/ viernes 15 de febrero de 2019

Genoveva Huerta quiere poner candidato… ¡en Morena!

La dirigencia estatal del PAN ya descartó a Alejandro Armenta Mier y Nancy de la Sierra Arámburo como probables candidatos de Morena al gobierno del estado, como lo demuestra que Genoveva Huerta Villegas presentara una denuncia en contra de Luis Miguel Barbosa Huerta por actos anticipados de campaña.

La presidenta del Comité Directivo Estatal del blanquiazul, que llegó a esa posición por obsequio del fallecido Rafael Moreno Valle, envió a Luis Armando Olmos Pineda, su representante ante el INE, a denunciar a Morena, a la dirigente nacional de ese partido, Yeidckol Polevnsky, y al aspirante a gobernador, Luis Miguel Barbosa, por la presunta comisión de esos hechos ilícitos.

El recurso jurídico, llevado ante el máximo órgano electoral del país, no incluyó a los dos senadores, que también buscan la nominación en los partidos de la coalición Juntos Haremos Historia, ni a los aspirantes del PRI, que aun desde el tercer lugar de las preferencias han levantado la mano para exponer sus intenciones de competir en los comicios extraordinarios.

La queja, que ignora a Alejandro Armenta y Nancy de la Sierra, es síntoma de esa percepción generalizada que se ha extendido incluso al PAN, ahora se ve, y que coloca a Barbosa en la antesala de una nueva candidatura al gobierno del estado.

Lo que ayer mismo llamó la atención entre algunos militantes del blanquiazul fue que su presidenta se involucrara en la vida interna del partido de Andrés Manuel López Obrador, cuando en el suyo no ha podido dar una sola señal de certidumbre en medio de la crisis.

Huerta Villegas tardó en reaccionar a la muerte de Martha Erika Alonso Hidalgo y Rafael Moreno Valle.

La dirigente se ausentó de la lucha política que llevó a la definición del gobernador interino y una vez perdida la batalla quemó en la hoguera al diputado Marcelo García Almaguer, el perfecto ‘chivo expiatorio’ que necesitaba para “rendir cuentas” del fracaso ante el Comité Ejecutivo Nacional.

Metida en el torbellino, debía generar condiciones para otorgar estabilidad al partido y conseguir que los liderazgos naturales se organizaran para empezar a construir una candidatura competitiva; para sobrevivir, al menos.

En lugar de eso, desconfió de todos, rechazó a quienes le tocaron la puerta para platicar acerca del futuro del partido y se quedó a esperar la aparición de un milagro que la sacara, a ella y a su dirigencia, del letargo.

Los panistas, que han estado reuniéndose por su cuenta para tratar de superar la crisis, no se muestran sorprendidos.

Los viejos liderazgos no esperaban otra cosa de quien fue impuesta en la dirigencia del partido para obedecer las órdenes del exgobernador Moreno Valle, como más atrás ocurrió con Jesús Giles Carmona.

El recurso en contra de Barbosa, sin embargo, sí sorprendió.

¿A poco Genoveva Huerta quiere poner candidato a gobernador en Morena?

¿Pretende descarrillar a uno de los aspirantes para ayudar a otro?

Esas son algunas de las preguntas que sus militantes tendrán que hacerle.

Principalmente porque en el PAN, partido del que es presidenta y que debería ocupar toda su atención, no hay orden ni rumbo establecido, mucho menos la identidad, apenas cercana, de un eventual abanderado a gobernador.

En el panismo hay mucho trabajo por hacer.

Y Marko Cortés, el dirigente nacional que desconoce por completo la realidad poblana, no vendrá a hacerlo.


@jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

La dirigencia estatal del PAN ya descartó a Alejandro Armenta Mier y Nancy de la Sierra Arámburo como probables candidatos de Morena al gobierno del estado, como lo demuestra que Genoveva Huerta Villegas presentara una denuncia en contra de Luis Miguel Barbosa Huerta por actos anticipados de campaña.

La presidenta del Comité Directivo Estatal del blanquiazul, que llegó a esa posición por obsequio del fallecido Rafael Moreno Valle, envió a Luis Armando Olmos Pineda, su representante ante el INE, a denunciar a Morena, a la dirigente nacional de ese partido, Yeidckol Polevnsky, y al aspirante a gobernador, Luis Miguel Barbosa, por la presunta comisión de esos hechos ilícitos.

El recurso jurídico, llevado ante el máximo órgano electoral del país, no incluyó a los dos senadores, que también buscan la nominación en los partidos de la coalición Juntos Haremos Historia, ni a los aspirantes del PRI, que aun desde el tercer lugar de las preferencias han levantado la mano para exponer sus intenciones de competir en los comicios extraordinarios.

La queja, que ignora a Alejandro Armenta y Nancy de la Sierra, es síntoma de esa percepción generalizada que se ha extendido incluso al PAN, ahora se ve, y que coloca a Barbosa en la antesala de una nueva candidatura al gobierno del estado.

Lo que ayer mismo llamó la atención entre algunos militantes del blanquiazul fue que su presidenta se involucrara en la vida interna del partido de Andrés Manuel López Obrador, cuando en el suyo no ha podido dar una sola señal de certidumbre en medio de la crisis.

Huerta Villegas tardó en reaccionar a la muerte de Martha Erika Alonso Hidalgo y Rafael Moreno Valle.

La dirigente se ausentó de la lucha política que llevó a la definición del gobernador interino y una vez perdida la batalla quemó en la hoguera al diputado Marcelo García Almaguer, el perfecto ‘chivo expiatorio’ que necesitaba para “rendir cuentas” del fracaso ante el Comité Ejecutivo Nacional.

Metida en el torbellino, debía generar condiciones para otorgar estabilidad al partido y conseguir que los liderazgos naturales se organizaran para empezar a construir una candidatura competitiva; para sobrevivir, al menos.

En lugar de eso, desconfió de todos, rechazó a quienes le tocaron la puerta para platicar acerca del futuro del partido y se quedó a esperar la aparición de un milagro que la sacara, a ella y a su dirigencia, del letargo.

Los panistas, que han estado reuniéndose por su cuenta para tratar de superar la crisis, no se muestran sorprendidos.

Los viejos liderazgos no esperaban otra cosa de quien fue impuesta en la dirigencia del partido para obedecer las órdenes del exgobernador Moreno Valle, como más atrás ocurrió con Jesús Giles Carmona.

El recurso en contra de Barbosa, sin embargo, sí sorprendió.

¿A poco Genoveva Huerta quiere poner candidato a gobernador en Morena?

¿Pretende descarrillar a uno de los aspirantes para ayudar a otro?

Esas son algunas de las preguntas que sus militantes tendrán que hacerle.

Principalmente porque en el PAN, partido del que es presidenta y que debería ocupar toda su atención, no hay orden ni rumbo establecido, mucho menos la identidad, apenas cercana, de un eventual abanderado a gobernador.

En el panismo hay mucho trabajo por hacer.

Y Marko Cortés, el dirigente nacional que desconoce por completo la realidad poblana, no vendrá a hacerlo.


@jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx