/ viernes 3 de abril de 2020

La 4T en tiempos de crisis por coronavirus

Los esperanzados seguidores de la Cuarta Transformación recibieron este jueves una valiosa palmada en el hombro en medio de la crisis de credibilidad que sufre su máximo líder como consecuencia de una muy cuestionable conducción de las políticas públicas que se llevan a cabo en el país.

Inmerso en una más de sus habituales cascadas de ocurrencias, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó en la mañanera del jueves que la crisis económica que se avecina por la pandemia del coronavirus será solo transitoria, y luego, para inyectar ánimo a sus fieles, dijo que este acontecimiento le había caído como anillo al dedo a sus objetivos transformadores.

“Eso no va a tardar”, aseguró, “y vamos a salir fortalecidos.”

“Y vamos a salir fortalecidos porque no nos van a hacer cambiar en nuestro propósito de acabar con la corrupción y de que haya justicia en el país. Por eso vamos a salir fortalecidos. O sea que nos vino esto como anillo al dedo para afianzar el propósito de la transformación.”

Los más radicales entre sus aplaudidores podrán brincar de emoción.

La emergencia sanitaria, económica, política y social que apenas comienza, y que lastimará a millones de mexicanos en el corto plazo, le cayó como anillo al dedo a los fieles de la 4T, y por tanto a los dueños de Morena. Pero solo a ellos.

Al final del terremoto, cuando sea que eso ocurra, y cuando ningún programa asistencial alcance para mitigar el dolor causado por las muertes y el desempleo, la afirmación de este jueves, una entre muchas que exhiben a un gobernante superado por la realidad, dejarán de causarle gracia a quienes hoy todavía le obsequian reverencia.

***

La emergencia sanitaria ha mostrado que al gobernador Luis Miguel Barbosa le gusta agarrar parejo cuando de liarse a derechazos (en sentido estrictamente figurado) se trata.

Más allá de la edil Claudia Rivera, el rector Alfonso Esparza y el diputado federal Fernando Manzanilla, que se encuentran en la lista de enemigos de Casa Aguayo, el mandatario estatal puede lanzarse también a la confrontación de servidores públicos federales, como lo ha hecho dos veces en esta contingencia.

Esta semana llamó “chocante” al procurador federal del consumidor, Ricardo Sheffield Padilla, por no contestarle las llamadas y responsabilizó a la delegación de esa dependencia federal por permitir la escalada de precios que se ha registrado en los productos de la canasta básica que se venden en el estado.

La acusación generó una inmediata respuesta.

Sheffield contestó con un comunicado para aclarar que no ha recibido ninguna llamada de Barbosa, ni en la red federal a la que tienen acceso, ni a los teléfonos de la Procuraduría, y lamentó que haga expresiones que no se apeguen a la verdad.

Más atrás el poblano se lanzó contra otro funcionario lopezobradorista.

El mismo día, 14 de marzo, que el titular de la SEP anunció el adelanto del periodo vacacional de semana santa, por la contingencia, el gobernador expuso que ningún secretario de Educación federal iba a decir qué hacer en su estado.

“Cuando llegue a parar el gobierno el que lo va a anunciar soy yo, ¿de acuerdo? (…) soy yo, entiéndanme. Tres personas solamente podrán hablar de este tema: gobernador, secretario de Salud y secretario de Gobernación. ¿Está claro?”, advirtió entonces a los reporteros.

Por la noche cambió de opinión y anunció en redes sociales el apego del calendario escolar a los dictados de la SEP, pero ya había confrontado a Esteban Moctezuma.

Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

Los esperanzados seguidores de la Cuarta Transformación recibieron este jueves una valiosa palmada en el hombro en medio de la crisis de credibilidad que sufre su máximo líder como consecuencia de una muy cuestionable conducción de las políticas públicas que se llevan a cabo en el país.

Inmerso en una más de sus habituales cascadas de ocurrencias, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó en la mañanera del jueves que la crisis económica que se avecina por la pandemia del coronavirus será solo transitoria, y luego, para inyectar ánimo a sus fieles, dijo que este acontecimiento le había caído como anillo al dedo a sus objetivos transformadores.

“Eso no va a tardar”, aseguró, “y vamos a salir fortalecidos.”

“Y vamos a salir fortalecidos porque no nos van a hacer cambiar en nuestro propósito de acabar con la corrupción y de que haya justicia en el país. Por eso vamos a salir fortalecidos. O sea que nos vino esto como anillo al dedo para afianzar el propósito de la transformación.”

Los más radicales entre sus aplaudidores podrán brincar de emoción.

La emergencia sanitaria, económica, política y social que apenas comienza, y que lastimará a millones de mexicanos en el corto plazo, le cayó como anillo al dedo a los fieles de la 4T, y por tanto a los dueños de Morena. Pero solo a ellos.

Al final del terremoto, cuando sea que eso ocurra, y cuando ningún programa asistencial alcance para mitigar el dolor causado por las muertes y el desempleo, la afirmación de este jueves, una entre muchas que exhiben a un gobernante superado por la realidad, dejarán de causarle gracia a quienes hoy todavía le obsequian reverencia.

***

La emergencia sanitaria ha mostrado que al gobernador Luis Miguel Barbosa le gusta agarrar parejo cuando de liarse a derechazos (en sentido estrictamente figurado) se trata.

Más allá de la edil Claudia Rivera, el rector Alfonso Esparza y el diputado federal Fernando Manzanilla, que se encuentran en la lista de enemigos de Casa Aguayo, el mandatario estatal puede lanzarse también a la confrontación de servidores públicos federales, como lo ha hecho dos veces en esta contingencia.

Esta semana llamó “chocante” al procurador federal del consumidor, Ricardo Sheffield Padilla, por no contestarle las llamadas y responsabilizó a la delegación de esa dependencia federal por permitir la escalada de precios que se ha registrado en los productos de la canasta básica que se venden en el estado.

La acusación generó una inmediata respuesta.

Sheffield contestó con un comunicado para aclarar que no ha recibido ninguna llamada de Barbosa, ni en la red federal a la que tienen acceso, ni a los teléfonos de la Procuraduría, y lamentó que haga expresiones que no se apeguen a la verdad.

Más atrás el poblano se lanzó contra otro funcionario lopezobradorista.

El mismo día, 14 de marzo, que el titular de la SEP anunció el adelanto del periodo vacacional de semana santa, por la contingencia, el gobernador expuso que ningún secretario de Educación federal iba a decir qué hacer en su estado.

“Cuando llegue a parar el gobierno el que lo va a anunciar soy yo, ¿de acuerdo? (…) soy yo, entiéndanme. Tres personas solamente podrán hablar de este tema: gobernador, secretario de Salud y secretario de Gobernación. ¿Está claro?”, advirtió entonces a los reporteros.

Por la noche cambió de opinión y anunció en redes sociales el apego del calendario escolar a los dictados de la SEP, pero ya había confrontado a Esteban Moctezuma.

Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx