/ viernes 12 de agosto de 2022

Inflación: el más doloroso impuesto

Ante los señalamientos y buenos deseos del presidente López Obrador en las mañaneras, se oculta la realidad que vivimos a diario los mexicanos, situación que incrementa el malestar de la población y más aún cuando se siente en el bolsillo y en particular de los más desfavorecidos.

Pues si uno de los principales lastres es la elevada inseguridad, a ello súmele la inflación; el INEGI dio a conocer que en el mes de julio del presente 2022, se registró una inflación de 8.15%, cuando la meta oficial proyectada era de 3%. El mayor incremento es en los productos de primera necesidad; frutas y verduras incrementaron 16.16%, carne 15.96%; alimentos y bebidas 12.09 por ciento.

El (INEGI) señaló “la inflación anual de las mercancías alimentarias se posicionó en 12.1 por ciento, nivel no visto desde diciembre de 1999”.

El fenómeno inflacionario repercute de manera directa en la canasta básica, afectando a los hogares y en particular a los de menores ingresos. Bajo este argumento, es pertinente dar a conocer el acertado análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), respecto a la afectación en los hogares.

Señala que, en hogares de menores ingresos, que cuentan con 3,313 pesos al mes, la inflación anual llega a ser hasta de un 10.23 por ciento.

En los hogares de ingreso medio, que cuentan con 11,122 pesos al mes, la inflación fue de 9.31 por ciento.

Y, los hogares de ingreso alto, de hasta 54,427 pesos al mes, la inflación les representa un 8.05 por ciento.

Estos datos demuestran que la inflación, que vivimos afecta a todos los hogares y en mayor medida a los de menores ingresos.

Justo es ahí, donde objetivamente se demuestra que el encarecimiento de la canasta básica refleja sin duda, la forma o el empobrecimiento en que transita un gran número de habitantes en el país.

Razón de más, para considerar que el país demanda el compromiso decidido del ejecutivo, donde exija a sus funcionarios (secretarios de gabinete) diseñar estrategias medibles que permitan enfrentar el fenómeno inflacionario y no solo señalar que vamos bien o incluso mejor que otras economías desarrolladas.

Sin embargo, debe admitirse que este entre otros problemas no solo es privativo de México, sino consecuencia de la problemática mundial que estamos atravesando y, que se ha agudizado, a raíz del surgimiento de la pandemia del Covid-19, al conflicto bélico ruso-ucraniano, el cambio climático, reflejo de la sequía que padecemos; la creciente ola de violencia e inseguridad que ha forzado u obligado a diversos productores del país a abandonar sus tierras, migrando en la búsqueda de mejores oportunidades para ellos y sus familias.

Esta situación y la insensibilidad que al respecto se da en las esferas gubernamentales y de poder, muestra lo complejo y difícil que nos resultara a la totalidad de mexicanos, para enfrentar estos grandes problemas y, poder remontar esta crisis para no engrosar a las filas del empobrecimiento.

Pues no es por demás señalar que la inflación es el más severo impuesto para los pobres y la clase media y, el remedio utilizado es la diatriba de las mañanas, que solo causa enojo; más aún, cuando se utiliza como el principal instrumento para afianzar y defender solo el proyecto político del presidente Obrador.

Se debe de gobernar ejerciéndolo de manera eficiente y de frente a toda la sociedad mexicana, al tiempo de dejar la campaña permanente.

Pero al parecer no le importa al jefe del Estado mexicano, quedando en entredicho su credibilidad; incluso fuera del territorio nacional.

Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com

Ante los señalamientos y buenos deseos del presidente López Obrador en las mañaneras, se oculta la realidad que vivimos a diario los mexicanos, situación que incrementa el malestar de la población y más aún cuando se siente en el bolsillo y en particular de los más desfavorecidos.

Pues si uno de los principales lastres es la elevada inseguridad, a ello súmele la inflación; el INEGI dio a conocer que en el mes de julio del presente 2022, se registró una inflación de 8.15%, cuando la meta oficial proyectada era de 3%. El mayor incremento es en los productos de primera necesidad; frutas y verduras incrementaron 16.16%, carne 15.96%; alimentos y bebidas 12.09 por ciento.

El (INEGI) señaló “la inflación anual de las mercancías alimentarias se posicionó en 12.1 por ciento, nivel no visto desde diciembre de 1999”.

El fenómeno inflacionario repercute de manera directa en la canasta básica, afectando a los hogares y en particular a los de menores ingresos. Bajo este argumento, es pertinente dar a conocer el acertado análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), respecto a la afectación en los hogares.

Señala que, en hogares de menores ingresos, que cuentan con 3,313 pesos al mes, la inflación anual llega a ser hasta de un 10.23 por ciento.

En los hogares de ingreso medio, que cuentan con 11,122 pesos al mes, la inflación fue de 9.31 por ciento.

Y, los hogares de ingreso alto, de hasta 54,427 pesos al mes, la inflación les representa un 8.05 por ciento.

Estos datos demuestran que la inflación, que vivimos afecta a todos los hogares y en mayor medida a los de menores ingresos.

Justo es ahí, donde objetivamente se demuestra que el encarecimiento de la canasta básica refleja sin duda, la forma o el empobrecimiento en que transita un gran número de habitantes en el país.

Razón de más, para considerar que el país demanda el compromiso decidido del ejecutivo, donde exija a sus funcionarios (secretarios de gabinete) diseñar estrategias medibles que permitan enfrentar el fenómeno inflacionario y no solo señalar que vamos bien o incluso mejor que otras economías desarrolladas.

Sin embargo, debe admitirse que este entre otros problemas no solo es privativo de México, sino consecuencia de la problemática mundial que estamos atravesando y, que se ha agudizado, a raíz del surgimiento de la pandemia del Covid-19, al conflicto bélico ruso-ucraniano, el cambio climático, reflejo de la sequía que padecemos; la creciente ola de violencia e inseguridad que ha forzado u obligado a diversos productores del país a abandonar sus tierras, migrando en la búsqueda de mejores oportunidades para ellos y sus familias.

Esta situación y la insensibilidad que al respecto se da en las esferas gubernamentales y de poder, muestra lo complejo y difícil que nos resultara a la totalidad de mexicanos, para enfrentar estos grandes problemas y, poder remontar esta crisis para no engrosar a las filas del empobrecimiento.

Pues no es por demás señalar que la inflación es el más severo impuesto para los pobres y la clase media y, el remedio utilizado es la diatriba de las mañanas, que solo causa enojo; más aún, cuando se utiliza como el principal instrumento para afianzar y defender solo el proyecto político del presidente Obrador.

Se debe de gobernar ejerciéndolo de manera eficiente y de frente a toda la sociedad mexicana, al tiempo de dejar la campaña permanente.

Pero al parecer no le importa al jefe del Estado mexicano, quedando en entredicho su credibilidad; incluso fuera del territorio nacional.

Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com