/ martes 31 de marzo de 2020

Jugar con la ciencia

La ciencia en general tiene que cargar con el prejuicio de que es un área aburrida y difícil, lo que conlleva a que los niños, desde pequeños, rechacen ser involucrados en actividades científicas.

Es necesario cambiar el paradigma de que la ciencia es aburrida, y por ello se tiene que instrumentar acciones directas que muestren que lo agradable y fácil que puede ser, y estimular así la participación de los niños, ahora que están en casa.

La ciencia es divertida, llena de misterio, color, aventura. Los niños desde la etapa de los “por qué”, son extremadamente curiosos del funcionamiento de las cosas y del mundo que les rodea.

En la actualidad la ciencia se ha convertido en el motor del avance y transformación no solo de las diferentes teorías que la sustentan, sino de las naciones que hoy son del primer mundo.

El impacto de la ciencia en los niños tiene implicaciones no solo en la escuela, sino también en el ámbito social y económico, mismo que es directamente proporcional al desarrollo científico de cada país y esto está vinculado al número de investigaciones e investigadores dedicados a hacer ciencia y divulgar la ciencia.

Los niños participan poco en la ciencia principalmente a la falta de una cultura científica desde la niñez. La ciencia en las escuelas, es vista como una materia escolar aburrida y si en algún salón hay dos o tres excepciones, éstas debemos agradecerlas a los padres o maestros que hayan despertado en los niños el interés por la ciencia.

Sin embargo, además de la falta de investigadores e investigaciones, la divulgación científica necesita un impulso enorme, hoy hay tiempo para jugar con la ciencia.

Por tanto es necesario mostrar que esta es una actividad humana valiosa, interesante y divertida. Que no solo sea una materia para pasar el año escolar, sino que esté relacionada con cada uno de los actos de nuestra vida cotidiana y de ahí detonar la formación de los grandes científicos del futuro.

Los investigadores comentan que la ciencia siempre sorprende cada día con nuevos avances tecnología y ahora en salud. Toda actividad científica es importante en la educación del niño, por eso en su paso por la escuela los niños adquieren los conocimientos y las herramientas que les sirvan en su vida cotidiana futura.

La enseñanza de la ciencia en los niños debe estimular la curiosidad frente a un fenómeno o problema; el interés por el medio ambiente y su conservación; la necesidad de hoy cuidar su cuerpo; el espíritu crítico y no sumirse en una actitud pasiva ante los fenómenos. Fomentar las preguntas más que las respuestas; el rigor metodológico, la argumentación, la investigación; el desarrollo del intelecto y la habilidad para adaptarse a los cambios y resolver conflictos, que estamos viviendo.

Es necesario considerar que las actividades que se realicen en la casa sean espontáneas, vivenciales, con relación a la vida cotidiana de los niños, con la finalidad de permitir la apropiación de nuevos conceptos, conocimientos y formas de ver a los distintos fenómenos.

La ciencia es divertida, es aprendizaje, todo depende la motivación y experimento que realicen los niños y los padres de familia para entrar en ese fascinante mundo, en casa.

El padre de familia debe de dar las instrucciones simples y claras utilizando pocas palabras para que el niño comprenda los pasos de búsqueda de cada experimento. Es importante sea comprensible para el niño y razonable para su edad a fin de conocer los cambios que se presentan en el experimento. También es importante que el padre de familia sea repetitivo para explicar las especificaciones y se comprenda mejor, es decir que quede bien claro el seguimiento por parte del niño.

Utilizar un tono de voz que sea agradable, para que los niños comprendan paso a paso el experimento y no exista confusión en lo que se está realizando. Es mejor ponerse a la altura de los niños para que sientan confianza en estas primeras actividades.

Es recomendable iniciar con experimentos muy sencillos y agradables para después pasar a unos más avanzados y de mucho interés.

También es importante explicar las razones por las que se les pide o se les prohíbe algo, para que comprendan los experimentos. Esta información deberá ser apropiada para la edad del niño y con los recursos en casa.

*Doctor en Educación.

La ciencia en general tiene que cargar con el prejuicio de que es un área aburrida y difícil, lo que conlleva a que los niños, desde pequeños, rechacen ser involucrados en actividades científicas.

Es necesario cambiar el paradigma de que la ciencia es aburrida, y por ello se tiene que instrumentar acciones directas que muestren que lo agradable y fácil que puede ser, y estimular así la participación de los niños, ahora que están en casa.

La ciencia es divertida, llena de misterio, color, aventura. Los niños desde la etapa de los “por qué”, son extremadamente curiosos del funcionamiento de las cosas y del mundo que les rodea.

En la actualidad la ciencia se ha convertido en el motor del avance y transformación no solo de las diferentes teorías que la sustentan, sino de las naciones que hoy son del primer mundo.

El impacto de la ciencia en los niños tiene implicaciones no solo en la escuela, sino también en el ámbito social y económico, mismo que es directamente proporcional al desarrollo científico de cada país y esto está vinculado al número de investigaciones e investigadores dedicados a hacer ciencia y divulgar la ciencia.

Los niños participan poco en la ciencia principalmente a la falta de una cultura científica desde la niñez. La ciencia en las escuelas, es vista como una materia escolar aburrida y si en algún salón hay dos o tres excepciones, éstas debemos agradecerlas a los padres o maestros que hayan despertado en los niños el interés por la ciencia.

Sin embargo, además de la falta de investigadores e investigaciones, la divulgación científica necesita un impulso enorme, hoy hay tiempo para jugar con la ciencia.

Por tanto es necesario mostrar que esta es una actividad humana valiosa, interesante y divertida. Que no solo sea una materia para pasar el año escolar, sino que esté relacionada con cada uno de los actos de nuestra vida cotidiana y de ahí detonar la formación de los grandes científicos del futuro.

Los investigadores comentan que la ciencia siempre sorprende cada día con nuevos avances tecnología y ahora en salud. Toda actividad científica es importante en la educación del niño, por eso en su paso por la escuela los niños adquieren los conocimientos y las herramientas que les sirvan en su vida cotidiana futura.

La enseñanza de la ciencia en los niños debe estimular la curiosidad frente a un fenómeno o problema; el interés por el medio ambiente y su conservación; la necesidad de hoy cuidar su cuerpo; el espíritu crítico y no sumirse en una actitud pasiva ante los fenómenos. Fomentar las preguntas más que las respuestas; el rigor metodológico, la argumentación, la investigación; el desarrollo del intelecto y la habilidad para adaptarse a los cambios y resolver conflictos, que estamos viviendo.

Es necesario considerar que las actividades que se realicen en la casa sean espontáneas, vivenciales, con relación a la vida cotidiana de los niños, con la finalidad de permitir la apropiación de nuevos conceptos, conocimientos y formas de ver a los distintos fenómenos.

La ciencia es divertida, es aprendizaje, todo depende la motivación y experimento que realicen los niños y los padres de familia para entrar en ese fascinante mundo, en casa.

El padre de familia debe de dar las instrucciones simples y claras utilizando pocas palabras para que el niño comprenda los pasos de búsqueda de cada experimento. Es importante sea comprensible para el niño y razonable para su edad a fin de conocer los cambios que se presentan en el experimento. También es importante que el padre de familia sea repetitivo para explicar las especificaciones y se comprenda mejor, es decir que quede bien claro el seguimiento por parte del niño.

Utilizar un tono de voz que sea agradable, para que los niños comprendan paso a paso el experimento y no exista confusión en lo que se está realizando. Es mejor ponerse a la altura de los niños para que sientan confianza en estas primeras actividades.

Es recomendable iniciar con experimentos muy sencillos y agradables para después pasar a unos más avanzados y de mucho interés.

También es importante explicar las razones por las que se les pide o se les prohíbe algo, para que comprendan los experimentos. Esta información deberá ser apropiada para la edad del niño y con los recursos en casa.

*Doctor en Educación.