Fotomulta, en vigor desde agosto de 2013, existía una tendencia creciente en el número de accidentes por exceso de velocidad. A partir de la instrumentación del programa, hubo una importante reducción en las calles donde se implementó, pues en un año pasaron de 1,337 hechos de tránsito a 151 (89% menos), mientras que los lesionados de 319 a 26 (92% menos) y los muertos de 26 a 10 (62% menos) en el mismo lapso, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Seguridad Pública estatal.

En el estado de Puebla se cuenta con 1,366,819 automóviles registrados hasta 2017 de acuerdo con cifras de INEGI. En la zona metropolitana, hay 483,644 automóviles registrados en circulación hasta 2017. De los cuales se registran 900,000 viajes al día. Es decir, solamente el 20 % de la población tiene acceso al automóvil como medio de transporte.

Adicionalmente hay que tomar en cuenta el monto recaudado por este concepto. De tal forma que en enero de 2017 el total recaudado fue de casi 4 millones de pesos contra el mismo periodo de 2014 que fue de casi 30 millones de pesos, cantidad que ha disminuido considerablemente entre otros motivos por los hábitos de reducción de velocidad y medidas de precaución al conducir.

Es deseable que de los recursos recaudados por el concepto de fotomultas sean destinados a la construcción de infraestructura urbana a favor del peatón, del ciclista, pacificación de tránsito, priorizar el transporte público, recuperar el espacio público para el peatón, proteger al medio ambiente, fomentar la movilidad no motorizada entre otras medidas.

De esta forma, se logra un efecto redistributivo con este tipo de recursos a favor de la mayoría de las habitantes con una clara intención de mejorar la calidad de vida.

Estos son algunos de los argumentos que vale la pena seguir impulsando para matar dos pájaros de un tiro, por una parte lograr mejores hábitos de manejo de los conductores, evitar accidentes viales y pérdida de vidas y por la otra impulsar una mejor infraestructura para elevar la calidad de vida de todos.

A partir del 2013 se implementó el uso de fotomultas en varios puntos de Puebla Capital y de la zona metropolitana, así como en varios puntos del interior del Estado.

La fotomulta consiste en establecer límites de velocidad y captar mediante fotografía las placas de aquellos vehículos que rebasen dicho límite y de esta manera levantar una infracción y aplicar la multa correspondiente.

Esta medida causo malestar entre los automovilistas, pues al momento de cometer la infracción no se daban cuenta. Las sorpresas llegaban tiempo después con las multas, ya fuera vía notificación o de manera directa al querer hacer algún trámite con el automóvil (compra-venta, cambio de propietario, pago de derecho vehicular, etc.) donde los cobros llegaron a ser alarmantes debido al número de multas derivadas de excesos de velocidad.

En corto tiempo los automovilistas nos comenzamos a adaptar a estos nuevos límites de velocidad y por lo tanto a respetarlos. Esto trajo como consecuencia que los accidentes viales y por lo tanto los atropellamientos disminuyeran de manera considerable.

A la par de estas medidas, surgió el debate en cuanto a la finalidad recaudatoria y no preventiva de esta política pública. Sin embargo, en otras partes del mundo y del país este tipo de medidas han dado resultados principalmente para salvaguardar la integridad de las personas y con lo recaudado invertir en infraestructura urbana que eleve la calidad de vida de las personas.

De acuerdo a datos de la Secretaría de Seguridad Pública, en los meses previos a la aplicación de la Fotomulta, en vigor desde agosto de 2013, existía una tendencia creciente en el número de accidentes por exceso de velocidad. A partir de la instrumentación del programa, hubo una importante reducción en las calles donde se implementó, pues en un año pasaron de 1,337 hechos de tránsito a 151 (89% menos), mientras que los lesionados de 319 a 26 (92% menos) y los muertos de 26 a 10 (62% menos) en el mismo lapso, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Seguridad Pública estatal.

En el estado de Puebla se cuenta con 1,366,819 automóviles registrados hasta 2017 de acuerdo con cifras de INEGI. En la zona metropolitana, hay 483,644 automóviles registrados en circulación hasta 2017. De los cuales se registran 900,000 viajes al día. Es decir, solamente el 20 % de la población tiene acceso al automóvil como medio de transporte.

Adicionalmente hay que tomar en cuenta el monto recaudado por este concepto. De tal forma que en enero de 2017 el total recaudado fue de casi 4 millones de pesos contra el mismo periodo de 2014 que fue de casi 30 millones de pesos, cantidad que ha disminuido considerablemente entre otros motivos por los hábitos de reducción de velocidad y medidas de precaución al conducir.

Es deseable que de los recursos recaudados por el concepto de fotomultas sean destinados a la construcción de infraestructura urbana a favor del peatón, del ciclista, pacificación de tránsito, priorizar el transporte público, recuperar el espacio público para el peatón, proteger al medio ambiente, fomentar la movilidad no motorizada entre otras medidas.

De esta forma, se logra un efecto redistributivo con este tipo de recursos a favor de la mayoría de las habitantes con una clara intención de mejorar la calidad de vida.

Estos son algunos de los argumentos que vale la pena seguir impulsando para matar dos pájaros de un tiro, por una parte lograr mejores hábitos de manejo de los conductores, evitar accidentes viales y pérdida de vidas y por la otra impulsar una mejor infraestructura para elevar la calidad de vida de todos.