/ lunes 15 de febrero de 2021

La costosa privatización de la industria eléctrica

Es muy probable que después de casi cuatro décadas de neoliberalismo económico (en que las fuerzas del mercado y los grandes capitales financieros nacionales e internacionales se adueñaron de la economía mexicana), se haga tan urgente, como lo pidió el pueblo de México, y lo hace el gobierno de la IV Transformación, la intervención del Estado en la economía para rescatar lo que queda de las empresas estratégicas aun mexicanas: Pemex y Comisión Federal de Electricidad (CFE), luego de 40 años de costosas privatizaciones a ultranza.

En estos 40 años de neoliberalismo económico los gobiernos de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, abrieron, subastaron irresponsablemente el mercado mexicano, la economía nacional quedó dominada y controlada por los capitales financieros extranjeros.

En este lapso se privatizaron todas las empresas que eran el capital social de los mexicanos. No hubo plan de industrialización y desarrollo tecnológico que nos hubiera dado fortaleza, competitividad, rumbo propio entre las diez principales economías del mundo, como fue la inteligente, planeada, estratégica apertura de China a la globalización que en los mismos cuatro decenios se instauró en segunda potencia económica mundial.

Ninguno de los presidentes, ni el sector empresarial nacional y extranjero tuvieron la lucidez, la visión de planear y proyectar en qué posición y ruta jugaría México en el concierto internacional, como lo han hecho Corea, India y China. México es un país de maquiladoras.

Lo que queda de las grandes corporaciones que pertenecían a la nación es PEMEX, y Comisión Federal de Electricidad (CFE), otra gigante industrial construida con esfuerzo y sacrificio de incontables generaciones de mexicanos que en más de cien años construyeron sus plantas y gigantescas redes de generación, transmisión y distribución de energía para llevarla a todo el territorio nacional.

Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, luego de extranjerizar irresponsablemente los bancos (pusieron en manos extranjeras el sistema de pago del país), entregaron a la española Iberdrola casi 35% de la generación de fluido eléctrico del país; otro 10% a más de 500 empresas pequeñas y medianas, bajo el compromiso que producirían energías limpias, abaratarían las tarifas eléctricas.

Tras treinta años de privatización y extranjerización de la industria eléctrica los mexicanos se siguen quejando de tarifas eléctricas más caras. El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador descubrió que la privatización de la industria eléctrica le ha costado más de 412 mil millones de pesos a los mexicanos, una tercera parte de lo que han invertido.

Las empresas privadas pusieron en práctica una serie de argucias comerciales y prácticas de dumping, se metieron a controlar el mercado mayoritario, hicieron socios a 25 mil tiendas de la cadena OXXO, a los cientos de tiendas de las cadenas comerciales de Bodegas Aurrera, Walmart, Chedraui, Soriana, a quienes ilegalmente les venden electricidad a tarifas preferenciales.

Este negocio clandestino de las eléctricas privadas le cuesta a CFE 7, 500 millones de pesos anuales, y un perjuicio acumulado de 22 mil millones en los últimos tres años en base a cifras oficiales.

CFE estaba obligada a invertir cien mil millones de pesos en la ampliación de las redes de transmisión y distribución, para facilitar que las privadas siguieran colgándose gratuitamente a sus instalaciones y abastecer de energía a sus clientes. Las privadas deben ser obligadas a pagar una renta a CFE por el uso de sus redes eléctricas.

Las plantas de CFE estén obligadas a otorgar a las empresas privadas el respaldo, el suministro gratuito de electricidad a sus clientes, los tiempos del año en que las eólicas se detienen porque no soplan los vientos, y las fotovoltaicas paran cada vez que se mete o no sale el sol.

Bajo esta maquiavélica, injusta política exterminadora, florece el capital extranjero, se aniquila y desaparece a la CFE. La Reforma a la Ley de la industria Eléctrica que envió el presidente al Congreso de la Unión busca rescatar lo que queda de CFE, empresa estratégica en la seguridad nacional, lo único y último de la riqueza nacional que será propiedad de los mexicanos. NOS ESCUCHAMOS DIARIAMENTE DE 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.

Es muy probable que después de casi cuatro décadas de neoliberalismo económico (en que las fuerzas del mercado y los grandes capitales financieros nacionales e internacionales se adueñaron de la economía mexicana), se haga tan urgente, como lo pidió el pueblo de México, y lo hace el gobierno de la IV Transformación, la intervención del Estado en la economía para rescatar lo que queda de las empresas estratégicas aun mexicanas: Pemex y Comisión Federal de Electricidad (CFE), luego de 40 años de costosas privatizaciones a ultranza.

En estos 40 años de neoliberalismo económico los gobiernos de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, abrieron, subastaron irresponsablemente el mercado mexicano, la economía nacional quedó dominada y controlada por los capitales financieros extranjeros.

En este lapso se privatizaron todas las empresas que eran el capital social de los mexicanos. No hubo plan de industrialización y desarrollo tecnológico que nos hubiera dado fortaleza, competitividad, rumbo propio entre las diez principales economías del mundo, como fue la inteligente, planeada, estratégica apertura de China a la globalización que en los mismos cuatro decenios se instauró en segunda potencia económica mundial.

Ninguno de los presidentes, ni el sector empresarial nacional y extranjero tuvieron la lucidez, la visión de planear y proyectar en qué posición y ruta jugaría México en el concierto internacional, como lo han hecho Corea, India y China. México es un país de maquiladoras.

Lo que queda de las grandes corporaciones que pertenecían a la nación es PEMEX, y Comisión Federal de Electricidad (CFE), otra gigante industrial construida con esfuerzo y sacrificio de incontables generaciones de mexicanos que en más de cien años construyeron sus plantas y gigantescas redes de generación, transmisión y distribución de energía para llevarla a todo el territorio nacional.

Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, luego de extranjerizar irresponsablemente los bancos (pusieron en manos extranjeras el sistema de pago del país), entregaron a la española Iberdrola casi 35% de la generación de fluido eléctrico del país; otro 10% a más de 500 empresas pequeñas y medianas, bajo el compromiso que producirían energías limpias, abaratarían las tarifas eléctricas.

Tras treinta años de privatización y extranjerización de la industria eléctrica los mexicanos se siguen quejando de tarifas eléctricas más caras. El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador descubrió que la privatización de la industria eléctrica le ha costado más de 412 mil millones de pesos a los mexicanos, una tercera parte de lo que han invertido.

Las empresas privadas pusieron en práctica una serie de argucias comerciales y prácticas de dumping, se metieron a controlar el mercado mayoritario, hicieron socios a 25 mil tiendas de la cadena OXXO, a los cientos de tiendas de las cadenas comerciales de Bodegas Aurrera, Walmart, Chedraui, Soriana, a quienes ilegalmente les venden electricidad a tarifas preferenciales.

Este negocio clandestino de las eléctricas privadas le cuesta a CFE 7, 500 millones de pesos anuales, y un perjuicio acumulado de 22 mil millones en los últimos tres años en base a cifras oficiales.

CFE estaba obligada a invertir cien mil millones de pesos en la ampliación de las redes de transmisión y distribución, para facilitar que las privadas siguieran colgándose gratuitamente a sus instalaciones y abastecer de energía a sus clientes. Las privadas deben ser obligadas a pagar una renta a CFE por el uso de sus redes eléctricas.

Las plantas de CFE estén obligadas a otorgar a las empresas privadas el respaldo, el suministro gratuito de electricidad a sus clientes, los tiempos del año en que las eólicas se detienen porque no soplan los vientos, y las fotovoltaicas paran cada vez que se mete o no sale el sol.

Bajo esta maquiavélica, injusta política exterminadora, florece el capital extranjero, se aniquila y desaparece a la CFE. La Reforma a la Ley de la industria Eléctrica que envió el presidente al Congreso de la Unión busca rescatar lo que queda de CFE, empresa estratégica en la seguridad nacional, lo único y último de la riqueza nacional que será propiedad de los mexicanos. NOS ESCUCHAMOS DIARIAMENTE DE 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.