/ viernes 12 de noviembre de 2021

Gobernar con sensibilidad y visión de estadista

Por el tema abordado en mi columna anterior, recibí un gran número de comentarios, que en su mayoría manifestaban desacuerdo, pero curiosamente coincidían en que era mayor el temor de perder los apoyos que reciben de los programas sociales del actual gobierno, ante una creciente y lamentable carestía.

Es decir, que un alto porcentaje de habitantes asentados en colonias de alta marginación y en zonas rurales, se conforman con el apoyo que reciben de los programas sociales, señalando que estos recursos les permiten mitigar la pobreza en la cual viven. Situación preocupante, ante una de las más grandes crisis económicas que enfrentamos y, que se profundizo por la pandemia del Covid-19.

En este período se discute en el Congreso de la Unión la ley de Egresos para el 2022 pero, al parecer carecerá de estímulos visibles para impulsar el desarrollo económico y social. Situación preocupante, pues nuestra economía no crecerá al ritmo que le permita resarcir el nivel mínimo de bienestar, al menos durante los siguientes 3 años.

El presidente López Obrador, en su afán de apoyar a los más pobres tiene una grave confusión que manifestó en marzo de 2019, donde señaló “La justicia es atender a la gente humilde, a la gente pobre”, afirmaba que “Ésa es la función del gobierno. Hasta los animalitos —que tienen sentimientos, ya está demostrado—; ni modo que se le diga a una mascota: a ver, vete a buscar tu alimento. Pues se les tiene que dar, ¿no? Su alimento”.

A mayor abundamiento consideró (septiembre del 2020). “Es hasta de burla lo que decían en el periodo neoliberal, no les des pescado, mejor enséñalos a pescar. ¿Qué, así se le dice a un animalito que se tiene como mascota? ¿Se le dice a un perrito, a cualquier animalito, vete a buscar tus alimentos? ¡No! El dueño, el que quiere a ese animal, lo protege y le da de comer. ¿Por qué a los seres humanos no? ¿Cuál es la misión del gobierno? Lograr la felicidad del pueblo, proteger al pueblo. Para eso es el gobierno”.

Violencia e inseguridad, obliga a replantear políticas públicas, que atiendan a la sociedad, pues día a día va en incremento, tema que parece imparable y; sin estrategias sólidas, amenaza con seguir ascendiendo en el actual gobierno.

En otro orden, uno de los compromisos del actual gobierno fue no hacer crecer la inflación, sin embargo, la inflación general durante el presente año, se mantiene al alza, al pasar de 6.0 por ciento en septiembre a 6.2 por ciento en octubre, la mayor desde diciembre de 2017, de acuerdo a cifras que reporta el INEGI.

El escenario inflacionario es que estará al doble de la meta propuesta de 3.0 por ciento, por lo que no está claro cuándo alcanzará su nivel máximo en el corto plazo, situación que lesiona a la mayoría de los habitantes, debido al creciente incremento en la canasta básica y los servicios.

Con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, el INEGI señala que, en el año 2020, la clase media tuvo su nivel más bajo en la última década (decreció). Y a su vez, la Encuesta Nacional sobre Finanzas de los Hogares, el INEGI y BANXICO, reportan que 13.4 millones de personas adultas en el país pidieron préstamos a financieras, cajas de ahorro, bancos, empeño y prestamistas para comer, pagar servicios y otros gastos.

Ante estos escenarios que día a día vivimos los mexicanos, debemos señalar, que el gobierno no puede ser omiso a los compromisos por los cuales fue electo; y responder de manera responsable ante las urgentes demandas de la sociedad, donde violencia, criminalidad, inseguridad y desarrollo económico no mejoran.

Y para atender y dar respuesta a los compromisos propuestos al inicio de la actual administración, se requiere ejercer un gobierno con sensibilidad, rostro humano, una sólida vocación de servicio y la visión de un Estadista para la totalidad de los mexicanos.

Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com

Por el tema abordado en mi columna anterior, recibí un gran número de comentarios, que en su mayoría manifestaban desacuerdo, pero curiosamente coincidían en que era mayor el temor de perder los apoyos que reciben de los programas sociales del actual gobierno, ante una creciente y lamentable carestía.

Es decir, que un alto porcentaje de habitantes asentados en colonias de alta marginación y en zonas rurales, se conforman con el apoyo que reciben de los programas sociales, señalando que estos recursos les permiten mitigar la pobreza en la cual viven. Situación preocupante, ante una de las más grandes crisis económicas que enfrentamos y, que se profundizo por la pandemia del Covid-19.

En este período se discute en el Congreso de la Unión la ley de Egresos para el 2022 pero, al parecer carecerá de estímulos visibles para impulsar el desarrollo económico y social. Situación preocupante, pues nuestra economía no crecerá al ritmo que le permita resarcir el nivel mínimo de bienestar, al menos durante los siguientes 3 años.

El presidente López Obrador, en su afán de apoyar a los más pobres tiene una grave confusión que manifestó en marzo de 2019, donde señaló “La justicia es atender a la gente humilde, a la gente pobre”, afirmaba que “Ésa es la función del gobierno. Hasta los animalitos —que tienen sentimientos, ya está demostrado—; ni modo que se le diga a una mascota: a ver, vete a buscar tu alimento. Pues se les tiene que dar, ¿no? Su alimento”.

A mayor abundamiento consideró (septiembre del 2020). “Es hasta de burla lo que decían en el periodo neoliberal, no les des pescado, mejor enséñalos a pescar. ¿Qué, así se le dice a un animalito que se tiene como mascota? ¿Se le dice a un perrito, a cualquier animalito, vete a buscar tus alimentos? ¡No! El dueño, el que quiere a ese animal, lo protege y le da de comer. ¿Por qué a los seres humanos no? ¿Cuál es la misión del gobierno? Lograr la felicidad del pueblo, proteger al pueblo. Para eso es el gobierno”.

Violencia e inseguridad, obliga a replantear políticas públicas, que atiendan a la sociedad, pues día a día va en incremento, tema que parece imparable y; sin estrategias sólidas, amenaza con seguir ascendiendo en el actual gobierno.

En otro orden, uno de los compromisos del actual gobierno fue no hacer crecer la inflación, sin embargo, la inflación general durante el presente año, se mantiene al alza, al pasar de 6.0 por ciento en septiembre a 6.2 por ciento en octubre, la mayor desde diciembre de 2017, de acuerdo a cifras que reporta el INEGI.

El escenario inflacionario es que estará al doble de la meta propuesta de 3.0 por ciento, por lo que no está claro cuándo alcanzará su nivel máximo en el corto plazo, situación que lesiona a la mayoría de los habitantes, debido al creciente incremento en la canasta básica y los servicios.

Con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, el INEGI señala que, en el año 2020, la clase media tuvo su nivel más bajo en la última década (decreció). Y a su vez, la Encuesta Nacional sobre Finanzas de los Hogares, el INEGI y BANXICO, reportan que 13.4 millones de personas adultas en el país pidieron préstamos a financieras, cajas de ahorro, bancos, empeño y prestamistas para comer, pagar servicios y otros gastos.

Ante estos escenarios que día a día vivimos los mexicanos, debemos señalar, que el gobierno no puede ser omiso a los compromisos por los cuales fue electo; y responder de manera responsable ante las urgentes demandas de la sociedad, donde violencia, criminalidad, inseguridad y desarrollo económico no mejoran.

Y para atender y dar respuesta a los compromisos propuestos al inicio de la actual administración, se requiere ejercer un gobierno con sensibilidad, rostro humano, una sólida vocación de servicio y la visión de un Estadista para la totalidad de los mexicanos.

Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com