/ lunes 27 de abril de 2020

Irán panistas a la hoguera por coyuntura electoral

El titular de la Auditoría Superior del Estado tiene una encomienda personalísima: hallar materia de prueba en contra de los servidores públicos que acompañaron a Rafael Moreno Valle en primera línea de gobierno para llevarlos al paredón y exhibirlos públicamente.

Eso debe ocurrir a fin de año o a principios del que sigue, de manera que, cuando comience la agitación electoral en 2021, los candidatos de Morena y sus partidos aliados puedan usar la bandera de la honestidad para contrastarse con la “corrupción panista”.

Dentro de este escenario se entiende que el auditor Francisco José Romero Serrano haya abierto un frente contra Eukid Castañón (hoy en la cárcel por acusaciones de extorsión), Jorge Aguilar, Patricia Leal, José Juan Espinosa y José Luis Márquez.

Los primeros tres son irremediablemente identificados con Moreno Valle. Gozaron de la confianza del ex gobernador y trabajaron para su causa. Además, lo que es muy importante en el contexto político, son militantes del PAN y ocuparon puestos de elección popular gracias a ese partido.

Los otros dos, Espinosa y Márquez, están en la mira del auditor por otras circunstancias, también políticas, pero desligadas del blanquiazul.

Romero Serrano ha roto el bajo perfil con que se condujeron los funcionarios que le antecedieron en el cargo a la hora de abordar temas relacionados con la revisión del manejo del dinero público.

Cómodo con el empleo del recurso oral para fajarse con sus oponentes, o con quienes cree que son sus oponentes, dice, pone y emite conclusiones sin reparo, como las que soltó la semana pasada en contra de esos cinco personajes.

Al margen de que sean culpables o no, de que se hayan beneficiado con la contratación de despachos de auditorías en los ayuntamientos del estado o de que sean inocentes, lo que corresponderá a los sabuesos jurídicos de ambos bandos dirimir, el pronunciamiento para acusarlos en público no derivó de una ocurrencia surgida al calor de la espontaneidad, sino de una estrategia bien orquestada para ver su fin en los comicios intermedios del próximo año.

Las expresiones del auditor no obedecieron a un exabrupto.

Como líder de facto de Morena en el estado, el gobernador Luis Miguel Barbosa pretende ir a una contienda electoral que le brinde a ese partido los resultados necesarios para conservar la mayoría en el Congreso y retener los ayuntamientos más importantes, sobre todo el de Puebla, donde quiere mandar a competir a Gabriel Biestro Medinilla.

Consciente del descenso de ese partido en las preferencias electorales, principalmente en la zona metropolitana, sabe que tiene que recurrir al pasado reciente para dotar de mayores posibilidades de triunfo a sus candidatos.

Retomar el discurso de la lucha contra la corrupción, como hizo Andrés Manuel López Obrador en 2018, se impone como la mejor alternativa, pero para lograrlo, para convencer a los eventuales votantes de volver a sufragar por el partido del presidente de la república, tendrá que mostrar, evidenciar y exhibir las supuestas corruptelas cometidas por quienes llegaron a Casa Puebla después de Mario Marín y se fueron con las muertes de Moreno Valle y Martha Erika Alonso.

Aquí es donde entra Romero Serrano.

Para mostrar “corruptos”, primero habrá que encontrarlos.

Y no solo encontrarlos, sino comprobar que lo fueron.

El auditor, instrumento del mandatario estatal y de Morena para este asunto, de vital importancia para la continuidad del grupo en el poder, afirma que en seis meses estarán listas las investigaciones para dar con la responsabilidad de esos cinco ex servidores públicos, para llevarlos a la hoguera.

No es coincidencia.

El plazo se vincula con el calendario electoral.

Y seguro que el tema del “combate a la corrupción” no quedará en tres panistas.

Si las condiciones de la disputa por el Congreso y los municipios lo demandan, habrá más.


HÉROES ANÓNIMOS

En el transcurso de esta guerra contra el nuevo coronavirus habrá cientos o miles de héroes que por la naturaleza de sus funciones permanecerán en el anonimato, lejos de los reflectores y del reconocimiento social a su labor.

Médicos y enfermeras ocupan el primer lugar, por supuesto, pero hay otros, como aquellos que todos los días desde que comenzó la emergencia se han ocupado de colocar jabón líquido, papel higiénico y encargado de que haya agua en los baños de los parques públicos de la ciudad.

El Ecoparque Metropolitano es un caso.

Uno de los lectores de esta columna y visitante habitual de ese inmueble destaca que ahí no han fallado esos recursos de sanidad y de prevención desde el primer día, en ninguno de sus baños. Por eso, a través de este espacio y frente a la imposibilidad de hacerlo en persona porque no sabe quiénes son, le pide al reportero pasar el recado y darles las gracias.

Hecho pues.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

El titular de la Auditoría Superior del Estado tiene una encomienda personalísima: hallar materia de prueba en contra de los servidores públicos que acompañaron a Rafael Moreno Valle en primera línea de gobierno para llevarlos al paredón y exhibirlos públicamente.

Eso debe ocurrir a fin de año o a principios del que sigue, de manera que, cuando comience la agitación electoral en 2021, los candidatos de Morena y sus partidos aliados puedan usar la bandera de la honestidad para contrastarse con la “corrupción panista”.

Dentro de este escenario se entiende que el auditor Francisco José Romero Serrano haya abierto un frente contra Eukid Castañón (hoy en la cárcel por acusaciones de extorsión), Jorge Aguilar, Patricia Leal, José Juan Espinosa y José Luis Márquez.

Los primeros tres son irremediablemente identificados con Moreno Valle. Gozaron de la confianza del ex gobernador y trabajaron para su causa. Además, lo que es muy importante en el contexto político, son militantes del PAN y ocuparon puestos de elección popular gracias a ese partido.

Los otros dos, Espinosa y Márquez, están en la mira del auditor por otras circunstancias, también políticas, pero desligadas del blanquiazul.

Romero Serrano ha roto el bajo perfil con que se condujeron los funcionarios que le antecedieron en el cargo a la hora de abordar temas relacionados con la revisión del manejo del dinero público.

Cómodo con el empleo del recurso oral para fajarse con sus oponentes, o con quienes cree que son sus oponentes, dice, pone y emite conclusiones sin reparo, como las que soltó la semana pasada en contra de esos cinco personajes.

Al margen de que sean culpables o no, de que se hayan beneficiado con la contratación de despachos de auditorías en los ayuntamientos del estado o de que sean inocentes, lo que corresponderá a los sabuesos jurídicos de ambos bandos dirimir, el pronunciamiento para acusarlos en público no derivó de una ocurrencia surgida al calor de la espontaneidad, sino de una estrategia bien orquestada para ver su fin en los comicios intermedios del próximo año.

Las expresiones del auditor no obedecieron a un exabrupto.

Como líder de facto de Morena en el estado, el gobernador Luis Miguel Barbosa pretende ir a una contienda electoral que le brinde a ese partido los resultados necesarios para conservar la mayoría en el Congreso y retener los ayuntamientos más importantes, sobre todo el de Puebla, donde quiere mandar a competir a Gabriel Biestro Medinilla.

Consciente del descenso de ese partido en las preferencias electorales, principalmente en la zona metropolitana, sabe que tiene que recurrir al pasado reciente para dotar de mayores posibilidades de triunfo a sus candidatos.

Retomar el discurso de la lucha contra la corrupción, como hizo Andrés Manuel López Obrador en 2018, se impone como la mejor alternativa, pero para lograrlo, para convencer a los eventuales votantes de volver a sufragar por el partido del presidente de la república, tendrá que mostrar, evidenciar y exhibir las supuestas corruptelas cometidas por quienes llegaron a Casa Puebla después de Mario Marín y se fueron con las muertes de Moreno Valle y Martha Erika Alonso.

Aquí es donde entra Romero Serrano.

Para mostrar “corruptos”, primero habrá que encontrarlos.

Y no solo encontrarlos, sino comprobar que lo fueron.

El auditor, instrumento del mandatario estatal y de Morena para este asunto, de vital importancia para la continuidad del grupo en el poder, afirma que en seis meses estarán listas las investigaciones para dar con la responsabilidad de esos cinco ex servidores públicos, para llevarlos a la hoguera.

No es coincidencia.

El plazo se vincula con el calendario electoral.

Y seguro que el tema del “combate a la corrupción” no quedará en tres panistas.

Si las condiciones de la disputa por el Congreso y los municipios lo demandan, habrá más.


HÉROES ANÓNIMOS

En el transcurso de esta guerra contra el nuevo coronavirus habrá cientos o miles de héroes que por la naturaleza de sus funciones permanecerán en el anonimato, lejos de los reflectores y del reconocimiento social a su labor.

Médicos y enfermeras ocupan el primer lugar, por supuesto, pero hay otros, como aquellos que todos los días desde que comenzó la emergencia se han ocupado de colocar jabón líquido, papel higiénico y encargado de que haya agua en los baños de los parques públicos de la ciudad.

El Ecoparque Metropolitano es un caso.

Uno de los lectores de esta columna y visitante habitual de ese inmueble destaca que ahí no han fallado esos recursos de sanidad y de prevención desde el primer día, en ninguno de sus baños. Por eso, a través de este espacio y frente a la imposibilidad de hacerlo en persona porque no sabe quiénes son, le pide al reportero pasar el recado y darles las gracias.

Hecho pues.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx