La digitalización no es un concepto nuevo, pero su aplicación efectiva en la administración pública es una tarea pendiente que, de implementarse correctamente, podría transformar a Puebla en un referente de modernidad y eficiencia en México. El 11 de febrero de 2015, se promulgó el Decreto de la Ley de Gobierno Digital para el Estado de Puebla y sus Municipios, un hito que, en su momento, mostró la visión del entonces gobernador Rafael Moreno Valle Rosas. Sin embargo, hoy nos encontramos ante un nuevo desafío: la necesidad urgente de renovar y actualizar esa visión para que verdaderamente impacte en la vida diaria de los ciudadanos.
La digitalización de los servicios públicos es más que una moda; es una necesidad imperiosa para enfrentar los retos de la globalización y la competitividad. Un comité de gobierno digital debe ser formado, y no puede estar compuesto únicamente por veteranos de la política o la administración pública. Necesitamos integrar a los jóvenes, quienes no solo comprenden la tecnología sino que viven inmersos en ella. Ellos son quienes pueden marcar la ruta hacia un gobierno que no solo se mantenga al día con los avances tecnológicos, sino que también los anticipe y los utilice en favor de la población.
Es vital que este proceso de digitalización sea inclusivo y equitativo. No podemos permitir que la brecha digital deje atrás a las comunidades más vulnerables. Por ello, la creación de un plan estatal de conectividad que priorice las zonas de mayor necesidad económica es crucial. En un Estado donde la desigualdad sigue siendo un reto, el acceso a servicios digitales debe convertirse en un derecho universal, no un privilegio de unos pocos.
Imaginemos una Puebla donde cualquier ciudadano pueda acceder a una ventanilla digital única para realizar sus denuncias, donde el sistema de justicia no solo sea accesible, sino que también priorice la prevención de la violencia contra mujeres y niños, y combata de manera efectiva los actos delictivos que más afectan a nuestro Estado. Esto no es una utopía; es una realidad alcanzable si dejamos que la innovación y la tecnología guíen nuestras políticas públicas.
En este contexto, los jóvenes no son solo los usuarios de la tecnología, sino los verdaderos agentes del cambio. Deben ser ellos quienes, desde su rol como gerentes de proyectos digitales, lleven las riendas de esta transformación. El gobierno debe confiar en su capacidad para desarrollar e implementar soluciones que mejoren la calidad de los servicios digitales y, por ende, la vida de los poblanos.
Pero para lograrlo, es esencial que los jóvenes sean formados y capacitados en estas áreas, y aquí es donde la academia, las empresas y el gobierno deben unir fuerzas. Debemos crear programas educativos que no solo se enfoquen en la teoría, sino que también brinden las herramientas prácticas necesarias para que nuestros jóvenes se conviertan en líderes de la transformación digital.
Como empresaria, he visto de primera mano cómo la innovación y la digitalización pueden cambiar el rumbo de una organización. Ahora, es el momento de aplicar esos mismos principios.
“Cuando los mujeres lideran, ganamos todos” Edhalí Moreno Cíntora