/ domingo 31 de enero de 2021

¿La democracia en crisis?

Seguramente le han llegado mensajes con una lista de personajes de la farándula y del espectáculo con pretensiones para ocupar cargos de elección popular. Tal vez, también, ha tenido pensamientos diversos acerca de este fenómeno mediático. Entonces hay que reflexionar acerca de la democracia del siglo XXI, y particularmente de nuestra democracia, en estos tiempos tan extraños con pandemia ¿es esto la democracia? ¿qué está pasando con nuestra democracia?

En 2006, Guillermo O´Donnell, el connotado politólogo que propuso una teorización para estudiar a la Democracia en América Latina en los años 80´s, recibía el Premio de IPSA durante el congreso de la misma Asociación Internacional de Ciencia Política (IPSA). El discurso que dio se titula “Las crisis perpetuas de la democracia”, con un tono alentador, optimista, porque las democracias no terminan de construirse.

¿Está funcionando la democracia? Es la pregunta con la que inicia O´Donnell, y afirma categórico que es pregunta, no es afirmación, esto es lo alentador. Después se refiere a las crisis que afrontaba todo tipo de democracias en el mundo: “En un mundo acosado por la guerra, la violencia internacional y doméstica, la desigualdad social y el daño ambiental, preocupaciones profundas acerca de lo que la democracia es y puede ser están a la orden del día. Pero, afortunadamente, la preocupación profunda no es desesperanza. Y sin negar esas justificadas tribulaciones, quiero emitir una nota de optimismo cauteloso”. Claro, ahora nuestro contexto obliga a repensar muchas veces los pilares originales de la democracia clásica: Libertad de asociación, libertad de expresión, libertar de voto, libertad de competencia electoral, elecciones libres e imparciales, instituciones que garanticen un gobierno votado por la mayoría.

La democracia sigue siendo, como desde su origen en el siglo XVIII, un régimen aclamado y reclamado por los países. Aquí entonces surge un tópico importante: la legitimidad, esa que da la aprobación y aceptación popular. Es la soberanía popular: “(…) el vicio rinde tributo a la virtud al reconocer, implícitamente, que el principio de la soberanía popular, al menos de la soberanía ejercida en el acto de escoger libremente quién gobernará por algún tiempo, ha ganado la guerra de las ideas casi en todo el mundo.” Planteaba O´Donnell, la sentencia es abrumadora, que no admite predicciones.

Los temas pendientes de las democracias, como ya lo apuntaba el maestro, se refieren a la dignidad humana (porque se refiere a los estados autoritarios y su negación a respetar los derechos humanos), agregaría que a la desigualdad inhumana también. Así, llega finalmente a la pregunta ¿la democracia está en crisis? Y la respuesta es irremediablemente que sí, en democracias con calidad baja, donde se imponen regímenes autoritarios -aunque se detenten democráticos-.

Así entonces nos encontramos en el dilema de todas las democracias, votar ¿por quién?, ya que de eso derivará la mayor o menor crisis de las democracias. Porque siempre, todas las democracias, están en crisis permanente. Lo que se promueve es la cultura política, y la discusión de que las sociedades más preparadas elegirán mejores gobernantes. Bueno, es lo que se ha mostrado a través de estos dos siglos de proliferación de las democracias. Por lo pronto, en unas condiciones como las que estamos viviendo con la pandemia, es interesante cómo se mueven los políticos y los que quieren serlo. Veremos. Nota: el discurso fue traducido por el Dr. Víctor Alarcón Holguín a quien envío un saludo afectuoso, esperando que cada día mejore su salud.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com

Seguramente le han llegado mensajes con una lista de personajes de la farándula y del espectáculo con pretensiones para ocupar cargos de elección popular. Tal vez, también, ha tenido pensamientos diversos acerca de este fenómeno mediático. Entonces hay que reflexionar acerca de la democracia del siglo XXI, y particularmente de nuestra democracia, en estos tiempos tan extraños con pandemia ¿es esto la democracia? ¿qué está pasando con nuestra democracia?

En 2006, Guillermo O´Donnell, el connotado politólogo que propuso una teorización para estudiar a la Democracia en América Latina en los años 80´s, recibía el Premio de IPSA durante el congreso de la misma Asociación Internacional de Ciencia Política (IPSA). El discurso que dio se titula “Las crisis perpetuas de la democracia”, con un tono alentador, optimista, porque las democracias no terminan de construirse.

¿Está funcionando la democracia? Es la pregunta con la que inicia O´Donnell, y afirma categórico que es pregunta, no es afirmación, esto es lo alentador. Después se refiere a las crisis que afrontaba todo tipo de democracias en el mundo: “En un mundo acosado por la guerra, la violencia internacional y doméstica, la desigualdad social y el daño ambiental, preocupaciones profundas acerca de lo que la democracia es y puede ser están a la orden del día. Pero, afortunadamente, la preocupación profunda no es desesperanza. Y sin negar esas justificadas tribulaciones, quiero emitir una nota de optimismo cauteloso”. Claro, ahora nuestro contexto obliga a repensar muchas veces los pilares originales de la democracia clásica: Libertad de asociación, libertad de expresión, libertar de voto, libertad de competencia electoral, elecciones libres e imparciales, instituciones que garanticen un gobierno votado por la mayoría.

La democracia sigue siendo, como desde su origen en el siglo XVIII, un régimen aclamado y reclamado por los países. Aquí entonces surge un tópico importante: la legitimidad, esa que da la aprobación y aceptación popular. Es la soberanía popular: “(…) el vicio rinde tributo a la virtud al reconocer, implícitamente, que el principio de la soberanía popular, al menos de la soberanía ejercida en el acto de escoger libremente quién gobernará por algún tiempo, ha ganado la guerra de las ideas casi en todo el mundo.” Planteaba O´Donnell, la sentencia es abrumadora, que no admite predicciones.

Los temas pendientes de las democracias, como ya lo apuntaba el maestro, se refieren a la dignidad humana (porque se refiere a los estados autoritarios y su negación a respetar los derechos humanos), agregaría que a la desigualdad inhumana también. Así, llega finalmente a la pregunta ¿la democracia está en crisis? Y la respuesta es irremediablemente que sí, en democracias con calidad baja, donde se imponen regímenes autoritarios -aunque se detenten democráticos-.

Así entonces nos encontramos en el dilema de todas las democracias, votar ¿por quién?, ya que de eso derivará la mayor o menor crisis de las democracias. Porque siempre, todas las democracias, están en crisis permanente. Lo que se promueve es la cultura política, y la discusión de que las sociedades más preparadas elegirán mejores gobernantes. Bueno, es lo que se ha mostrado a través de estos dos siglos de proliferación de las democracias. Por lo pronto, en unas condiciones como las que estamos viviendo con la pandemia, es interesante cómo se mueven los políticos y los que quieren serlo. Veremos. Nota: el discurso fue traducido por el Dr. Víctor Alarcón Holguín a quien envío un saludo afectuoso, esperando que cada día mejore su salud.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com