/ miércoles 11 de noviembre de 2020

La disyuntiva: el aguinaldo o el rebote político a pasos de cangrejo

Excava el pozo antes de que tengas sedProverbio chino

Para nadie es desconocido que México, como el resto del mundo, están transitando por un letargo -casi coma- económico que va empujando lentamente a una lucha existencial.

Por un lado, sobre el COVID-19, no creo en un plan orquestado para acabar con la humanidad, lo sostengo desde el sentido común, porque entonces ¿quién consumiría lo que se produce? ¿Los muertos?

Sin embargo, sí me parece que hay grandes intereses financieros para que los ricos se vuelvan más ricos; no para que los pobres sean más pobres, aunque pareciera ser que -si bien no se genera estrictamente más pobreza- sí es mantener el nivel de estrechez y carencias, que es un pensamiento subdesarrollado, por eso no se genera riqueza, al menos en Latinoamérica.

Por otro lado, no se crean las condiciones plenas para que haya el desarrollo de riqueza necesarios, porque es mejor tener control sobre la sociedad, puesto que una sociedad pensante, creativa, sana, bien alimentada, productiva, libre, sería más difícil engañarla para mantenerse o lograr el poder; por eso mejor contralados.

También sería tonto pensar -digo yo- en crear condiciones para acabar con la economía mundial, y de manera específica con la mexicana. Quienes tienen el poder lo menos que quieren es que la gente se manifieste en contra. Quieren sí, insisto, tener a la sociedad controlada.

En ese sentido, recordando la parte medular del pensamiento de Nicolás Maquiavelo en “El Príncipe”, dice. “Procure un príncipe conservar el Estado, los medios que emplee serán siempre considerados honrosos y alabados por todos; porque el vulgo se deja siempre coger por las apariencias y por el acierto de la cosa, y en el mundo no hay sino vulgo; los pocos no tienen lugar en él, cuando la mayoría tiene donde apoyarse”.

Esto es que el jefe de estado requiere hacer lo que sea con el fin de mantenerse en el poder. Es, pues, la justificación.

De manera que, la forma en que una economía logre despuntar en un país es que los medios de producción produzcan. Que produzcan porque tienen recursos para producir, para que lo producido se consuma, para obtener recursos para seguir produciendo.

Para que haya productos para consumir hay una alianza empresarial-obrera, agricultores, trabajadores, técnicos; que cobran por la fuerza de trabajo realizada. Con lo que éstos, cunado cobran, consumen, aunque sea lo necesario para sobrevivir.

Si éstos últimos no tienen recursos para costear el consumo, las empresas (micro, pequeñas, mediadas, industrias, de servicios, o sea todas) se ven afectadas si no hay quien compre porque no hay recursos.

Si no hay recursos no se cumple el ciclo de producción, comercialización, consumo, inversión, producción. Tampoco el gobierno tendría recursos para generar infraestructura si no haya quien pague impuestos.

Tranquilizar a los inversionistas y al pueblo en general es el reto inmediato para recaudar impuestos, para domar la polarización política desde la economía. Si el país sigue atorado implica pedir más prestado. Es tener menos autonomía política.

Al gobierno no le queda otra que entregar el aguinaldo al cien, como salvavidas circunstancial para evitar que las cosas se salgan más de las manos.

El buen fin no es solo para beneficiar la reactivación economía, lleva implícito el flotador para seguir arando hacia el proceso electoral del 21 con la menor cantidad de piedras eludiendo posibles sacrificios.

¿Maquiavélico? ¡Claro! El aguinaldo no sólo es un derecho sino un acto político de conveniencia para evitar los pasos de cangrejo. ¿Le suena?

Excava el pozo antes de que tengas sedProverbio chino

Para nadie es desconocido que México, como el resto del mundo, están transitando por un letargo -casi coma- económico que va empujando lentamente a una lucha existencial.

Por un lado, sobre el COVID-19, no creo en un plan orquestado para acabar con la humanidad, lo sostengo desde el sentido común, porque entonces ¿quién consumiría lo que se produce? ¿Los muertos?

Sin embargo, sí me parece que hay grandes intereses financieros para que los ricos se vuelvan más ricos; no para que los pobres sean más pobres, aunque pareciera ser que -si bien no se genera estrictamente más pobreza- sí es mantener el nivel de estrechez y carencias, que es un pensamiento subdesarrollado, por eso no se genera riqueza, al menos en Latinoamérica.

Por otro lado, no se crean las condiciones plenas para que haya el desarrollo de riqueza necesarios, porque es mejor tener control sobre la sociedad, puesto que una sociedad pensante, creativa, sana, bien alimentada, productiva, libre, sería más difícil engañarla para mantenerse o lograr el poder; por eso mejor contralados.

También sería tonto pensar -digo yo- en crear condiciones para acabar con la economía mundial, y de manera específica con la mexicana. Quienes tienen el poder lo menos que quieren es que la gente se manifieste en contra. Quieren sí, insisto, tener a la sociedad controlada.

En ese sentido, recordando la parte medular del pensamiento de Nicolás Maquiavelo en “El Príncipe”, dice. “Procure un príncipe conservar el Estado, los medios que emplee serán siempre considerados honrosos y alabados por todos; porque el vulgo se deja siempre coger por las apariencias y por el acierto de la cosa, y en el mundo no hay sino vulgo; los pocos no tienen lugar en él, cuando la mayoría tiene donde apoyarse”.

Esto es que el jefe de estado requiere hacer lo que sea con el fin de mantenerse en el poder. Es, pues, la justificación.

De manera que, la forma en que una economía logre despuntar en un país es que los medios de producción produzcan. Que produzcan porque tienen recursos para producir, para que lo producido se consuma, para obtener recursos para seguir produciendo.

Para que haya productos para consumir hay una alianza empresarial-obrera, agricultores, trabajadores, técnicos; que cobran por la fuerza de trabajo realizada. Con lo que éstos, cunado cobran, consumen, aunque sea lo necesario para sobrevivir.

Si éstos últimos no tienen recursos para costear el consumo, las empresas (micro, pequeñas, mediadas, industrias, de servicios, o sea todas) se ven afectadas si no hay quien compre porque no hay recursos.

Si no hay recursos no se cumple el ciclo de producción, comercialización, consumo, inversión, producción. Tampoco el gobierno tendría recursos para generar infraestructura si no haya quien pague impuestos.

Tranquilizar a los inversionistas y al pueblo en general es el reto inmediato para recaudar impuestos, para domar la polarización política desde la economía. Si el país sigue atorado implica pedir más prestado. Es tener menos autonomía política.

Al gobierno no le queda otra que entregar el aguinaldo al cien, como salvavidas circunstancial para evitar que las cosas se salgan más de las manos.

El buen fin no es solo para beneficiar la reactivación economía, lleva implícito el flotador para seguir arando hacia el proceso electoral del 21 con la menor cantidad de piedras eludiendo posibles sacrificios.

¿Maquiavélico? ¡Claro! El aguinaldo no sólo es un derecho sino un acto político de conveniencia para evitar los pasos de cangrejo. ¿Le suena?