/ lunes 14 de marzo de 2022

Frente de Batalla | El Derecho Humano a la Energía

Es importante tomar en cuenta el panorama de pobreza energética que vivimos en el mundo ante la situación que registran los hogares al no tener acceso a los servicios suficientes en la materia para satisfacer sus necesidades domésticas o que destinan una gran parte de sus ingresos a hacer frente al gasto energético de sus viviendas.

De acuerdo a datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) 3 mil millones de personas en el mundo dependen de madera o carbón para cocinar y calentar comida y el 13% de la población mundial aún no tiene acceso a servicios modernos de electricidad; la energía es el factor principal del cambio climático y representa el 60% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

En tanto, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) registra que aproximadamente 1.2 millones de mexicanos sin acceso a electricidad, 4.8 millones de hogares consumen leña o carbón para calentar alimentos, lo que implica un riesgo para los 12 millones de personas que usan carbón o leña para cocinar.

Es en este contexto donde se debe reforzar la iniciativa presentada el pasado 23 de febrero para consagrar el derecho a la energía como un derecho fundamental a través del Art. 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos a fin de garantizar el acceso a energía asequible, renovable, fiable y moderna para todos y todas.

De esa manera, se defiende la prestación de la energía como un derecho social y se refuerza como un derecho humano y básico, con la finalidad de garantizar a la población acciones tan básicas como cocinar, conservar alimentos, disponer de agua caliente o iluminación.

Sin duda, tenemos saldos negativos de los gobiernos neoliberales, ya que en materia energética se privilegió a los particulares y a extranjeros, y se abandonaron las empresas del Estado (CFE y Pemex) y a los consumidores.

La energía es necesaria para todo, hasta para subsistir. Debemos preservar y garantizar este derecho que se ha vuelto tan elemental como un derecho humano.

El Gobierno de México ha dado pasos contundentes para alcanzar la autosuficiencia energética del país; por ello, la Iniciativa presentada por el Presidente AMLO en materia de defensa de la industria eléctrica y del litio, significa recuperar nuestra soberanía y seguridad energética.

A la par, estamos proponiendo que se garantice la dignidad del ser humano, a través del reconocimiento jurídico del derecho a la energía, concibiéndola como un derecho social.

Es importante tomar en cuenta el panorama de pobreza energética que vivimos en el mundo ante la situación que registran los hogares al no tener acceso a los servicios suficientes en la materia para satisfacer sus necesidades domésticas o que destinan una gran parte de sus ingresos a hacer frente al gasto energético de sus viviendas.

De acuerdo a datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) 3 mil millones de personas en el mundo dependen de madera o carbón para cocinar y calentar comida y el 13% de la población mundial aún no tiene acceso a servicios modernos de electricidad; la energía es el factor principal del cambio climático y representa el 60% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

En tanto, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) registra que aproximadamente 1.2 millones de mexicanos sin acceso a electricidad, 4.8 millones de hogares consumen leña o carbón para calentar alimentos, lo que implica un riesgo para los 12 millones de personas que usan carbón o leña para cocinar.

Es en este contexto donde se debe reforzar la iniciativa presentada el pasado 23 de febrero para consagrar el derecho a la energía como un derecho fundamental a través del Art. 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos a fin de garantizar el acceso a energía asequible, renovable, fiable y moderna para todos y todas.

De esa manera, se defiende la prestación de la energía como un derecho social y se refuerza como un derecho humano y básico, con la finalidad de garantizar a la población acciones tan básicas como cocinar, conservar alimentos, disponer de agua caliente o iluminación.

Sin duda, tenemos saldos negativos de los gobiernos neoliberales, ya que en materia energética se privilegió a los particulares y a extranjeros, y se abandonaron las empresas del Estado (CFE y Pemex) y a los consumidores.

La energía es necesaria para todo, hasta para subsistir. Debemos preservar y garantizar este derecho que se ha vuelto tan elemental como un derecho humano.

El Gobierno de México ha dado pasos contundentes para alcanzar la autosuficiencia energética del país; por ello, la Iniciativa presentada por el Presidente AMLO en materia de defensa de la industria eléctrica y del litio, significa recuperar nuestra soberanía y seguridad energética.

A la par, estamos proponiendo que se garantice la dignidad del ser humano, a través del reconocimiento jurídico del derecho a la energía, concibiéndola como un derecho social.