/ lunes 9 de agosto de 2021

¿Irá Claudia Rivera a la cárcel?

La inesperada renuncia de Armando Morales Aparicio a la tesorería municipal puede convertirse en el acontecimiento fortuito que obsequie a los enemigos de Claudia Rivera Vivanco la llave para conducirla ante la justicia una vez que concluya su administración.

El término de la contienda electoral pareció poner fin también a la estridente disputa que protagonizaron la presidenta municipal de Puebla y el gobernador Miguel Barbosa durante, al menos, dos años, pero no fue así.

Rivera Vivanco no fue incluida en la lista de personajes públicos que se reunieron con Barbosa en Casa Aguayo después de la contienda electoral, dentro de esa estrategia de comunicación política que busca tender puentes para ir a una segunda mitad de gobierno en mejores términos de relaciones y cordialidad.

Barbosa tampoco ha sido disculpado por la edil, que después de fracasar en instancias locales con la denuncia por violencia política de género presentada en contra del gobernador, ha recurrido a tribunales federales para insistir en la demanda.

Ni uno ni otro ha retrocedido un ápice, lo que coincide con los trascendidos venidos de Casa Aguayo en el sentido de que la guerra de los dos personajes no ha concluido ni está por concluir.

Aquí es donde cobra relevancia la renuncia de Morales Aparicio, ocurrida el miércoles de la semana pasada, en medio de una cascada de diferencias con Rivera Vivanco.

Información compartida a este reportero por personajes cercanos al mandatario estatal da cuenta de la permanencia de un objetivo trazado desde tiempo atrás y que consiste en conducir a la edil de Morena ante la justicia para responder por los presuntos delitos de corrupción y desvío de recursos públicos.

Según la especie, la Fiscalía General del Estado y el Tribunal Superior de Justicia trabajarán en mancuerna para detener y llevar a prisión a la alcaldesa que falló en su intento por conseguir la reelección.

La renuncia del tesorero de Rivera Vivanco, en los términos que sucedió, vino no solo a alimentar esa mala percepción que existe alrededor de la edil de Puebla en el tema del manejo de los recursos públicos, que a juicio de los habitantes de la ciudad no ha sido el más eficiente, sino a dar otro elemento de oportunidad a quienes pretenden verla tras las rejas en un futuro cercano, con todo y que su ciclo dentro de la administración pública parece haber finalizado.

¿Irá la edil de Morena a la cárcel?

No lo sé.

Pero en estos precisos momentos debería estar enfocada en desactivar la bomba de tiempo que puso en marcha cuando discutió con Armando Morales al grado de llegar al rompimiento laboral a solo dos meses del desenlace del ayuntamiento.

El tesorero es una pieza fundamental para el manejo de los recursos del gobierno.

Hace y sabe mucho, más que la mayoría.

¿Imagina Claudia Rivera lo valioso que puede ser, molesto y humillado, en el bando opositor, con aquellos que precisan justamente de información privilegiada para llevarla hasta donde quieren?

Tres años atrás, en 2018, Luis Banck Serrato como edil saliente logró acordar una partida tersa y sin sobresaltos.

La consiguió.

Nunca en los siguientes años fue blanco de una sola descalificación por parte de su sucesora.

A Rivera Vivanco no le irá igual con el panista Eduardo Rivera Pérez.

Y menos con el próximo edil como aliado del gobernador Barbosa.


Twitter: @jorgerdzc

La inesperada renuncia de Armando Morales Aparicio a la tesorería municipal puede convertirse en el acontecimiento fortuito que obsequie a los enemigos de Claudia Rivera Vivanco la llave para conducirla ante la justicia una vez que concluya su administración.

El término de la contienda electoral pareció poner fin también a la estridente disputa que protagonizaron la presidenta municipal de Puebla y el gobernador Miguel Barbosa durante, al menos, dos años, pero no fue así.

Rivera Vivanco no fue incluida en la lista de personajes públicos que se reunieron con Barbosa en Casa Aguayo después de la contienda electoral, dentro de esa estrategia de comunicación política que busca tender puentes para ir a una segunda mitad de gobierno en mejores términos de relaciones y cordialidad.

Barbosa tampoco ha sido disculpado por la edil, que después de fracasar en instancias locales con la denuncia por violencia política de género presentada en contra del gobernador, ha recurrido a tribunales federales para insistir en la demanda.

Ni uno ni otro ha retrocedido un ápice, lo que coincide con los trascendidos venidos de Casa Aguayo en el sentido de que la guerra de los dos personajes no ha concluido ni está por concluir.

Aquí es donde cobra relevancia la renuncia de Morales Aparicio, ocurrida el miércoles de la semana pasada, en medio de una cascada de diferencias con Rivera Vivanco.

Información compartida a este reportero por personajes cercanos al mandatario estatal da cuenta de la permanencia de un objetivo trazado desde tiempo atrás y que consiste en conducir a la edil de Morena ante la justicia para responder por los presuntos delitos de corrupción y desvío de recursos públicos.

Según la especie, la Fiscalía General del Estado y el Tribunal Superior de Justicia trabajarán en mancuerna para detener y llevar a prisión a la alcaldesa que falló en su intento por conseguir la reelección.

La renuncia del tesorero de Rivera Vivanco, en los términos que sucedió, vino no solo a alimentar esa mala percepción que existe alrededor de la edil de Puebla en el tema del manejo de los recursos públicos, que a juicio de los habitantes de la ciudad no ha sido el más eficiente, sino a dar otro elemento de oportunidad a quienes pretenden verla tras las rejas en un futuro cercano, con todo y que su ciclo dentro de la administración pública parece haber finalizado.

¿Irá la edil de Morena a la cárcel?

No lo sé.

Pero en estos precisos momentos debería estar enfocada en desactivar la bomba de tiempo que puso en marcha cuando discutió con Armando Morales al grado de llegar al rompimiento laboral a solo dos meses del desenlace del ayuntamiento.

El tesorero es una pieza fundamental para el manejo de los recursos del gobierno.

Hace y sabe mucho, más que la mayoría.

¿Imagina Claudia Rivera lo valioso que puede ser, molesto y humillado, en el bando opositor, con aquellos que precisan justamente de información privilegiada para llevarla hasta donde quieren?

Tres años atrás, en 2018, Luis Banck Serrato como edil saliente logró acordar una partida tersa y sin sobresaltos.

La consiguió.

Nunca en los siguientes años fue blanco de una sola descalificación por parte de su sucesora.

A Rivera Vivanco no le irá igual con el panista Eduardo Rivera Pérez.

Y menos con el próximo edil como aliado del gobernador Barbosa.


Twitter: @jorgerdzc