/ martes 16 de febrero de 2021

La educación como protección social

Momentos difíciles se están viviendo en el mundo y en nuestro país con la pandemia, así que se tienen que tomar alternativas para continuar las actividades educativas, ya que niños y jóvenes tiene que seguir recibiendo sus clases para continuar sus estudios correspondientes.

La educación es concebida como un derecho fundamental de todos los seres humanos, por el solo hecho de serlo. En nuestra ley fundamental que es la Constitución se consigna jurídicamente este derecho de todos los mexicanos, sin discriminación de ningún tipo

La educación básica, de preescolar hasta secundaria es obligatoria, gratuita y laica, y el artículo tercero forma parte de las garantías individuales, que son interpretados en términos de derechos humanos.

A pesar de ello, hay niños y adolescentes que no pertenecen a ninguna escuela, otros que ingresan, reprueban y no la concluyen, pero ahora un gran número de ellos la abandona por no contar con los servicios de comunicación con sus maestros por los diferentes sistemas o dispositivos, abandonando sus estudios, y no ejerciendo plenamente su derecho a educarse.

Para garantizar este derecho a la educación es necesario que el Estado, a través del sistema educativo nacional, asegure que todos los mexicanos sin discriminación alguna tengan acceso la educación básica, que permanezcan en ella hasta concluir la educación obligatoria de manera oportuna y que durante la misma, todos y cada uno de los alumnos logren aprendizajes relevantes para su vida presente y futura.

En el tema de derecho a la educación, es estar inscrito en un servicio educativo, ya que las escuelas por ahora están cerradas, y avanzar regularmente grado por grado, hasta completar la escolaridad básica obligatoria, en donde el Estado tiene la responsabilidad de suministrar los servicios educativos de preescolar, primaria y secundaria a la población que lo requiera y los padres de inscribir y mantener a sus hijos en el aprendizaje.

Se sabe que en la práctica, la inscripción y asistencia a la escuela de los niños como de los jóvenes es la decisión de ambos actores y no existe mecanismos coercitivos para obligar a padres a enviar a sus hijos a la escuela, ni tampoco instrumentos legales para que el Estado haga efectiva su obligación de garantizar la cobertura universal de los servicios de educación básica.

Por ahora con la educación por televisión y utilizando las diversas plataformas para los dispositivos de los alumnos, con el apoyo de los libros de texto gratuito, se sigue brindando el servicio educativo a todos.

Son dos metas deseables para el sistema educativo nacional, una la asistencia de los estudiantes a tiempo en sus clases con sus maestros por los medios de comunicación y el avance escolar regular de los alumnos, en el rango de tres a catorce años de edad, que es el periodo ideal para cursar los distintos grados y niveles de la educación básica obligatoria.

Sin embargo, ante circunstancias especiales que estamos pasando como la pandemia, las enfermedades de los niños y jóvenes, las deserciones, impedimentos físico, la migración, el sistema debe ser más flexible para no excluir a quienes no avanzan al ritmo de los alumnos regulares.

Antes de la pandemia seis estudiantes de diez, terminaban su educación básica en los ciclos normales, posiblemente se incremente los que no terminen.

Doctor en Educación.

Momentos difíciles se están viviendo en el mundo y en nuestro país con la pandemia, así que se tienen que tomar alternativas para continuar las actividades educativas, ya que niños y jóvenes tiene que seguir recibiendo sus clases para continuar sus estudios correspondientes.

La educación es concebida como un derecho fundamental de todos los seres humanos, por el solo hecho de serlo. En nuestra ley fundamental que es la Constitución se consigna jurídicamente este derecho de todos los mexicanos, sin discriminación de ningún tipo

La educación básica, de preescolar hasta secundaria es obligatoria, gratuita y laica, y el artículo tercero forma parte de las garantías individuales, que son interpretados en términos de derechos humanos.

A pesar de ello, hay niños y adolescentes que no pertenecen a ninguna escuela, otros que ingresan, reprueban y no la concluyen, pero ahora un gran número de ellos la abandona por no contar con los servicios de comunicación con sus maestros por los diferentes sistemas o dispositivos, abandonando sus estudios, y no ejerciendo plenamente su derecho a educarse.

Para garantizar este derecho a la educación es necesario que el Estado, a través del sistema educativo nacional, asegure que todos los mexicanos sin discriminación alguna tengan acceso la educación básica, que permanezcan en ella hasta concluir la educación obligatoria de manera oportuna y que durante la misma, todos y cada uno de los alumnos logren aprendizajes relevantes para su vida presente y futura.

En el tema de derecho a la educación, es estar inscrito en un servicio educativo, ya que las escuelas por ahora están cerradas, y avanzar regularmente grado por grado, hasta completar la escolaridad básica obligatoria, en donde el Estado tiene la responsabilidad de suministrar los servicios educativos de preescolar, primaria y secundaria a la población que lo requiera y los padres de inscribir y mantener a sus hijos en el aprendizaje.

Se sabe que en la práctica, la inscripción y asistencia a la escuela de los niños como de los jóvenes es la decisión de ambos actores y no existe mecanismos coercitivos para obligar a padres a enviar a sus hijos a la escuela, ni tampoco instrumentos legales para que el Estado haga efectiva su obligación de garantizar la cobertura universal de los servicios de educación básica.

Por ahora con la educación por televisión y utilizando las diversas plataformas para los dispositivos de los alumnos, con el apoyo de los libros de texto gratuito, se sigue brindando el servicio educativo a todos.

Son dos metas deseables para el sistema educativo nacional, una la asistencia de los estudiantes a tiempo en sus clases con sus maestros por los medios de comunicación y el avance escolar regular de los alumnos, en el rango de tres a catorce años de edad, que es el periodo ideal para cursar los distintos grados y niveles de la educación básica obligatoria.

Sin embargo, ante circunstancias especiales que estamos pasando como la pandemia, las enfermedades de los niños y jóvenes, las deserciones, impedimentos físico, la migración, el sistema debe ser más flexible para no excluir a quienes no avanzan al ritmo de los alumnos regulares.

Antes de la pandemia seis estudiantes de diez, terminaban su educación básica en los ciclos normales, posiblemente se incremente los que no terminen.

Doctor en Educación.