En las riberas del Río Atoyac, se encuentra lo que fue la Constancia Mexicana, primera fábrica textil mecanizada en México y en utilizar energía hidráulica para su funcionamiento.
Con Esteban de Antuñano y Gumersindo Saviñón como fundadores, la Constancia Mexicana formó parte de los inicios de la industria textil en América Latina.
Comenzó a funcionar en 1835 en lo que solía ser el molino de trigo de la entonces Hacienda de Santo Domingo, y estuvo dedicada a construir hilados y tejidos de algodón.
Posterior a la muerte de Esteban de Antuñano, Francisco Conde adquirió la fábrica que después pasó a manos de la familia Barbaroux hasta 1960, cuando fue ofrecida a los mismos obreros como liquidación. Los trabajadores la administraron hasta 1976.
En 1991 dejó de operar oficialmente, y tiempo después, el gobierno del Estado la expropió para dar paso al rescate del inmueble y a la construcción de un centro para el desarrollo de las artes.
En 2012 se inauguró el edificio que actualmente es la Sede Nacional de las Orquestas Sinfónicas y Coros Esperanza Azteca.
En este espacio, también podemos encontrar los museos de “La casa de música de Viena”, de la “Música Mexicana”; “Interactivo Infantil”, y de la “Casa del Títere Marionetas Mexicanas”.
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Como dijo Tucídides: “La historia es un incesante volver a empezar.”
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