/ jueves 25 de abril de 2019

La danza clásica en México

Por las características de su variada naturaleza social y cultural, las instancias académicas y oficiales han propiciado muchos estudios en torno a las danzas regionales representadas en el país por grupos de emigrantes de diferentes países, principalmente europeos que examinan y aceptan superficialmente los cambios y traslados que de manera natural ocurren de lo autóctono a lo folklórico. Sin embargo, en otros países se ha puesto especial atención en ubicar y destacar los elementos originales de cada danza para organizar y proponer un espectáculo en el que dichos elementos no se muestran desvirtuados. Algunos conjuntos húngaros, polacos, españoles, chinos, japoneses, norteamericanos y portugueses toman en cuenta la enorme distancia que hay entre el ofrecimiento comprensible de los espacios y costumbres locales, y la capacidad de asimilación de los espectadores extranjeros. En última instancia, y desde un estricto punto de vista teórico, debería entenderse la mixtificación de los elementos originales sólo como una recreación de agentes externos, a saber: de una clase social intermedia que se apodera de dichos elementos para conformar sus propias danzas. Esta comprensión del problema indicará por que la danza folklórica no es sino una rama de la danza popular.

La danza clásica o ballet ha tenido poco arraigo en México, no obstante que constituyó por mucho tiempo la única técnica racionalizada a la que los profesionales de la danza teatral tenían acceso. La conformación de los códigos de esta técnica son claros e indiscutibles. Cualquier auténtico conocedor de danza puede discernir con relación a un buen o a un mal bailarín de ballet.

La danza clásica ha poseído desde su aparición sus propios ámbitos profesionales, ya que constituyo el primer género de danza teatral, específicamente profesional, que en la civilización europea se convierte en el gran arte. La causa: los rigores y la excelencia de sus procesos de enseñanza, de preparación y de ejecución de cada uno de sus pasos por los bailarines que quieren practicar esta danza de mucho tiempo de ejercicios de práctica, gran elasticidad y buen ritmo coreográfico.

A sus estrictas formas de asimilación corresponden estrictos ámbitos de creación por parte de sus directores, de sus bailarines y de todo el personal que conforma el equipo de trabajo, para que tengan excelentes presentaciones acompañadas de ejecuciones bien realizadas por cada uno de los bailarines. Danza cortesana, aristócrata y elitista por excelencia, atrajo siempre a todos aquellos que desearon establecer modelos representativos únicos. De ahí que se haya llamado “clásica” por la importancia que tenía a ciertos sectores sociales que los representaba, como grupo privilegiado y conocedor de las grandes artes de la humanidad. Sus ejecutantes se exponen a espectadores y críticos que de mil maneras “comparan”, miden, detectan pasos, cambio específicos o espaciales que marcan su arte individual. Lo hacen, no por una tradición local sino por una cultura universalizada, tal como ocurre con los conocedores de ópera, género musical al que el ballet se ha vinculado en muchos momentos de su existencia.

Por estas mismas características, la danza clásica ha podido asimilar directa o indirectamente muchos aspectos, formas y actitudes de las danzas populares principalmente europeas sin que este fenómeno se considere ahora como proceso artificioso. Es más: en la actualidad este proceso, casi no se consigna en los comentarios de críticos o espectadores. De la misma manera, el ballet ha asimilado otras manifestaciones populares como las leyendas, las tradiciones, la lírica, las artesanías y la música de diferentes rincones del mundo artístico. Hasta el seguimiento de la danza moderna, indiscutiblemente una técnica y un género de danza que corresponde al siglo XX, considerada la enseñanza de la danza de la actual “era”, naturalmente, un monopolio de las escuelas y academias de ballet pues ofrecían y garantizaban la preparación seria y cabal de todos aquellos que intentaran convertirse en bailarines profesionales. En la actualidad ha vuelto a surgir la polémica en torno a la necesidad de que cualquier tipo de bailarín posea el dominio de la técnica del ballet para expresarse y ejecutar otros tipos de danza. Asimismo, el surgimiento de las diversas escuelas de ballet oficiales y privadas (imperial, italiana, inglesa, etcétera) a lo largo de varios siglos indica la perfección, la seriedad y la operatividad de sus códigos y procedimientos. Muchas compañías internacionales y nacionales se presentan en varios lugares, que actualmente existen con gran capacidad de audiencia, para seguir promoviendo la de danza clásica, con muchos elementos y luces de escenografía que no había antes.


Doctor en Educación.

Por las características de su variada naturaleza social y cultural, las instancias académicas y oficiales han propiciado muchos estudios en torno a las danzas regionales representadas en el país por grupos de emigrantes de diferentes países, principalmente europeos que examinan y aceptan superficialmente los cambios y traslados que de manera natural ocurren de lo autóctono a lo folklórico. Sin embargo, en otros países se ha puesto especial atención en ubicar y destacar los elementos originales de cada danza para organizar y proponer un espectáculo en el que dichos elementos no se muestran desvirtuados. Algunos conjuntos húngaros, polacos, españoles, chinos, japoneses, norteamericanos y portugueses toman en cuenta la enorme distancia que hay entre el ofrecimiento comprensible de los espacios y costumbres locales, y la capacidad de asimilación de los espectadores extranjeros. En última instancia, y desde un estricto punto de vista teórico, debería entenderse la mixtificación de los elementos originales sólo como una recreación de agentes externos, a saber: de una clase social intermedia que se apodera de dichos elementos para conformar sus propias danzas. Esta comprensión del problema indicará por que la danza folklórica no es sino una rama de la danza popular.

La danza clásica o ballet ha tenido poco arraigo en México, no obstante que constituyó por mucho tiempo la única técnica racionalizada a la que los profesionales de la danza teatral tenían acceso. La conformación de los códigos de esta técnica son claros e indiscutibles. Cualquier auténtico conocedor de danza puede discernir con relación a un buen o a un mal bailarín de ballet.

La danza clásica ha poseído desde su aparición sus propios ámbitos profesionales, ya que constituyo el primer género de danza teatral, específicamente profesional, que en la civilización europea se convierte en el gran arte. La causa: los rigores y la excelencia de sus procesos de enseñanza, de preparación y de ejecución de cada uno de sus pasos por los bailarines que quieren practicar esta danza de mucho tiempo de ejercicios de práctica, gran elasticidad y buen ritmo coreográfico.

A sus estrictas formas de asimilación corresponden estrictos ámbitos de creación por parte de sus directores, de sus bailarines y de todo el personal que conforma el equipo de trabajo, para que tengan excelentes presentaciones acompañadas de ejecuciones bien realizadas por cada uno de los bailarines. Danza cortesana, aristócrata y elitista por excelencia, atrajo siempre a todos aquellos que desearon establecer modelos representativos únicos. De ahí que se haya llamado “clásica” por la importancia que tenía a ciertos sectores sociales que los representaba, como grupo privilegiado y conocedor de las grandes artes de la humanidad. Sus ejecutantes se exponen a espectadores y críticos que de mil maneras “comparan”, miden, detectan pasos, cambio específicos o espaciales que marcan su arte individual. Lo hacen, no por una tradición local sino por una cultura universalizada, tal como ocurre con los conocedores de ópera, género musical al que el ballet se ha vinculado en muchos momentos de su existencia.

Por estas mismas características, la danza clásica ha podido asimilar directa o indirectamente muchos aspectos, formas y actitudes de las danzas populares principalmente europeas sin que este fenómeno se considere ahora como proceso artificioso. Es más: en la actualidad este proceso, casi no se consigna en los comentarios de críticos o espectadores. De la misma manera, el ballet ha asimilado otras manifestaciones populares como las leyendas, las tradiciones, la lírica, las artesanías y la música de diferentes rincones del mundo artístico. Hasta el seguimiento de la danza moderna, indiscutiblemente una técnica y un género de danza que corresponde al siglo XX, considerada la enseñanza de la danza de la actual “era”, naturalmente, un monopolio de las escuelas y academias de ballet pues ofrecían y garantizaban la preparación seria y cabal de todos aquellos que intentaran convertirse en bailarines profesionales. En la actualidad ha vuelto a surgir la polémica en torno a la necesidad de que cualquier tipo de bailarín posea el dominio de la técnica del ballet para expresarse y ejecutar otros tipos de danza. Asimismo, el surgimiento de las diversas escuelas de ballet oficiales y privadas (imperial, italiana, inglesa, etcétera) a lo largo de varios siglos indica la perfección, la seriedad y la operatividad de sus códigos y procedimientos. Muchas compañías internacionales y nacionales se presentan en varios lugares, que actualmente existen con gran capacidad de audiencia, para seguir promoviendo la de danza clásica, con muchos elementos y luces de escenografía que no había antes.


Doctor en Educación.