/ jueves 28 de febrero de 2019

Impulsando las artesanías

Las artesanías tienen raíces muy antiguas, surgieron desde que el hombre modificó un objeto natural, piedra, hueso o madera, para darle una forma útil y aprovecharlo mejor como instrumento o arma. Igual que hizo con la piel de los animales a la cual, con unos cortes, convirtió en vestido, y todavía más, cuando le agregó algunos símbolos como rayas o cortes para darle otra significación, casi siempre mágica, entró a la dimensión del arte, fue así como, con tales elementos decorativos, el hombre creyó agregar mayor efectividad a los objetivos.

Durante mucho tiempo el hombre no distinguió entre el arte y la artesanía, tal como hoy en muchas culturas, sólo existe una palabra para designar a ambos (China, culturas africanas, culturas latinoamericanas, etc.). Fue en el continente europeo donde se convirtieron en dos áreas, a partir del desarrollo de la burguesía, a las cuales también se llamó “artes menores” cuando tenían alguna utilidad y “artes mayores” cuando sólo servía para la contemplación.

Aquellas “artes menores” también se les subdividieron en artesanías utilitarias, suntuarias, decorativas, etc. En el caso de México hay muchos testimonios de la habilidad artesanal prevaleciente antes de la llegada de los conquistadores españoles. La conciencia que de ellas se tenía está demostrada ampliamente, además de las obras que se conservan en los museos como testimonios de las culturas prehispánicas, en los textos antiguos nahuas divulgados por Miguel León Portilla y que describen la disciplina requerida por los orfebres y otras áreas de las artesanías.

Durante el período colonial, las obras artesanales que resultaron sospechosas de tener algún contenido relacionado con las creencias antiguas fueron eliminadas y, solamente se toleró lo utilitario. Fue hasta el siglo XIX cuando, ya libre de la dominación férrea, los pueblos pudieron expresarse ampliamente, dando salida a su creatividad, ya para entonces en medio de las influencias aportadas por los españoles, fueran propias o a las que sirvieran de conducto.

Surgen así las características que hoy tienen las artesanías mexicanas y no sólo ellas sino todo lo que comprende el arte popular, como son las danzas, cantos, trajes, música y narrativa. La población que se dedicaba a las artesanías refleja todavía la pobreza social de que fue víctima especialmente en el pasado colonial y su trabajo es objeto de explotación, a pesar de que sus obras son consideradas símbolos de lo nacional.

El artesano ha transmitido sus conocimientos principalmente a través del núcleo familiar, enseñando a los hijos y con la participación, en ciertas etapas, de los procesos, de toda la familia. En otros momentos se formaron gremios especializados, donde el artesano se formó pasando por ser aprendiz, ayudante, oficial y maestro. Ambos sistemas pueden ser advertidos todavía. En el primer caso, la división del trabajo ha sucedido en razón de la fuerza necesaria o de la especialización que deba el tiempo disponible, como es el caso de la mujer que no participaba de las tareas de cacería y tenía que permanecer más tiempo en el lugar de refugio, dedicada al cuidado de los hijos. Por ello, muchos identifican a las mujeres como más cercanas a las artesanías, sobre todo a la alfarería y a los textiles.

La difusión de las técnicas artesanales se sigue conservando en el ámbito familiar, pero se ha progresado en promover actividades educativas en las escuelas de educación básica y en los talleres de las Casas de Cultural o Centros Culturales para su conservación en las futuras generaciones de artesanos.

Actualmente se realizan ferias y exposiciones para que los artesanos, puedan vender directamente al público sus diversos artículos artesanales. La migración hacia los países del norte principalmente, ha provocado que la tradición de las artesanías se vaya perdiendo por las nuevas generaciones, hijos y descendientes de los creadores artesanales nacionales.

Impulsar las artesanías es importante para que esta tradición de muchos años no se pierdan en el futuro, y se proteja este legado cultural y las diversas creaciones de los artesanos, que están variando sus productos para hacerlos atractivos a las personas que las compran.

Varios países extranjeros han imitado y copiado las artesanías mexicanas para hacerlas propias, dejando atrás la creatividad de nuestros artesanos.

El compromiso es proteger y comprar los productos de los artesanos para que se sigan produciendo e impulsando la industria familiar, que vive de esta tradición de muchos años heredada por sus diversos ancestros.


Doctor en Educación.

Las artesanías tienen raíces muy antiguas, surgieron desde que el hombre modificó un objeto natural, piedra, hueso o madera, para darle una forma útil y aprovecharlo mejor como instrumento o arma. Igual que hizo con la piel de los animales a la cual, con unos cortes, convirtió en vestido, y todavía más, cuando le agregó algunos símbolos como rayas o cortes para darle otra significación, casi siempre mágica, entró a la dimensión del arte, fue así como, con tales elementos decorativos, el hombre creyó agregar mayor efectividad a los objetivos.

Durante mucho tiempo el hombre no distinguió entre el arte y la artesanía, tal como hoy en muchas culturas, sólo existe una palabra para designar a ambos (China, culturas africanas, culturas latinoamericanas, etc.). Fue en el continente europeo donde se convirtieron en dos áreas, a partir del desarrollo de la burguesía, a las cuales también se llamó “artes menores” cuando tenían alguna utilidad y “artes mayores” cuando sólo servía para la contemplación.

Aquellas “artes menores” también se les subdividieron en artesanías utilitarias, suntuarias, decorativas, etc. En el caso de México hay muchos testimonios de la habilidad artesanal prevaleciente antes de la llegada de los conquistadores españoles. La conciencia que de ellas se tenía está demostrada ampliamente, además de las obras que se conservan en los museos como testimonios de las culturas prehispánicas, en los textos antiguos nahuas divulgados por Miguel León Portilla y que describen la disciplina requerida por los orfebres y otras áreas de las artesanías.

Durante el período colonial, las obras artesanales que resultaron sospechosas de tener algún contenido relacionado con las creencias antiguas fueron eliminadas y, solamente se toleró lo utilitario. Fue hasta el siglo XIX cuando, ya libre de la dominación férrea, los pueblos pudieron expresarse ampliamente, dando salida a su creatividad, ya para entonces en medio de las influencias aportadas por los españoles, fueran propias o a las que sirvieran de conducto.

Surgen así las características que hoy tienen las artesanías mexicanas y no sólo ellas sino todo lo que comprende el arte popular, como son las danzas, cantos, trajes, música y narrativa. La población que se dedicaba a las artesanías refleja todavía la pobreza social de que fue víctima especialmente en el pasado colonial y su trabajo es objeto de explotación, a pesar de que sus obras son consideradas símbolos de lo nacional.

El artesano ha transmitido sus conocimientos principalmente a través del núcleo familiar, enseñando a los hijos y con la participación, en ciertas etapas, de los procesos, de toda la familia. En otros momentos se formaron gremios especializados, donde el artesano se formó pasando por ser aprendiz, ayudante, oficial y maestro. Ambos sistemas pueden ser advertidos todavía. En el primer caso, la división del trabajo ha sucedido en razón de la fuerza necesaria o de la especialización que deba el tiempo disponible, como es el caso de la mujer que no participaba de las tareas de cacería y tenía que permanecer más tiempo en el lugar de refugio, dedicada al cuidado de los hijos. Por ello, muchos identifican a las mujeres como más cercanas a las artesanías, sobre todo a la alfarería y a los textiles.

La difusión de las técnicas artesanales se sigue conservando en el ámbito familiar, pero se ha progresado en promover actividades educativas en las escuelas de educación básica y en los talleres de las Casas de Cultural o Centros Culturales para su conservación en las futuras generaciones de artesanos.

Actualmente se realizan ferias y exposiciones para que los artesanos, puedan vender directamente al público sus diversos artículos artesanales. La migración hacia los países del norte principalmente, ha provocado que la tradición de las artesanías se vaya perdiendo por las nuevas generaciones, hijos y descendientes de los creadores artesanales nacionales.

Impulsar las artesanías es importante para que esta tradición de muchos años no se pierdan en el futuro, y se proteja este legado cultural y las diversas creaciones de los artesanos, que están variando sus productos para hacerlos atractivos a las personas que las compran.

Varios países extranjeros han imitado y copiado las artesanías mexicanas para hacerlas propias, dejando atrás la creatividad de nuestros artesanos.

El compromiso es proteger y comprar los productos de los artesanos para que se sigan produciendo e impulsando la industria familiar, que vive de esta tradición de muchos años heredada por sus diversos ancestros.


Doctor en Educación.