/ domingo 31 de mayo de 2020

Gali y Manzanilla aceleran a Eduardo Rivera

Eduardo Rivera Pérez debió tener varios motivos para subirse el jueves, sin hacerlo explícito todavía, a la contienda por la presidencia municipal de Puebla, a través de las redes sociales, entre ellos la recién aprobada Ley de Educación que fue considerada un atentado por los patronos de la UPAEP, su alma mater, pero el principal empujón debió dárselo la idea clara que ya tienen en su grupo de que José Antonio Gali y Fernando Manzanilla pueden habérsele adelantado un tanto en el PAN.

Según esta hipótesis, en la que han coincidido los demás aspirantes a la alcaldía de la capital que hicieron equipo con Jesús Zaldívar para tomar el control del Comité Directivo Municipal de Puebla, entre ellos Mario Riestra y Jorge Aguilar, la dirigente estatal del partido, Genoveva Huerta, ha establecido una alianza con Gali y con Manzanilla para que de uno de ellos dos emane el candidato que participará en los comicios intermedios.

La misma especie asegura que se han planteado que uno vaya como abanderado a presidente municipal y el otro como candidato a diputado. Si fuese Gali, iría al Congreso de la Unión; si le tocase a Manzanilla, al Congreso del Estado. En cualquiera de los casos, el que compitiera para legislador tendría garantizado el acceso al asumir una candidatura de representación proporcional.

La historia, contada por los integrantes del grupo que permanece aglutinado en torno a Zaldívar, suena de ficción, principalmente porque ninguno de los dos, ni Gali ni Manzanilla, y porque el segundo de ellos, secretario de Gobernación en tres ocasiones, integra, aún, la bancada de legisladores que surgió de la coalición Juntos Haremos Historia, con Morena como partido principal.

Eso, sin embargo, no merma la creencia de que eso se esboza desde el Comité Directivo Estatal del partido, y justo por eso, porque aseguran que Genoveva Huerta le ha comentado a Marko Cortés que cualquiera de ellos puede ser un buen candidato a la presidencia municipal (lo cual es cierto) y que tienen mejores posibilidades de éxito que cualquiera del otro bloque, incluido Eduardo Rivera.

Aunque parezca ficción, no suena descabellado, por dos razones: Gali ya fue candidato del PAN en dos ocasiones, primero a edil de Puebla y luego a gobernador, y Manzanilla tiene frente a sí el reto de sortear el rechazo del gobernador Luis Miguel Barbosa en caso de que pretenda ser candidato, de lo que sea, bajo el cobijo del partido lopezobradorista, Morena, o alguno de sus aliados.

Tanto Gali como Manzanilla tienen una ventaja sobre Rivera, que pueden ser motivo de celebración de una multialianza partidista para combatir a Morena.

La fuerza de ellos dos radica fuera del blanquiazul; la del ex alcalde, en cambio, dentro, entre los miembros de la extrema derecha que procuran salvaguardar los principios que dieron origen al partido y que pegaron de brincos cuando Rafael Moreno Valle se apoderó de él.

El jueves, Rivera subió un video en redes sociales reclamando la mala actuación de las autoridades estatales en seguridad, el encaramiento de la pandemia y la Ley de Educación.

“Puebla necesita dirección. Es momento de que quienes ocupan las posiciones de poder asuman su cargo con responsabilidad, dando lugar al respeto, al diálogo, sumando esfuerzos para salir adelante”, expuso.

“A Puebla le urge”, remató.

Pisó el acelerador y así dio paso a su precampaña.

Antes de que Gali o Manzanilla le ganen por anticipado.

@jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

Eduardo Rivera Pérez debió tener varios motivos para subirse el jueves, sin hacerlo explícito todavía, a la contienda por la presidencia municipal de Puebla, a través de las redes sociales, entre ellos la recién aprobada Ley de Educación que fue considerada un atentado por los patronos de la UPAEP, su alma mater, pero el principal empujón debió dárselo la idea clara que ya tienen en su grupo de que José Antonio Gali y Fernando Manzanilla pueden habérsele adelantado un tanto en el PAN.

Según esta hipótesis, en la que han coincidido los demás aspirantes a la alcaldía de la capital que hicieron equipo con Jesús Zaldívar para tomar el control del Comité Directivo Municipal de Puebla, entre ellos Mario Riestra y Jorge Aguilar, la dirigente estatal del partido, Genoveva Huerta, ha establecido una alianza con Gali y con Manzanilla para que de uno de ellos dos emane el candidato que participará en los comicios intermedios.

La misma especie asegura que se han planteado que uno vaya como abanderado a presidente municipal y el otro como candidato a diputado. Si fuese Gali, iría al Congreso de la Unión; si le tocase a Manzanilla, al Congreso del Estado. En cualquiera de los casos, el que compitiera para legislador tendría garantizado el acceso al asumir una candidatura de representación proporcional.

La historia, contada por los integrantes del grupo que permanece aglutinado en torno a Zaldívar, suena de ficción, principalmente porque ninguno de los dos, ni Gali ni Manzanilla, y porque el segundo de ellos, secretario de Gobernación en tres ocasiones, integra, aún, la bancada de legisladores que surgió de la coalición Juntos Haremos Historia, con Morena como partido principal.

Eso, sin embargo, no merma la creencia de que eso se esboza desde el Comité Directivo Estatal del partido, y justo por eso, porque aseguran que Genoveva Huerta le ha comentado a Marko Cortés que cualquiera de ellos puede ser un buen candidato a la presidencia municipal (lo cual es cierto) y que tienen mejores posibilidades de éxito que cualquiera del otro bloque, incluido Eduardo Rivera.

Aunque parezca ficción, no suena descabellado, por dos razones: Gali ya fue candidato del PAN en dos ocasiones, primero a edil de Puebla y luego a gobernador, y Manzanilla tiene frente a sí el reto de sortear el rechazo del gobernador Luis Miguel Barbosa en caso de que pretenda ser candidato, de lo que sea, bajo el cobijo del partido lopezobradorista, Morena, o alguno de sus aliados.

Tanto Gali como Manzanilla tienen una ventaja sobre Rivera, que pueden ser motivo de celebración de una multialianza partidista para combatir a Morena.

La fuerza de ellos dos radica fuera del blanquiazul; la del ex alcalde, en cambio, dentro, entre los miembros de la extrema derecha que procuran salvaguardar los principios que dieron origen al partido y que pegaron de brincos cuando Rafael Moreno Valle se apoderó de él.

El jueves, Rivera subió un video en redes sociales reclamando la mala actuación de las autoridades estatales en seguridad, el encaramiento de la pandemia y la Ley de Educación.

“Puebla necesita dirección. Es momento de que quienes ocupan las posiciones de poder asuman su cargo con responsabilidad, dando lugar al respeto, al diálogo, sumando esfuerzos para salir adelante”, expuso.

“A Puebla le urge”, remató.

Pisó el acelerador y así dio paso a su precampaña.

Antes de que Gali o Manzanilla le ganen por anticipado.

@jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx