/ sábado 18 de enero de 2020

La calidad educativa

En estos últimos meses, el tema de la calidad es el que se ha estado analizando en los diferentes ámbitos y en los más recientes debates en torno a mejorar la educación. En ellos se pone énfasis en la realización efectiva de que los conocimientos sean comprendidos por los niños, niñas y jóvenes a través de los planes y programas educativos de la educación básica.

Somos el país calificado en el lugar 53o. por el examen PISA de la OCDE, organismo internacional que ha puesto importancia en las evaluaciones que se realizan como un medio para mejorar constantemente los procesos educativos, que va a repercutir en mejores aprendizajes efectivos.

Corea del Sur, Singapur, Polonia y otros países han superado a nuestro país en una mejor educación de calidad. La atención en los desempeños, se llega a pensar que se tiene que concentrar en los procesos del sistema educativo para no producir ineficiencia e injusticias que son sin duda, la falta de una verdadera calidad educativa.

Se ha pasado por alto, considerar un tema de poca relevancia la equidad, que llega a confundirse como un problema de cobertura.

La educación en nuestro país es obligatoria por mandato constitucional, así lo marca el Artículo 3o., lo cual el Gobierno Federal tiene la obligación de garantizar el ejercicio de este derecho a todos los niños, niñas y jóvenes, sin importar su condición social, económica, cultural, étnica o física, en los diferentes niveles educativos.

No hacerlo así puede ser un problema de oferta educativa; pero, sobre todo, un problema de injusticia, un problema de calidad, un problema que afecta a todos.

Alcanzar esa calidad hacia la que deseamos, no la tendremos, si no reflexionamos en mantener la equidad dentro de la educación.

Se tiene que lograr, que todos los niños, niñas y jóvenes en edad escolar ingresen en el tiempo adecuado a los niveles educativos que les correspondan.

Esta es una manera de impedir que siga aumentando el rezago educativo al que cada año se suman más y más niños, niñas y jóvenes que desertan por el trabajo, la migración, el embarazo prematuro, los conflictos familiares o por cualquier otra razón de tipo personal.

Causas hay muchas, pero en su responsabilidad pública que tiene el Estado debe proporcionar los medios para que ningún estudiante sea expulsado o dado de baja por razones de pobreza, discapacidad u origen étnico. Al hacerlo así se cumplirá con una de las cualidades de la educación en nuestro país.

Esto es por lo que se refiere a la política educativa. A la escuela le corresponde que directivos y docentes hacer mucho por los niños, niñas y jóvenes.

La escuela debe asumir la equidad como un problema de calidad que la obliga a crear soluciones específicas para los alumnos o grupos especiales y que, por lo tanto, la enseñanza cotidiana a un grupo promedio de estudiantes debe flexibilizarse para crear condiciones óptimas de desarrollo para todos.

Elevar la calidad de la educación, no tendrá resultados positivos en México, sin atender la equidad para todos los alumnos.

La equidad es el rezago más importante que tiene nuestro país, no solo en la educación, sino también en otros renglones socioeconómicos y socioculturales que impactan muy fuerte al sector educativo.

Si el desempeño de los educandos está vinculado fuertemente a otros factores que afecten las condiciones familiares, la comunidad y a las escuelas, el avance será muy poco y relativo.

Los países que han atendido la equidad entre su población, les ha impactado en elevar la calidad de la educación que se imparten con sus niños, niñas y jóvenes.

La OCDE está en lo correcto al sugerir que los sistemas educativos equitativos se asocien bien con la calidad que se imparte a sus educandos.

Las sociedades de otras naciones que son más justas y avanzadas en los temas socioeconómicos, socioculturales y educativos son muy favorables para la calidad educativa. En nuestro país esperamos que las condiciones mejoren, lo cual se ve a un largo plazo, pues la economía en este pasado año no creció.

*Doctor en Educación.

En estos últimos meses, el tema de la calidad es el que se ha estado analizando en los diferentes ámbitos y en los más recientes debates en torno a mejorar la educación. En ellos se pone énfasis en la realización efectiva de que los conocimientos sean comprendidos por los niños, niñas y jóvenes a través de los planes y programas educativos de la educación básica.

Somos el país calificado en el lugar 53o. por el examen PISA de la OCDE, organismo internacional que ha puesto importancia en las evaluaciones que se realizan como un medio para mejorar constantemente los procesos educativos, que va a repercutir en mejores aprendizajes efectivos.

Corea del Sur, Singapur, Polonia y otros países han superado a nuestro país en una mejor educación de calidad. La atención en los desempeños, se llega a pensar que se tiene que concentrar en los procesos del sistema educativo para no producir ineficiencia e injusticias que son sin duda, la falta de una verdadera calidad educativa.

Se ha pasado por alto, considerar un tema de poca relevancia la equidad, que llega a confundirse como un problema de cobertura.

La educación en nuestro país es obligatoria por mandato constitucional, así lo marca el Artículo 3o., lo cual el Gobierno Federal tiene la obligación de garantizar el ejercicio de este derecho a todos los niños, niñas y jóvenes, sin importar su condición social, económica, cultural, étnica o física, en los diferentes niveles educativos.

No hacerlo así puede ser un problema de oferta educativa; pero, sobre todo, un problema de injusticia, un problema de calidad, un problema que afecta a todos.

Alcanzar esa calidad hacia la que deseamos, no la tendremos, si no reflexionamos en mantener la equidad dentro de la educación.

Se tiene que lograr, que todos los niños, niñas y jóvenes en edad escolar ingresen en el tiempo adecuado a los niveles educativos que les correspondan.

Esta es una manera de impedir que siga aumentando el rezago educativo al que cada año se suman más y más niños, niñas y jóvenes que desertan por el trabajo, la migración, el embarazo prematuro, los conflictos familiares o por cualquier otra razón de tipo personal.

Causas hay muchas, pero en su responsabilidad pública que tiene el Estado debe proporcionar los medios para que ningún estudiante sea expulsado o dado de baja por razones de pobreza, discapacidad u origen étnico. Al hacerlo así se cumplirá con una de las cualidades de la educación en nuestro país.

Esto es por lo que se refiere a la política educativa. A la escuela le corresponde que directivos y docentes hacer mucho por los niños, niñas y jóvenes.

La escuela debe asumir la equidad como un problema de calidad que la obliga a crear soluciones específicas para los alumnos o grupos especiales y que, por lo tanto, la enseñanza cotidiana a un grupo promedio de estudiantes debe flexibilizarse para crear condiciones óptimas de desarrollo para todos.

Elevar la calidad de la educación, no tendrá resultados positivos en México, sin atender la equidad para todos los alumnos.

La equidad es el rezago más importante que tiene nuestro país, no solo en la educación, sino también en otros renglones socioeconómicos y socioculturales que impactan muy fuerte al sector educativo.

Si el desempeño de los educandos está vinculado fuertemente a otros factores que afecten las condiciones familiares, la comunidad y a las escuelas, el avance será muy poco y relativo.

Los países que han atendido la equidad entre su población, les ha impactado en elevar la calidad de la educación que se imparten con sus niños, niñas y jóvenes.

La OCDE está en lo correcto al sugerir que los sistemas educativos equitativos se asocien bien con la calidad que se imparte a sus educandos.

Las sociedades de otras naciones que son más justas y avanzadas en los temas socioeconómicos, socioculturales y educativos son muy favorables para la calidad educativa. En nuestro país esperamos que las condiciones mejoren, lo cual se ve a un largo plazo, pues la economía en este pasado año no creció.

*Doctor en Educación.