/ miércoles 14 de febrero de 2018

Igualdad para las mujeres

Puebla tiene una deuda inmensa con sus mujeres. Una deuda histórica y una deuda reciente. No se les ha garantizado igualdad, respeto a sus derechos humanos, ni acceso a la salud, a la educación, a la libertad, a vivir una vida libre de violencia. Puebla es una de las entidades que lamentablemente ocupa uno de los primeros lugares en feminicidios del país, sin que nadie haga algo para impedirlo.

Reitero mi solidaridad con los familiares de las víctimas de los feminicidios ocurridos en nuestro estado, así como mi exigencia al gobierno estatal, para que estos horrendos crímenes, que han enlutado a cientos de familias, se esclarezcan y los perpetradores sean presentados antes las autoridades y sentenciados por sus actos. Ni una mujer más asesinada impunemente en Puebla.

Las mujeres son el corazón, el motor, la belleza y la fuerza. Las mujeres son una parte fundamental de nuestra sociedad y un pilar indispensable de nuestras familias. Somos más de 6 millones de poblanos, más de la mitad, el 52.3%, son madres, hijas, abuelas, tías, hermanas, primas; juntas representan la mayor fuerza de transformación de nuestro estado. Sólo las visiones más machistas y conservadoras podrían ignorar el papel de las mujeres en el desarrollo de nuestro estado y de nuestro país. Es el momento de las mujeres, de las mujeres en las artes, en los deportes, en las ciencias, en los negocios, en la política y, por supuesto, en el ejercicio del poder.

A pesar de la gran relevancia y potencial de las mujeres, son ellas las que viven en las peores condiciones de vida. En Puebla, cuando hablamos de desigualdad, las mujeres son las que experimentan las peores condiciones de inequidad; cuando hablamos de pobreza, son ellas las más pobres; cuando abordamos la discriminación laboral, política, económica, cultural, educativa y sexual, son ellas, siempre ellas, las que ocupan los primeros lugares en estas estadísticas.

Atender la discriminación y la violencia contra las mujeres en Puebla es un imperativo urgente. A pesar de estas condiciones de desigualdad y de violencia, percibo en nuestro estado un gran movimiento de mujeres, es una insurrección que trasciende a los partidos políticos, que se expresa en todos los estratos sociales y regiones de nuestro estado. Quien quiera gobernar Puebla debe hacerlo con el apoyo de las mujeres en todos los ámbitos de nuestra vida pública.

Necesitamos lograr igualdad sustantiva y real en la participación de las mujeres en toda nuestra vida social. Entre los ejes de políticas públicas que requiere la participación responsable e igualitaria de las mujeres, están el combate a la corrupción, el impulso a la transparencia, la inclusión social y la seguridad, desde una perspectiva transversal e integral.

Necesitamos la participación activa de la mujer, para lograr un manejo presupuestal público transparente y participativo; en lograr la igualdad regional y poblacional; en la construcción de un ambiente sano y sustentable para una nueva sociedad. La participación de las mujeres en el fomento y apoyo a la economía estatal y regional; en el desarrollo de políticas públicas para lograr el bienestar de nuestras familias; en la inclusión en la cultura, en la rendición de cuentas y participación ciudadana.

Sólo con una sociedad justa lograremos el renacimiento de México y de Puebla. Nuestro estado no será viable si persisten la pobreza y la desigualdad. Es un imperativo ético, pero no sólo eso, sin justicia no hay garantía de seguridad, tranquilidad y paz social. Sin igualdad entre hombres y mujeres no existirá un desarrollo efectivo de nuestra sociedad.


TWITTER: @MBarbosaMX

Puebla tiene una deuda inmensa con sus mujeres. Una deuda histórica y una deuda reciente. No se les ha garantizado igualdad, respeto a sus derechos humanos, ni acceso a la salud, a la educación, a la libertad, a vivir una vida libre de violencia. Puebla es una de las entidades que lamentablemente ocupa uno de los primeros lugares en feminicidios del país, sin que nadie haga algo para impedirlo.

Reitero mi solidaridad con los familiares de las víctimas de los feminicidios ocurridos en nuestro estado, así como mi exigencia al gobierno estatal, para que estos horrendos crímenes, que han enlutado a cientos de familias, se esclarezcan y los perpetradores sean presentados antes las autoridades y sentenciados por sus actos. Ni una mujer más asesinada impunemente en Puebla.

Las mujeres son el corazón, el motor, la belleza y la fuerza. Las mujeres son una parte fundamental de nuestra sociedad y un pilar indispensable de nuestras familias. Somos más de 6 millones de poblanos, más de la mitad, el 52.3%, son madres, hijas, abuelas, tías, hermanas, primas; juntas representan la mayor fuerza de transformación de nuestro estado. Sólo las visiones más machistas y conservadoras podrían ignorar el papel de las mujeres en el desarrollo de nuestro estado y de nuestro país. Es el momento de las mujeres, de las mujeres en las artes, en los deportes, en las ciencias, en los negocios, en la política y, por supuesto, en el ejercicio del poder.

A pesar de la gran relevancia y potencial de las mujeres, son ellas las que viven en las peores condiciones de vida. En Puebla, cuando hablamos de desigualdad, las mujeres son las que experimentan las peores condiciones de inequidad; cuando hablamos de pobreza, son ellas las más pobres; cuando abordamos la discriminación laboral, política, económica, cultural, educativa y sexual, son ellas, siempre ellas, las que ocupan los primeros lugares en estas estadísticas.

Atender la discriminación y la violencia contra las mujeres en Puebla es un imperativo urgente. A pesar de estas condiciones de desigualdad y de violencia, percibo en nuestro estado un gran movimiento de mujeres, es una insurrección que trasciende a los partidos políticos, que se expresa en todos los estratos sociales y regiones de nuestro estado. Quien quiera gobernar Puebla debe hacerlo con el apoyo de las mujeres en todos los ámbitos de nuestra vida pública.

Necesitamos lograr igualdad sustantiva y real en la participación de las mujeres en toda nuestra vida social. Entre los ejes de políticas públicas que requiere la participación responsable e igualitaria de las mujeres, están el combate a la corrupción, el impulso a la transparencia, la inclusión social y la seguridad, desde una perspectiva transversal e integral.

Necesitamos la participación activa de la mujer, para lograr un manejo presupuestal público transparente y participativo; en lograr la igualdad regional y poblacional; en la construcción de un ambiente sano y sustentable para una nueva sociedad. La participación de las mujeres en el fomento y apoyo a la economía estatal y regional; en el desarrollo de políticas públicas para lograr el bienestar de nuestras familias; en la inclusión en la cultura, en la rendición de cuentas y participación ciudadana.

Sólo con una sociedad justa lograremos el renacimiento de México y de Puebla. Nuestro estado no será viable si persisten la pobreza y la desigualdad. Es un imperativo ético, pero no sólo eso, sin justicia no hay garantía de seguridad, tranquilidad y paz social. Sin igualdad entre hombres y mujeres no existirá un desarrollo efectivo de nuestra sociedad.


TWITTER: @MBarbosaMX