/ sábado 20 de febrero de 2021

La educación en la pandemia

Con base en la información de la UNESCO, señala que más de 861.7 millones de niños y jóvenes en 119 países se han visto afectados al tener que hacer frente a la pandemia del Covid-19, que ha sacudido al mundo.

Por su parte, la Directora General de la UNESCO Audrey Azoulav señaló: “En el pico de la pandemia, las escuelas llegaron incluso a estar cerradas para el 91% de los educandos, es decir, 1500 millones de alumnos y estudiantes. Con ello, todo el mundo pudo constatar que la educación era un bien público mundial; que la escuela no solo era un lugar de aprendizaje, sino también un lugar de bienestar, protección, nutrición y emancipación”.

En México, ante lo difícil que ha resultado la pandemia, en todos los sectores de actividad económica y social, el principal desafío al cual nos enfrentamos es la reapertura de las instituciones educativas, las cuales deben cumplir de manera estricta con los protocolos de protección y seguridad sanitaria, para poder retomar el aprendizaje y frenar el rezago educativo.

A un poco más de un año que inició la pandemia, la educación a distancia (no presencial), que se implementó por los distintos medios electrónicos y de comunicación no ha dado los frutos que se esperaban, lo cual nos demostró que es necesaria la interacción presencial de alumnos y docentes; principalmente para los estudiantes que no cuentan con los medios para las calases a distancia.

Y el fenómeno más delicado y que impacta en el desarrollo del país, es el abandono y la deserción escolar, claro es que el aprendizaje en línea no demostró ser eficaz para un gran número de la población estudiantil; al respecto, el Sistema Educativo Nacional de nuestro país, debe evaluar con rigor académico y metodológico, nuevas acciones que hagan sostenible, flexible e inclusiva la educación y, asegure el aprendizaje para la vida.

Pues si bien la educación en México no pasaba por su mejor momento, la pandemia del Covid-19, agravó el entorno educativo, y dificultó la forma para poder continuar con el aprendizaje. Pues datos publicados señalan que, en las ciudades, cerca del 70 por ciento de estudiantes provienen de familias que al contar con bajos ingresos, no pudieron proveer a sus hijos en edad escolar de la tecnología que requerían para el aprendizaje en línea.

Sin embargo, el World Economic Forum establece que la pandemia plantea la oportunidad para potenciar las habilidades de los estudiantes; tales como la toma de decisiones informada, resolución creativa de problemas y, su adaptabilidad.

Ante ello, es justo reconocer que, durante la pandemia, se dio un gran salto en la formación docente, lo cual permitió a la mayoría de profesores de todos los niveles educativos, que diseñaran y plantearan nuevas formas y métodos que aplicaron en sus contenidos para trasmitirlos vía remota a sus estudiantes.

Un gran logro es que casi la totalidad de padres y familiares de los educandos contribuyeran atendiéndoles de manera directa a sus hijos y o familiares; acción que es una de las finalidades de la educación en México; la responsabilidad compartida de la sociedad en su conjunto, la familia y la escuela.

Y dejo de ser una tarea exclusiva de la institución, la influencia de la escuela en el desarrollo social, es muy importante y que es posible mejorarla, si los profesores cuentan con las herramientas para intervenir en la formación cívica y ética de sus estudiantes, apoyados e involucrados de manera directa por los padres de familia en cada comunidad escolar, tal como ha sucedido en esta etapa de pandemia.

Sin duda ante esta nueva realidad a la que nos enfrentamos, el Estado mexicano a través de la Secretaria de Educación debe comprometerse a diseñar y aplicar estrategias, para evitar la deserción escolar, estableciendo incentivos que motive a los estudiantes a regresar y retomar su formación educativa.

Diseñen campañas nacionales mediante incentivos destinados a alentar a los alumnos a volver a la escuela. También se podrán proporcionar soluciones de educación alternativa, de calidad y muy flexibles, para que lleguen a los alumnos que no hayan podido volver a la escuela.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com

Con base en la información de la UNESCO, señala que más de 861.7 millones de niños y jóvenes en 119 países se han visto afectados al tener que hacer frente a la pandemia del Covid-19, que ha sacudido al mundo.

Por su parte, la Directora General de la UNESCO Audrey Azoulav señaló: “En el pico de la pandemia, las escuelas llegaron incluso a estar cerradas para el 91% de los educandos, es decir, 1500 millones de alumnos y estudiantes. Con ello, todo el mundo pudo constatar que la educación era un bien público mundial; que la escuela no solo era un lugar de aprendizaje, sino también un lugar de bienestar, protección, nutrición y emancipación”.

En México, ante lo difícil que ha resultado la pandemia, en todos los sectores de actividad económica y social, el principal desafío al cual nos enfrentamos es la reapertura de las instituciones educativas, las cuales deben cumplir de manera estricta con los protocolos de protección y seguridad sanitaria, para poder retomar el aprendizaje y frenar el rezago educativo.

A un poco más de un año que inició la pandemia, la educación a distancia (no presencial), que se implementó por los distintos medios electrónicos y de comunicación no ha dado los frutos que se esperaban, lo cual nos demostró que es necesaria la interacción presencial de alumnos y docentes; principalmente para los estudiantes que no cuentan con los medios para las calases a distancia.

Y el fenómeno más delicado y que impacta en el desarrollo del país, es el abandono y la deserción escolar, claro es que el aprendizaje en línea no demostró ser eficaz para un gran número de la población estudiantil; al respecto, el Sistema Educativo Nacional de nuestro país, debe evaluar con rigor académico y metodológico, nuevas acciones que hagan sostenible, flexible e inclusiva la educación y, asegure el aprendizaje para la vida.

Pues si bien la educación en México no pasaba por su mejor momento, la pandemia del Covid-19, agravó el entorno educativo, y dificultó la forma para poder continuar con el aprendizaje. Pues datos publicados señalan que, en las ciudades, cerca del 70 por ciento de estudiantes provienen de familias que al contar con bajos ingresos, no pudieron proveer a sus hijos en edad escolar de la tecnología que requerían para el aprendizaje en línea.

Sin embargo, el World Economic Forum establece que la pandemia plantea la oportunidad para potenciar las habilidades de los estudiantes; tales como la toma de decisiones informada, resolución creativa de problemas y, su adaptabilidad.

Ante ello, es justo reconocer que, durante la pandemia, se dio un gran salto en la formación docente, lo cual permitió a la mayoría de profesores de todos los niveles educativos, que diseñaran y plantearan nuevas formas y métodos que aplicaron en sus contenidos para trasmitirlos vía remota a sus estudiantes.

Un gran logro es que casi la totalidad de padres y familiares de los educandos contribuyeran atendiéndoles de manera directa a sus hijos y o familiares; acción que es una de las finalidades de la educación en México; la responsabilidad compartida de la sociedad en su conjunto, la familia y la escuela.

Y dejo de ser una tarea exclusiva de la institución, la influencia de la escuela en el desarrollo social, es muy importante y que es posible mejorarla, si los profesores cuentan con las herramientas para intervenir en la formación cívica y ética de sus estudiantes, apoyados e involucrados de manera directa por los padres de familia en cada comunidad escolar, tal como ha sucedido en esta etapa de pandemia.

Sin duda ante esta nueva realidad a la que nos enfrentamos, el Estado mexicano a través de la Secretaria de Educación debe comprometerse a diseñar y aplicar estrategias, para evitar la deserción escolar, estableciendo incentivos que motive a los estudiantes a regresar y retomar su formación educativa.

Diseñen campañas nacionales mediante incentivos destinados a alentar a los alumnos a volver a la escuela. También se podrán proporcionar soluciones de educación alternativa, de calidad y muy flexibles, para que lleguen a los alumnos que no hayan podido volver a la escuela.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com