/ lunes 5 de octubre de 2020

Gabinete paritario sin agenda de género

“Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. La posición neutral ayuda siempre al opresor, nunca a la víctima”.

Elie Wiesel


Once mujeres son asesinadas diariamente en México en manos de sus parejas o familiares según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.


Uno de cada 3 feminicidios ocurre en el hogar y 9 de cada 10 personas agredidas por un familiar son mujeres. Lo cual es muy distinto en el caso de los hombres donde la proporción de homicidios en el hogar es uno de cada 10, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre la Seguridad Pública.


En el primer semestre de 2020 aumentó 9.2 % el número de feminicidios a nivel nacional en comparación con el 2019 y 13.2 % comparado con el 2018, siendo junio el mes que rompió récord. Puebla es uno de los 13 estados que están por encima de la media nacional de feminicidios por cada 100 mil mujeres. Y en cifras absolutas, Puebla ocupa el 4º lugar a nivel nacional en feminicidios.


De acuerdo con la ONU, la violencia doméstica en México contra las mujeres aumentó en un 60% durante el confinamiento por el Covid19.


De no hacerse nada al respecto, el crecimiento de las cifras indican que la desigualdad y violencia de género solo se agudizará año con año. Negar la realidad o creer que por decreto viviremos en una sociedad igualitaria y pacífica es mera fantasía.


¿Qué ha hecho el Gobierno al respecto? Lanzar una fallida campaña desde la Secretaría de Goberación titulada “Cuenta hasta 10” que resultó una propaganda desafortunada que invisibiliza y relativiza la problemática que miles de mujeres mexicanas sufren a diario.


“Cuenta hasta 10” era un plagio de una campaña de Televisa que se estrenó hace más de 30 años, y hoy además de ser obsoleta, pone a la mujer como causante de la violencia, y en una teoría simplista, asume que contando hasta 10 se acabarán los golpes y el maltrato que se ha incrementado en las familias durante el Covid.


Esta campaña además de no promover la denuncia que es lo único que frena al agresor, normaliza la violencia, como si todos en un mal día pudiéramos caer en la tentación de golpear a la pareja o un familiar, por el estrés del confinamiento en casa.


Los colectivos feministas protestaron por la fallida campaña y la CNDH emitió un extrañamiento que finalmente el Gobierno Federal aceptó.


Resulta paradójico cómo la Secretaría de Gobernación que tiene como titular a una mujer y conforman el primer gabinete paritario en la historia de México, no tienen como tema prioritario atender la violencia de género.


No es que se haya perdido la batalla contra la violencia de género, es que se ha renunciado siquiera a librarla. Ejemplos abundan: Declaraciones en la Mañanera del Presidente que niegan la problemática y asegura que las llamadas de auxilio al 911 son falsas, rechaza la legitimidad de las manifestaciones de mujeres además del recorte presupuestal del 75% al Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) que colabora con refugios de mujeres violentadas y se encarga de la protección, promoción y difusión de los derechos de las mujeres y niñas mexicanas.


No basta con declarar cada 8 de marzo el compromiso con las mujeres y nombrar un gabinete paritario, si la agenda de género está olvidada. Agenda que debería ser trasversal en todas las áreas del gobierno, permanente y con presupuesto, sin embargo, hoy no existe la voluntad política para saldar la deuda histórica con las mujeres. Como citaba la escritora feminista Charlotte Bunch “Esforzarse por erradicar la violencia contra la mujer no es solo una buena idea, se convierte también en la obligación de un Gobierno”.

carolina.beauregard@gmail.com

“Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. La posición neutral ayuda siempre al opresor, nunca a la víctima”.

Elie Wiesel


Once mujeres son asesinadas diariamente en México en manos de sus parejas o familiares según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.


Uno de cada 3 feminicidios ocurre en el hogar y 9 de cada 10 personas agredidas por un familiar son mujeres. Lo cual es muy distinto en el caso de los hombres donde la proporción de homicidios en el hogar es uno de cada 10, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre la Seguridad Pública.


En el primer semestre de 2020 aumentó 9.2 % el número de feminicidios a nivel nacional en comparación con el 2019 y 13.2 % comparado con el 2018, siendo junio el mes que rompió récord. Puebla es uno de los 13 estados que están por encima de la media nacional de feminicidios por cada 100 mil mujeres. Y en cifras absolutas, Puebla ocupa el 4º lugar a nivel nacional en feminicidios.


De acuerdo con la ONU, la violencia doméstica en México contra las mujeres aumentó en un 60% durante el confinamiento por el Covid19.


De no hacerse nada al respecto, el crecimiento de las cifras indican que la desigualdad y violencia de género solo se agudizará año con año. Negar la realidad o creer que por decreto viviremos en una sociedad igualitaria y pacífica es mera fantasía.


¿Qué ha hecho el Gobierno al respecto? Lanzar una fallida campaña desde la Secretaría de Goberación titulada “Cuenta hasta 10” que resultó una propaganda desafortunada que invisibiliza y relativiza la problemática que miles de mujeres mexicanas sufren a diario.


“Cuenta hasta 10” era un plagio de una campaña de Televisa que se estrenó hace más de 30 años, y hoy además de ser obsoleta, pone a la mujer como causante de la violencia, y en una teoría simplista, asume que contando hasta 10 se acabarán los golpes y el maltrato que se ha incrementado en las familias durante el Covid.


Esta campaña además de no promover la denuncia que es lo único que frena al agresor, normaliza la violencia, como si todos en un mal día pudiéramos caer en la tentación de golpear a la pareja o un familiar, por el estrés del confinamiento en casa.


Los colectivos feministas protestaron por la fallida campaña y la CNDH emitió un extrañamiento que finalmente el Gobierno Federal aceptó.


Resulta paradójico cómo la Secretaría de Gobernación que tiene como titular a una mujer y conforman el primer gabinete paritario en la historia de México, no tienen como tema prioritario atender la violencia de género.


No es que se haya perdido la batalla contra la violencia de género, es que se ha renunciado siquiera a librarla. Ejemplos abundan: Declaraciones en la Mañanera del Presidente que niegan la problemática y asegura que las llamadas de auxilio al 911 son falsas, rechaza la legitimidad de las manifestaciones de mujeres además del recorte presupuestal del 75% al Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) que colabora con refugios de mujeres violentadas y se encarga de la protección, promoción y difusión de los derechos de las mujeres y niñas mexicanas.


No basta con declarar cada 8 de marzo el compromiso con las mujeres y nombrar un gabinete paritario, si la agenda de género está olvidada. Agenda que debería ser trasversal en todas las áreas del gobierno, permanente y con presupuesto, sin embargo, hoy no existe la voluntad política para saldar la deuda histórica con las mujeres. Como citaba la escritora feminista Charlotte Bunch “Esforzarse por erradicar la violencia contra la mujer no es solo una buena idea, se convierte también en la obligación de un Gobierno”.

carolina.beauregard@gmail.com