No lo cuente en voz alta, pero entre los militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ven con sospecha el reciente activismo interno de quien fuera subsecretario de gobernación en la administración interina de Guillermo Pacheco Pulido y durante algunos meses del gobierno de Miguel Barbosa Huerta.
Se trata de José Luis Márquez Martínez a quien ven aprovechando los tiempos de la contingencia por el coronavirus, para lograr los amarres que le ayuden a subirse a la contienda por la definición de la dirigencia estatal de ese partido, que hizo una pausa en el proceso de selección del perfil.
Entre los tricolores ven un doble juego en esta pretendida llegada del político de Zacatlán a la contienda por el control de lo que queda del PRI, pues sería apoyado, por una parte, por Jorge Estefan Chidiac, tras su fallido intento de meter en la puja a José Antonio López Malo o a Lucero Saldaña Pérez.
Pero, por otro lado, lo perciben como un intento de avanzada del diputado federal y ex secretario de gobernación, Fernando Manzanilla Prieto, para ganar una posición partidista importante a la hora de construir su candidatura, de diferentes partidos, a la presidencia municipal, dada sus prácticamente nulas posibilidades de abanderar la aspiración bajo las siglas de Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Junto con Francisco Ramos Montaño, quien también ocupó una subsecretaría en tiempos de Manzanilla, José Luis Márquez apoyó la campaña del hoy gobernador, Luis Miguel Barbosa, mediante movilizaciones y encuentros con alcaldes, pero es claro que hoy en día están fuera del barbosismo.
Esa es una carta con la que, aseguran, pretende promocionarse ante los cercanos de Alejandro Moreno Cárdenas, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI pues la decisión vendrá directamente de ahí.
Quienes se mantienen con la mano levantada para ser considerados a esa posición son Xitlaic Ceja, Nestor Camarillo, Juan Manuel Vega Rayet y Lorenzo Rivera.
Por lo pronto, de no existir alguna sorpresa, será hasta que pase la contingencia cuando la dirigencia nacional del tricolor retome su proceso.
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Sin garantías para hacer su trabajo se encontraban los médicos internos de distintas universidades para mantenerse dentro de hospitales, sobre todo públicos, en una contingencia sanitaria como la que estamos atravesando como país.
Los estudiantes de medicina, son en buena medida, quienes hacen el primer contacto con los pacientes y no estaban recibiendo el equipamiento necesario pues ni los propios médicos, asalariados, cuentan con ellos.
Por esto, no es de extrañar que universidades como la BUAP o la UPAEP hayan decidido retirar a sus estudiantes, pero tengan por seguro que serán pocas las voces que de manera abierta presenten sus quejas puesto que hay temor de represalias con la documentación que les deben entregar a futuro para poderse titular.
Hasta la próxima.
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